Capítulo 16
1025palabras
2022-02-23 15:18
Al escuchar esto, fue entonces cuando entendió que Frederick se estaba refiriendo a su encuentro con William en el restaurante. De repente, se le hizo un nudo en la garganta, no entendía como se pudo enterar sobre esto ¿Acaso envió a alguien para que la siguiera? A Sheryl no le importaba en absoluto, ni quería saberlo; de todas maneras se enfadó, pues no existía ninguna relación entre William y ella. Si no fuera por el hecho de que pidió muchos platos, no hubiera pasado tanto tiempo con él.
Se esforzó mucho para rechazar su invitación, después que la tocó, inmediatamente se volvió contra él y corrió al baño para lavarse las manos una y otra vez. Se sentía sucia, entonces frotó con demasiada fuerza hasta sangrar. ¿Pero qué sentido tenía? En lo que respecta a las percepciones de Frederick, se convirtió en un encuentro privado con su amante.
¿Acaso Frederick seguía creyendo que ella, Sheryl Taylor, era una persona tan sucia? Admitió que actuó con arrogancia en el pasado, causando dolores de cabeza a la gente. Sin embargo, ahora no veía los cambios que ella había hecho en su relación; de repente, se llenó de rabia. Sus ojos se pusieron rojos mientras le gritaba: “¡Frederick, eres un bastardo! ¿Sabes lo que pesan estas cajas? ¿Sabes cuánto esfuerzo he hecho para traerlas hasta aquí? No sabes absolutamente nada, únicamente me culpas de todo. ¡Te odio más que a nadie! ¡No quiero verte nunca más!”
Después que terminó decir eso, salió corriendo con lágrimas en los ojos. Cuando Frederick vio que lloraba tuvo una extraña sensación, pero su expresión se puso rígida tras permanecer clavado en el suelo. Se preguntó por qué estaba lloriqueando cuando se suponía que él era que debía estar molesto, toda la oficina se quedó en silencio. Comenzó a recuperar lentamente los sentidos y vio el desorden que provocó, inesperadamente recordó que ella se debió quemar con la sopa. Entonces, su corazón dio un vuelco de 360 grados optando ir tras ella, justo en ese instante vaciló y decidió dejarla ir.
Era posible que sus lágrimas no fueran por él, ya que había una persona en su corazón y era William; incluso si la alcanzaba, ella solamente se sentiría perturbada. En ese momento, entró Zayne y al ver todo el desastre, se quedó boquiabierto por la conmoción. ¡Dios mío! ¿Acaso acababa de ocurrir la tercera guerra mundial? Se encontró con la comida en el suelo todavía humeando, parecía que había sido servida hace un momento. Después de echar un vistazo a Zayne, Frederick regresó a su asiento y dijo en un tono frío: “¿Qué pasa?”
Zayne volvió a sus sentidos cuando sus pensamientos fueron interrumpidos, se aclaró la garganta y dijo: “Presidente, acabo de ver a la Señorita Sheryl salir corriendo y llorando...”
Era la primera vez que la había visto llorar tan ofuscadamente, y honestamente, a pesar de que era despiadada, sus lágrimas de alguna manera lo conmovieron. Frederick se detuvo por un momento, pensando en cómo las lágrimas brotaban de sus ojos y eso le ablando el corazón; no obstante, lo interrumpió con tono frío: “No te preocupes por ella, ve a buscar algo para limpiar el suelo. Tengo mucho trabajo que hacer”
Aunque Zayne no estaba seguro de lo que había sucedido, no se atrevió a preguntar, e inmediatamente trajo algunas cosas y limpió la comida en el suelo; luego, roció un poco de aromatizador para cubrir el fuerte olor a comida. Por otro lado, Sheryl maldecía desde el fondo de su corazón: ¡Frederick, eres un fastidio! ¡Eres malo! ¡No volveré a hablarte nunca más! Salió corriendo del Grupo Li con una expresión terrible en el rostro.
Mientras tanto Julia, quien estaba sentada en el lado opuesto de la cafetería, presenció esta escena con sus propios ojos. Le encantaba ver lo enojada que estaba, el plan había salido justo como lo esperaba, ¡Al fin se había separado! Se llenó de orgullo, porque las cosas finalmente iban como ella quería y se dijo a sí misma: “Sheryl, ¿De verdad crees que una mujer idiota como tú sería capaz de llevarse bien con Frederick?”
No, él merecía estar con una mujer que fuera verdaderamente inteligente y racional, solo así estaría a la altura del extraordinario Frederick. Por supuesto, Julia sintió que ella era la única mujer que lo merecía, y que él le pertenecía; además, no perdonaría que nadie lo apartara de su lado. Como Sheryl se atrevió a desafiarla, entonces quería que pagara muy caro por todas sus ofensas.
Después de dejar la empresa, tomó un taxi directamente a la casa de los Li. Una vez que entró, la Señora Cindy la saludó cálidamente. “Señorita, ha vuelto. ¿Ya ha almorzado?”
¿Almorzar? ¡Comer de nuevo! Estaba tan enojada que estuvo a punto de estallar. ¿Por qué iba a molestarse en comer? Al recordar el incidente se enojó, ni siquiera le prestó atención a la señora y se dirigió directamente a su habitación. Después de subir, abrió la puerta, se tiró a la cama y se cubrió la cabeza con la manta. Aunque había renacido, seguía teniendo un mal genio; además, en esta situación, ella fue la perjudicada.
Simplemente no podía controlar sus emociones, estaba furiosa, y cuanto más pensaba en ello, más se enfadaba. ¿Cómo era posible que Frederick, ese inútil, no piense mejor antes de inculparla? ¡Al menos debía haber preguntado la parte de su historia! ¿Cómo era capaz de mirarla a los ojos y creer que se encontraba con otro hombre a sus espaldas? ¿Acaso no confiaba en ella, ni siquiera un poquito? No dejaba de pensar en eso y sentía que le habían tendido una trampa.
La sensación de ser agraviada la deprimió e incluso deseó estar muerta; sin embargo, después de pensarlo bien, se calmó y reflexionó sobre el tema. ¿Cómo todo pudo coincidir? ¿Cómo se encontró con William tan pronto bajo a comer? Al recordar ese momento, él miraba a su alrededor y era evidente que estaba esperando a alguien. Frederick estaba en una reunión y Zayne lo acompañó. ¿Cómo se enteró de esto? ¿Alguien estaba detrás de todo este asunto? ¡Eso era! ¡Alguien debía habérselo dicho!