Capítulo 5
1300palabras
2022-05-05 16:22
Skye:
Era la primera vez que me reía tanto con Parker. Él era un tonto, pero un tonto adorable. Y al darme cuenta de lo encantador que era, me pregunté cómo Heidi pudo haber sido tan estúpida para dejarlo ir. Hombres como él son raros en el mundo; y si fuera tan afortunada de tenerlo, me aferraría a él con todo mi corazón. Si Parker alguna vez se quejaba, era en broma. Además, fue paciente y se ofreció a cargar con mis bolsas. A pesar de que me pareció muy gentil, lo rechacé. 
“¿Quieres ver algo más?“ me preguntó.

“No, incluso me pasé con los gastos” respondí riendo. 
“Oye, solo se vive una vez. Y no te llevarás el dinero a la tumba” me recordó con una resplandeciente sonrisa. 
“Tienes razón” estuve de acuerdo. 
"Bueno, ¿quieres regresar?"
"Sí, me están empezando a doler los pies" comenté. "Aunque es mi culpa. Me puse estos zapatos a pesar de que sé que no puedo caminar con ellos. Pero son tan bonitos, que no me resisto", le conté entre risas. 
Parker también rio y sacudió la cabeza mientras me miraba. Sé lo que está pensando: «¿Por qué las chicas se someten a ese tipo de sufrimiento?» A veces, me preguntaba lo mismo. 

Hice un puchero y reproché: "No me juzgues." 
"Nunca lo haría", sonrió. 
Rodé los ojos con actitud juguetona y dejé escapar otra risita. Me di cuenta de que me dolían las costillas y el estómago de tanto reír durante el día. Entonces, regresamos al departamento mientras intentaba ignorar el dolor ocasionado por mis zapatos. 
"¿De verdad te duelen tanto?", me preguntó. 

Asentí y lo miré haciendo un puchero. De repente, él se detuvo. Yo hice lo mismo, para luego mirarlo y levantar una ceja.
"Sube" ofreció. 
Estaba confundida, así que pregunté: "¿Subir? ¿A dónde?"
«No se refiere a eso, mujer depravada». 
¡Dios mío, esa vocecita! ¡No otra vez! La ignoré. Ni siquiera estaba teniendo esos depravados pensamientos. Al menos, no a propósito.
"A mi espalda, ¿a dónde más?", preguntó con un gesto burlón.
Por un momento, hasta creí que no era la única con pensamientos sucios. 
"No subiré a tu espalda. Te lastimarás", me negué. 
"No digas tonterías, eres muy pequeña", se burló. 
La verdad es que no era «muy pequeña». Tenía un metro sesenta. Pero supongo que al lado de sus casi dos metros, no me veía tan grande. Negué con la cabeza, reiterando que no dejaría que me cargue en la espalda. ¿Qué pasaría si lo lastimo? ¿Y si me caigo? No, ¡era una mala idea! 
"Skye, deja de ser tan terca", reprendió con tono firme. "Además, necesitamos que estés bien esta noche."
Poniendo los ojos en blanco, solté un gemido para vociferar mi disconformidad; mientras aceptaba de mala gana. De todos modos, el departamento estaba cerca, por lo que no sería mucho tiempo. Dejé mis cosas en el suelo y subí a una pequeña grada. Luego, Parker se dio la vuelta y me subí a su espalda. Él cargó con algunas bolsas y yo con otras. Agradecí haberme puesto un vestido largo, de lo contrario, todos estarían viendo mi ropa interior. 
"Parker, será mejor que no me dejes caer", advertí. 
"No lo haré, pero agárrate fuerte", dijo riendo. 
Me agarré con todas mis fuerzas y él se aferró a mis muslos. ¿Cómo nos las arreglamos para aguantar y llevar las bolsas?, no lo sé, pero lo hicimos. Podía sentir que algunas personas nos miraban y pensaban: «¿qué diablos?» Me limité a mostrarles una amplia sonrisa. 
"No puedo creer que me hayas convencido de hacer esto", regañé entre risas. 
"Bueno, cualquier cosa con tal de que dejes de lastimarte."
"Gracias", le dije, besando su mejilla.
Estaba consciente de que no debería haber hecho eso, pero estaba tan cerca, que no pude evitarlo.
"De nada", respondió, dándome un pequeño apretón en la pierna. Tuve que morderme el labio para no soltar un gemido, porque lo disfruté un poco más de lo que debería.
La oferta de Parker de cargarme en su espalda solo reflejaba lo buen hombre que era. Un buen hombre que quería, pero estaba fuera de mi alcance. 
"¿Estás emocionado por lo de esta noche?", le pregunté.
"Sí, estoy listo para emborracharme. Más no para enrollarme con alguien, que es en lo que mi hermana insiste", respondió riendo y sacudiendo la cabeza ante la idea. 
"Oye, si no estás listo para revolcarte con alguien, entonces no lo hagas."
"¿Revolcarme con alguien?", repitió, soltando una carcajada.
"Sí, entiendes a qué me refiero, ¿no?", dije, golpeándolo juguetonamente.
"Lo entiendo, pero estoy seguro de que podrías haber elegido mejores palabras."
Sí, tenía razón, pero esas fueron las palabras que mi cerebro envió a mi boca. Ya no podía cambiarlas. 
"Si no estás listo para tener s*xo con alguien más, entonces no lo hagas. ¿Mejor?", bromeé.  
"Mucho mejor", aceptó, palmeándome el tr*sero. 
No sé si darme una cachetada en las n*lgas fue su intención principal, o si solo quería atinar mi pierna, pero me quedé callada.  Cambié de tema y charlamos durante el resto del camino.  
"Puedo caminar desde aquí, amable señor", bromeé cuando entramos al edificio.
Se quedó quieto, luego me ayudó a bajar de su espalda. Una vez que llegamos al apartamento, fui a mi habitación a guardar las cosas. Mientras, Parker se puso a calentar agua para hacernos café. Dejé mis cosas en su lugar y me cambié. Opté por shorts, camiseta, y unas pantuflas para aliviar el dolor de mis pies antes de la noche. Pies adoloridos y tacones no serían una buena combinación. 
"¿Mejor?", preguntó Parker con una sonrisa cuando volví junto a él. 
"Mucho mejor."
Me sirvió un café y nos sentamos en la sala de estar. Lo vi mirar mis piernas desnudas, para luego humedecerse los labios. Por la mañana, me miró de la misma manera. Y sí, me di cuenta de eso, pero mantuve la boca cerrada. No quería avergonzarlo o hacer que Amy se enoje con él. 
Crucé las piernas y mis shorts se subieron un poco. Él también lo notó, pero luego negó rápidamente con la cabeza y apartó la mirada. Encendió la televisión en silencio. Yo suspiré y me quedé callada. Probablemente, no debería haber hecho eso, así que tomé una nota mental: No haría nada que lo haga sentirse incómodo durante su estadía. Estoy bien con mirar desde lejos, como lo venía haciendo desde hace mucho tiempo.
Pegué mis rodillas a mi pecho y bebí mi café. No me gustó el repentino silencio entre nosotros, no después del agradable día que habíamos tenido.
"Entonces, ¿planeas verte con tus amigos mientras estás en casa?", indagué. 
"Sí, nos reuniremos la semana que viene", sonrió. "Me encanta viajar, pero estoy feliz de estar en casa, y creo que me quedaré por ahora." 
Oírlo decir eso hizo que me doliera un poco el corazón. Siempre le encantó viajar. Era la razón de su felicidad, junto con Heidi. 
"Espero que no para siempre."
"Creo que sí, para siempre. Siento que es hora de encontrar un lugar que pueda convertirse en mi hogar."
"Solo asegúrate de que es lo que realmente quieres, Parker. No lo hagas por despecho", aconsejé en voz baja. 
Me miró y me sonrió, luego dijo: "Lo haré." 
Me pareció triste que renunciara a viajar, lo que más amaba. Pero él decidía que hacer con su vida. Si algún día quería casarse, tener una familia, y establecerse en algún lugar, tal vez sería mejor. 
"Me parece bien."
Ya no dije nada, y el silenció volvió a hacerse presente. Sin embargo, no fue incómodo como antes. Sonreí y volví a saborear mi café. Disfrutaría tenerlo cerca por un tiempo. Amy trabaja largas jornadas, por lo que casi no estaba en casa. Eso me dejaba todo el día sola, así que me serviría tener compañía.