Capítulo 29
1177palabras
2022-05-18 09:35
Skye
No dejaba de gemir, sintiendo los besos en mi espalda desnuda, en mis muslos y en mi trasero.
“Hey, hermosa; es hora de despertar”, dijo Parker suavemente. “He ordenado el desayuno para la habitación”, agregó.

“Cinco minutos, más,” le susurré.
Me encontraba destrozada y adolorida por lo del día y la noche anterior, pero en la mejor de las maneras posibles. Parker sabía cómo llevarme hasta el agotamiento.
“De acuerdo, dulzura”, me respondió, riendo en voz baja.
Se quitó de encima de mí para sentarse a mi lado. Lo miré y le dirigí una sonrisa que él me devolvió.
"Buenos días, guapo", le dije.
"Buenos días, cariño", respondió, besándome.

“¿Qué ordenaste para el desayuno?”, le pregunté.
“Panqueques con chispas de chocolate, fresas, café y jugo de naranja”, sonrió.
Ah, que gusto saber que él me conociera ya tan bien. Le dirigí una sonrisa luminosa para luego besarlo, antes de sentarme a su lado. Parker se agachó para recoger algo del suelo y al incorporarse tenía en su mano una de sus camisetas, la cual me entregó.
“Hazme el favor de ponerte esto”, dijo riendo. “Tu desnudez es una distracción… Y dudo que el servicio a la habitación quede muy contento si no abrimos la puerta.”

Me puse su camiseta, riendo de manera entrecortada. Justo a tiempo, pues en ese momento llamaron a la puerta. Parker cogió un billete de diez de su billetera antes de atender, y, tras dar una propina, regresó con el desayuno, uniéndose a mí en la cama. Se me hizo agua de la boca con el delicioso olor de los panqueques.
“A comer, hermosa”, sugirió.
Eso hice. Estaba hambrienta y necesitaba reponer mis energías. Parker hizo lo mismo, aunque después de un minuto dejó de comer y se volvió hacia mí en silencio, y comprendí que tenía algo en mente.
“Vamos, comparte conmigo tus pensamientos, nene”, le dije.
“Bueno, lo he estado pensando mucho”, dijo. “Creo que lo mejor sería que le contáramos a Amy acerca de nosotros. Y pronto”, agregó.
“¿Qué?”, dije con un poco de pánico. “¿Crees que eso sería una buena idea?”
Por supuesto, también yo había querido contarle a Amy sobre nosotros, pero no esperaba que él quisiera decírselo tan pronto.
“Escucha, Skye; cuánto más tiempo esperemos para decírselo, más molesta se pondrá cuando lo hagamos”, suspiró, y, tras una pausa, agregó: “Pero, si no te sientes lista, entonces no tenemos que hacerlo.”
Reconozco que él tenía un punto de razón. Cuanto más tiempo mantuviéramos lo nuestro en secreto para ella, más difícil sería y más molesta se pondría al saberlo. Y mi temor era que ella decidiera que no quería tener nada qué ver conmigo luego de saberlo. Pero yo no estaba dispuesta a perder a mi mejor amiga, no por un hombre… Ni siquiera por uno tan increíble como Parker.
“Es que tengo miedo de que pueda perderla si se lo digo”, me lamenté.
“No vas a perderla, Skye”, dijo Parker en voz baja, tomando mi mano entre las suyas. “Sé que es probable que se enfade y que dejará de hablarnos durante algunos días, pero creo que al final estará bien con nosotros”, concluyó.
Yo sabía que, aunque trataba de hacerme sentir mejor, Parker no estaba seguro de que eso sucedería.
“Eso no lo sabes, Parker”, gimoteé.
No era mi intención molestarme por eso, pero era algo que me preocupaba.
“Escucha, cariño: De momento no hay necesidad para hacerlo”, me tranquilizó, acariciando mi mejilla. “Podemos esperar hasta que te sientas lista, ¿de acuerdo?”
“Solo necesito un poco más de tiempo”, susurré.
“Está bien, hermosa. Entonces esperaremos”, dijo, besándome.
Sí, necesitaba un poco más de tiempo, aunque fuera un par de semanas. Necesitaba prepararme para hacerlo. Ni siquiera sabía cómo haría para decirle aquello a Amy. ¿Debía hacerlo sola? ¿Debíamos hacerlo los dos? No tenía la menor idea, pero eran cuestiones que debíamos resolver antes de poder comunicárselo.
“Lamento si no estoy lista en este momento para hablar con Amy sobre esto”, dije.
“No hay por qué lamentarlo”, sonrió Parker. “Te entiendo. Creo que podemos hacerlo juntos, cuando te sientas lista para hacerlo”, agregó.
Le agradecí con un beso y volvimos a concentrarnos en el desayuno. ¡Estaba buenísimo!  Al terminar, Parker y yo estábamos satisfechos.
Me acerqué para acurrucarme con él, dejando que su brazo me envolviera. Reposé mi cabeza en su pecho, deslizando mi mano bajo su camiseta, dibujando círculos en su piel.
“No quiero regresar a casa. Todavía no”, le dije, mirándolo y haciendo un puchero.
“Todavía nos quedan algunas horas”, dijo él, y sugirió: “Pronto podremos hacer esto de nuevo.”
“Eso me gustaría”, le respondí, besándolo.
Pensé en lo feliz que sería cuando ya no tuviéramos que escondernos, aunque, por otra parte, creo que también extrañaría el escabullirme y escaparme por las noches. Encontraba aquello tan emocionante...
“Creo que tal vez podemos tratar de hallar la manera de escaparnos todo un fin de semana, hacia algún lugar, fuera del estado”, sugirió Parker.
"Oh, sí, eso sería realmente divertido", dije con entusiasmo.
“Déjame pensarlo bien y veré qué puedo hacer”, sonrió él.
Un fin de semana completo, fuera, solo nosotros, era algo que sonaba tentador.
“Un sucio fin de semana”, dije, sonriendo seductoramente.
“Hmm… sí… Siempre estoy dispuesto para ello”, respondió, con un guiño.
Parker y yo pasamos el siguiente par de horas sin salir de la cama, acostados, acurrucándonos, besándonos y teniendo sexo hasta que al fin llegó la hora de marcharnos. Tomamos una ducha rápida, asegurándonos de no olvidar nada y tomamos el camino de regreso a casa.
Hubiera deseado que pudiéramos quedarnos otra noche, pero teníamos que estar de vuelta en casa antes que Amy. Levantaría demasiadas sospechas el que no encontrara a ninguno de los, y más todavía el que nos viera regresando al mismo tiempo, con nuestras respectivas bolsas. Estoy segura de que se daría cuenta de inmediato de que algo estaba sucediendo, y no quería que Amy se enterara así de lo que había entre Parker y yo.
Conduciendo de regreso, apoyé mi cabeza en el hombro de Parker para que él besara la parte superior de mi cabeza, algo que siempre me hacía sonreír.
“¿Fue en serio lo que me dijiste anoche? ¿De veras quieres que seamos una pareja?”, le pregunté.
“Lo dije en serio”, me respondió. “Cada palabra.”
“Bien”, le dije. “Solo quería estar segura.”
Era curioso cómo habíamos pasado de solo sexo a esto. ¡Parker era mi novio! Nunca creí que alguna vez sería capaz de llamarlo de aquella forma. Creo que comenzaba a sentir un poco de vértigo.
“Ahora somos tú y yo, cariño”, dijo.
¡Me gustaba la manera en que sonaba aquello! Acaricié su cuello, besándolo suavemente. Un cómodo silencio se instaló entre nosotros después de eso. Era relajante, en nuestros respectivos pensamientos. Para mí, todo eran buenos pensamientos y esperaba que lo fueran también para Parker.
Esperaba tanto que aquello funcionara para nosotros y que Amy llegara a aceptarnos. Pero también esperaba que Heidi mantuviera su distancia. No quería que nada lo arruinara antes de que tuviéramos siquiera la oportunidad de comenzar.