Capítulo 18
1134palabras
2022-06-09 09:44
Si bien Jamie había extendido el plazo para revisar los bocetos, era la primera vez que Lexi tenía que hacer un trabajo sola. Por lo tanto, se quedó en la oficina hasta tarde.
Al terminar de trabajar se estiró. Luego se paró y se dirigió al baño.
Cuando entró, inesperadamente se encontró a Ana.

Como no le caía bien, Lexi pasó de largo. No tenía ganas de saludarla. 
Con los ojos llenos de celos, Ana la miró con malicia. 
La detuvo agarrándola del hombro.
"Hoy te hiciste famosa en la reunión. ¿Estarás orgullosa?".
Ana era muy intensa. A Lexi le dolió el hombro y tuvo que hacerse para atrás.
Frunció el ceño y le dijo: "No seas brusca, estamos en el trabajo".

Las peleas en la oficina estaban prohibidas, ya que ese comportamiento podría dañar la reputación tanto de la empresa como del personal.
Sabía la gravedad del asunto, pero Lexi la había hecho enojar.
De no haber sido por ella, Ana se hubiera ganado el primer lugar y la oportunidad de diseñar para un hombre como Jamie. Su posición estaría a otro nivel.
Ana se imaginó toda la escena. Podría haber estado entre los brazos de Jamie en esa junta.

Sentía que ella se lo merecía, pero Lexi se lo había arrebatado.
"No me tienes nada contenta. Ni pienses que te dejaré libre el camino".
Le arrebató el teléfono a Lexi. Luego, se dio la vuelta y lo arrojó al excusado.
Al ver su teléfono empapado, Lexi se enojó muchísimo.
"¿Estás loca?"
"Esto es solo una advertencia. Si no te vas de la empresa por tu propio pie, te haré la vida imposible".
Después de amenazarla, salió del baño con sus tacones altos.
Y de paso, azotó la puerta.
Lexi frunció el ceño, se sentía molesta y frustrada.
'Sería genial si Ana no estuviera en esta empresa. Me da asco trabajar con ella', pensó.
De inmediato tomó papel higiénico y sacó su teléfono del inodoro. Aunque lo limpió, estaba empapado y ya no encendía.
No tuvo más remedio que guardarlo y salir del baño. 
Pero, cuando llegó a la puerta, se dio cuenta de que no podía abrirla.
Ana había cerrado por fuera.
Lexi estaba tan enojada que se quedó sin habla. '¿Me odia tanto como para hacerme esto?', pensó.
Golpeó con fuerza y gritó: "¡Ana, abre la puerta!"
"¡Abre la puerta! ¡No seas infantil!"
"¡Ana, si no me abres, te voy a reportar y a ver cómo le explicas esto al director!".
Como gritaba con todas sus fuerzas, Lexi se fue quedando afónica. Sin embargo, Ana la ignoró.
A esas horas, ya todos habían terminado de trabajar y sería normal que alguien entrara al baño, pero extrañamente, nadie venía.
Lexi no sabía qué estaba pasando y cada vez se sentía más incómoda.
¿Planeaba dejarla en el baño toda la noche?
Cuando pensó eso, la chica sintió un escalofrío. Se dio la vuelta y se recargó en la puerta. Al mirar los cubículos, entró en pánico.
Ya eran las nueve de la noche.
Mientras tanto, el Hotel Queen's Isle estaba totalmente abarrotado, ya no cabía nadie más. 
Dos hileras de chicas con minifaldas estaban en la puerta, se veían encantadoras. Todas asintieron al unísono y con voz dulce dijeron: "Bienvenido, señor Barrett".
El gerente del hotel le dijo: "El señor Byrne ya está aquí. Sígame por favor".
Respetuosamente le indicó el camino.
Sin mostrar expresión ninguna, Jamie miró al frente y caminó con elegancia.
Asher caminó detrás de él, presionó un botón y le susurró al oído: "Señor, la señora Dottie me acaba de llamar, para que le diga a Lexi que cene en casa los fines de semana".
Jamie contestó: "Encárgate tú de eso", actuando como si no le importara.
Asher se sorprendió un poco, dándose cuenta de que, de un día para otro, la actitud de este hombre hacia Lexi era más fría.
¿Será que el joven maestro había perdido el interés en Lexi?
Pensando en eso, Asher salió del elevador siguiéndolo.
El restaurante tenía una decoración sofisticada. Estaba muy silencioso, tanto que parecía que no había nadie ahí.
Cerca de una ventana estaba sentado un apuesto extranjero de unos 30 años. En sus profundos ojos azules se percibía sabiduría e ingenio.
Cuando vio a Jamie, sonrió cortésmente.
Con acento inglés le dijo: "señor Barrett, qué puntual".
Jamie había llegado exactamente a la hora, ni un minuto antes ni un minuto después.
"Señor Byrne, lamento haberlo hecho esperar".
Jamie se sentó frente a Byrne y platicaron un poco. Luego, se fue directo al tema principal.
Estos hombres sabían que se trataba de un proyecto sumamente importante y esperaban con ansias firmar el contrato.
Ambos pertenecían a la élite del mundo empresarial. La conversación se dio sin problemas e incluso hablaron de temas confidenciales.
La admiración de Byrne hacia Jamie iba creciendo, así que levantó su copa para brindar.
"Señor Barrett, es usted increíble. Trabajar juntos será un placer". "¡Salud!".
Jamie también levantó su copa. Se veía tranquilo y elegante.
El siguiente paso era confirmar todos los detalles. Era crucial lograr un buen acuerdo.
De pronto, Asher entró muy serio con un celular en la mano.
Caminó hacia Jamie, se paró a su lado y le dijo en voz baja: "Algo malo pasa con la señorita Lexi".
"¿Qué pasa?", le preguntó angustiado. 
"Acabo de llamarle pero no responde. Incluso su familia dice que no ha vuelto a casa. Según los registros aún no ha salido del trabajo, sin embargo, el guardia dijo que todo el personal ya se retiró".
Podría ser casualidad, pero el no marcar su salida hacía que todo fuera sospechoso.
Rápidamente, Jamie se puso de pie y caminó hacia la puerta, preso del pánico.
Nunca antes se había sentido así. Le preocupaba que le hubiera pasado algo a Lexi.
Byrne también se levantó. Completamente desencajado miró a Jamie a los ojos.
"Señor Barrett, aún no firmamos el contrato. ¿A dónde va?".
"Esto es algo urgente. Hablemos después".
Jamie se alejó sin siquiera voltear.
El rostro de Byrne se tornó serio. Había volado desde Osnil para negociar con él personalmente. 
Nunca pensó que pasaría algo así.
"Señor Barrett, ¿esta va a ser su actitud para cooperar con nosotros? Si sale por esa puerta ya no confiaré en su capacidad para manejar los asuntos de la empresa".
Jamie se detuvo, parecía estar congelado.
Con voz fría le dijo: "En ese caso, cancelemos la cooperación", y se fue de inmediato.
Byrne estaba conmocionado y molesto, su rostro se puso pálido.
Asher también se sorprendió. Se trataba de un gran negocio y lo habían estado preparando desde hace tiempo. Por eso el señor Barrett quería conocerlo en persona.
De hecho, se estaba cancelando un contrato de más diez mil millones solo por Lexi y este hombre simplemente se había ido como si nada.