Capítulo 45
1939palabras
2022-08-17 23:53
NARRADOR OMNISCIENTE
Tres meses han pasado de aquella confesión que fue hecha en la casa de Kiram, desde ese entonces no volvieron a comunicarse el uno con el otro. Bella que salió de esa casa con el corazón hecho trizas, se prometió ese día que eso sería lo último que haría por intentar algo con ese hombre, se convenció de que lo olvidaría de una vez por todas, ya que había hecho lo que debía y no consiguió el resultado deseado, aun así, no se arrepentía, ella no solía ser el tipo de chica que iba por allí lamentándose del agua derramada, por más que esta le había traído tristeza, por el contrario, se sintió orgullosa por haber tenido el valor que pocos tenían de actuar a pesar del miedo que eso le podía generar.
Más tarde, le había quedado doblemente claro que Kiram no estaba ni nunca estuvo interesado en ella, luego de que viera una noticia donde decía que "El Magnate Kiram Adams podría estar comprometido con Samantha Harris" Bella al ver por primera vez la noticia, se quedó pasmada e incluso sintió un dolor incontrolable en su corazón que no llegó a exteriorizar, le costaba creerlo, ella en realidad se había convencido de que él no tomaba en serio ese matrimonio impuesto, pero por lo que veían sus ojos al parecer terminó cediendo, incluso pensó en que quizás hasta terminó por interesarse en la hermosa rubia ya que él no era el tipo de hombre que cedía ante la presión de nadie, y era consciente de que Amanda su madre jamás le presionará a un matrimonio sin amor, si él iba a hacerla su esposa era seguro que así él lo quería.
Kiram por otro lado, el día que Bella confesó sus sentimientos, se quedó por mucho tiempo sentado en el suelo frío de su casa al ella irse, sin poder procesar bien en su cabeza las palabras de la chica.
Al momento que escuchó palabra por palabra salir de la boca de ella, experimentaba dentro de él, emoción, confusión, miedo, no sabía cómo actuar con tal declaración, lo que sí había notado era que no se sintió fastidiado como con las otras chicas que antes habían confesado quererlo, para él Bella desde un principio fue la diferencia, dijera lo que dijera o hiciera lo que hiciera jamás la podría comparar con las otras mujeres.
Su corazón estaba inquietado, cuando la vio irse así con él corazón roto, experimento algo que antes no había experimentado por alguna mujer, le dolió el corazón verla así, se sintió desesperado, algo dentro le decía que no la dejara ir que la abrazara y se aferrara a ese amor que ella le estaba ofreciendo, pero otra parte de él solo decía que no estaba bien, que no debía, que era mejor si la dejaba irse, que las cosas estaban bien tal y como eran hasta ahora y que sería absurdo querer cambiarlas.
Hace un par de semanas había pasado lo de la noticia en los medios que vinculaba a Kiram con Samantha. Todo pasó un día en el que su mejor amigo Liam lo convenció de ir a cenar afuera, Samantha justo los escucho e insistió en acompañarlos, ellos no pudieron rechazarla, cuando estaban entrando al restaurante, Liam recibió una llamada, posterior a eso, les informo que ya no podría acompañarlos, y se disculpó dejándolos solos, Liam era consciente de que Kiram querría matarlo luego por eso, pero en ese momento no podía hacer nada, por supuesto Samantha estaba fascinada por cómo habían salido las cosas e internamente agradeció a Liam por haberse ido. La rubia lo fastidio toda la noche con sus conversaciones banales, para cuando ya se iban un reportero de esas revistas de chismes capturó justo el momento donde Kiram para ser amable la había tomado de la mano para ayudar a que se levantara de su silla, y de allí nació la dichosa noticia, que se dijo luego se encargaría de hacer que la desmintieran sin importar lo que le costaría.
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POV BELLA
Que rápido pasaba el tiempo, hace unos días se habían cumplido tres meses de la última vez que lo había visto, aun no podía decir que ya no lo quería, para mi desgracia, no creía que lo pudiera olvidar tan de prisa, pero en definitiva mis sentimientos si estaban más repuestos, comenzaba a sentirme mejor, al principio había sido una total pesadilla, mi corazón se sentía roto dolía todo el tiempo, los recuerdos me embargaban sin importar donde estuviera, era una tortura constante que con el pasar de los días solo fue aligerándose. ¿Como es que te enamorabas de alguien en dos cortas semanas y no podías lograr olvidarlo en tres largos meses? El amor en serio era algo sin lógica alguna.
Cuando vi esa noticia de él y Samantha mi cabeza y mi corazón hicieron un corto al mismo tiempo, no lo podía creer, aunque ya era algo que me había dicho la madre de Samantha no le había prestado mayor atención, pero solo había sido cuestión de tiempo para que se hiciera realidad, me dolía, sí, pero esto solo me ayudaría a que fuera más rápido el poder sacarlo de mi sistema.
Y con certeza con algo más de tiempo de una vez por todas lo podría olvidar por completo, sé que así sería.
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Era jueves, había salido de la universidad muy cansada, hoy terminaban los días de exámenes que me dejaban exhausta ya que el ritmo de estrés aumentaba considerablemente.
-Ha sido un día de mierda- Se quejó Anna.
-Si, siento que mi cerebro estallara de tanta información- Caminábamos a tomar el transporte.
De pronto al otro lado de la calle visualicé a Lily (mi moto) allí estacionada justo en frente de mí, no entendía qué hacía allí si hoy no la había traído conmigo, y estaba cien por ciento segura que era mi Lily porque tenía el inconfundible estampado azul celeste que era mí color favorito y hasta los pequeños golpes que le había dejado el choque del día que conocí a mi peor pesadilla y mejor sueño a la vez, era inconfundible. Caminé hasta ella con prisa y Anna me siguió.
- ¡Mierda! ¿así de cansada estoy? - Dije confusa sin dejar de cruzar la calle.
Al llegar a mi moto, de pronto sentí que alguien detrás puso sus manos alrededor de mis ojos tapando mi visión, mi primera reacción iba a ser tomarlo por el brazo para inmovilizarlo y lo siguiente era darle una paliza, pero antes de todo eso habló.
-PELEONA-
Esa voz yo la conocía, y solo una persona me llama de esa forma, por lo que me volteé de inmediato.
-MASSIMO- Abrí mis ojos y boca a más no poder de impresión, y acto seguido, me lancé encima de mi amigo.
El me cargo y comenzó a darme vueltas.
-¿Como es que estás aquí?- Pregunté con mucho asombro.
- ¿Es que acaso no te alegras? - Me bajo al suelo de nuevo.
-Por supuesto que sí, pero es que fue tan repentino, no me escribiste ni llamaste para avisar, podía haberte dado un mejor recibimiento- Dije en un reproche.
-Eso es porque quería que fuera una sorpresa, ¿lo logre? - Sonrió gustoso.
-Definitivamente- Recordé a mi amiga que seguía a mi lado. -Massimo ella es Anna mi mejor amiga- La presente.
-Mucho gusto Anna soy Massimo el mejor amigo de Bella- Dio su mano con orgullo.
-Y yo soy Anna su otra mejor amiga, Bella me habló mucho de ti y sus aventuras juntos- Se presentó con entusiasmo.
-Espero solo te haya contado las buenas- Reímos.
-¿Puedo saber qué haces con mi moto chico?- Pregunte.
-Tu mamá me la dio, claro- Contesto.
-¿Ósea que mi madre supo primero de ti que yo?- Entre abrí mi boca ofendida.
-Si, ella fue mi chivo expiatorio para dar mi sorpresa, apenas llegué hace unas 3 horas-
-¿Viniste de visita?- Pregunte, ya estaba llena de dudas.
-Mmm digamos que sí y no, ya sabes que me gradué hace un buen tiempo, y se me dio aquí en el país una oportunidad muy jugosa que no podía desaprovechar, así que esa fue parte de la razón de mi regreso, y por supuesto que era una oportunidad perfecta para reunirme con mi pequeña peleona de nuevo- Dijo al tiempo que desordeno mi cabello.
-Oye, no hagas eso- Me queje.
Esa noticia había acabado de crear una enorme felicidad en mí.
-Pero te vas a quedar con mi familia un tiempo, ¿cierto? - Pregunte casi en un ruego.
-CLARO, si aún sigue ese colchón extra disponible para mi- Bromeo.
-Es todo tuyo, nadie lo ha usado desde que te fuiste- Asegure con diversión.
-Entonces ya vámonos, hablamos todo lo que quieras al llegar a casa- Puso el casco de protección en mi cabeza, mi amigo era tal y como lo recordaba.
Hablamos otro poco con Anna y luego nos despedimos.
Ya no recordaba cuánto extrañaba a mi mejor amigo de la infancia, eran seis los años que habían pasado desde que se fue a su país paterno Italia, sus padres decidieron mudarse y allá estudió la universidad, se especializó en desarrollo de software, Massimo era tres años mayor que yo, nos conocimos desde muy pequeños, de hecho, era una historia que nos encantaba contar, él vivía al lado de mi casa, pero también estudiábamos en el mismo lugar, solo que iba en grados más adelantado al mío. La primera vez que nos dirigimos la palabra, fue porque golpee a un chico que estaba acosando a otro chico por ser parte de los nerd, era un cretino, pero también era mayor y más grande en tamaño que yo, Massimo al ver que el chico me iba a devolver el golpe se metió para defenderme yéndose encima de él comenzó a golpearlo. En ese entonces yo tenía siete años y el diez, fue nuestra primera vez en detención juntos, desde allí nos unimos, y comenzamos a hacer todo los dos, incluso de allí nació nuestro amor por las artes marciales así que eso también lo iniciamos juntos.
Había vivido tantas cosas con él desde entonces, para nuestra amistad nunca fue un límite la edad, ni que él fuera un chico y yo una chica, además mi mamá siempre lo adoro y se llevaba muy bien con sus padres los cuales eran nuestros vecinos. Ya de adolescente Massimo que tenía el cabello de un rubio cenizo lacio, ojos verdes y una piel bronceada pero no demasiado y ese gran tamaño, se convirtió en el típico chico que atraía a las chicas más lindas de la escuela, pero siempre algo que admiré de él, es que era del tipo de chico que era guapo pero no se enteraba, de hecho todas las muchachas estaban detrás de él, y aunque si llegó a gustarle una que otra siempre solían sentir envidia de mi porque era a mí a quien terminaba por dar toda su atención, ellas llegaban a pensar que él estaba interesado románticamente en mí, pero nunca fue así, solo nosotros entendíamos la gran hermandad que ambos compartiamos.
Cuando tuvo que irse del país, fue muy difícil para los dos esa separación, todos los días nos escribíamos sin falta, ya con el tiempo fuimos creciendo y dejamos de hacerlo de manera tan seguida, pero no dejamos de ponernos al día de vez en cuando.
Ahora volver a verlo, ha sido lo mejor, se siente como si nuestra amistad siguiera intacta y él nunca se hubiese ido, aunque si hay tantas cosas por contarnos, que esa es la parte divertida.