Capítulo 20
882palabras
2021-12-13 14:15
Sin embargo, el aura espiritual solo podía liberarse mediante instrumentos rituales así que, ¿podría decirse que esa base era en realidad uno de ellos?
La oferta inicial fue de tres millones de yuanes. Jacobo inmediatamente levantó su número y lanzó una contraoferta: "Cinco millones".
Otra voz se escuchó: "Seis millones".
Cuando volteó a ver a su rival, le sorprendió darse cuenta de que era Wyatt Dong. Hasta ahora, el hombre había perdido dos veces contra Jacobo y su ego estaba profundamente herido por ello. Además, sabía que el estudiante de medicina tenía buen ojo para los artículos valiosos, superando incluso a los mejores expertos en antigüedades, por lo que no dudó en pelear con él por la estatua.
Cuando los demás asistentes se enteraron de que el Buda de jade había pertenecido a un monje tan eminente, todos comenzaron a interesarse en él. La mayoría de la gente rica solía ser más supersticiosa que el resto de la población, por lo que creyeron que un artículo de este tipo podría protegerlos del mal.
Por estas razones, el valor de la estatua se disparó hasta 20 millones de yuanes en pocos segundos, lo cual resultaba impagable para Jacobo.
Julian Zhou, que estaba sentado a su lado, le preguntó: "¿Qué sucede? ¿Crees que esa estatua tenga algo extraordinario?".
"No lo sé; podré estar seguro cuando la vea de cerca. Pero para la mayoría de la gente resultaría una compra inútil, y no creo que valga esa cantidad”, respondió el chico.
Ante esto, su amigo replicó: “No te preocupes, sube el precio. Yo pagaré la diferencia".
Jacobo negó con la cabeza y, después de pensarlo, respondió: “Carlos, ¿crees que puedas darme la base sobre la que está la estatua?”.
Carlos miró la base y respondió: “Claro, no hay problema. Esa base no está incluida con la estatua, por lo que pediré que te la entreguen”. Luego de esto, hizo una llamada telefónica para dar las instrucciones necesarias.
La subasta terminó después de un tiempo y fue Wyatt Dong quien terminó pagando 35 millones de yuanes por llevarse la estatua de Buda a casa. Mirando a Jacobo con arrogancia, el hombre pensó que había ganado esta batalla, humillando al chico con la derrota.
Para el final del evento, Jacobo consultó su cuenta de banco y verificó que le habían transferido 18 millones de yuanes. A pesar de que ahora había heredado técnicas espirituales ancestrales y, por lo tanto, tenía una estabilidad mental superior a la de la gente común, no pudo evitar sentirse emocionado al ver esa suma. Minutos más tarde, un guardia de seguridad se acercó con la base en la que habían colocado al Buda de la subasta.
"Jacobo, ¿qué es lo que tienes en mente?”, preguntaron sus amigos.
En seguida, el chico tomó suavemente la base y la miró con atención; esta estaba tallada en jade blanco y el borde era liso. Al sacudirla suavemente, se escuchó un ruido extraño.
"Puede que haya algo más", dijo Jacobo.
Luego golpeó suavemente el objeto contra la mesa de mármol, haciendo que una grieta apareciera en este. Al abrirla, en el interior de la base aparecieron varias monedas de cobre relucientes.
Julian Zhou y Carlos Lin se quedaron atónitos. Cada uno de ellos tomó una moneda de cobre para examinarlas; no parecían provenir de ninguna dinastía y era evidente que habían sido hechas bajo órdenes específicas. Pero después de mirarlas durante mucho tiempo, no encontraron nada particular.
Entonces, Julian le dijo a Carlos: "Amigo, ¿no sueles ocuparte de este tipo de cosas? ¿De qué época crees que son estas monedas?".
Carlos respondió: "Pues, no son de ninguna dinastía. Parece que han sido fabricadas especialmente porque este tipo de cobre no es muy común; el cobre antiguo no puede alcanzar esta pureza".
Ambos miraron a Jacobo con la mente llena de preguntas. En respuesta, él sonrió y colocó todas las monedas sobre la mesa. Al contarlas, se dieron cuenta de que había un total de 108.
"La espada de monedas era utilizada por los sacerdotes taoístas en la antigüedad para reprimir a los espíritus malignos. La gente solía llamarla un instrumento espiritual", explicó Jacobo, dejando a sus amigos boquiabiertos.
Julian comentó con ironía: "Esto se está volviendo cada vez más misterioso. No son más que unas cuantas monedas de cobre; ¿qué relación pueden tener con una espada? Y por cierto, ¿cómo sabes todo eso?".
Jacobo contestó: "Mi abuelo estudió medicina tradicional china, así que sabe un poco sobre el tema".
Luego reunió el Chi que habitaba su cuerpo para concentrarlo en la palma de su mano y dio un golpe suave en la mesa. Con esto, las monedas volaron hacia arriba y se unieron como si estuvieran bajo un efecto magnético, formando una espada de dos pies de largo.
"¿Tú también puedes hacer magia?". Carlos y Julian miraron la espada de monedas en su mano con incredulidad. No lograban entender cómo fue que esos objetos tan pequeños pudieron convertirse en una espada en segundos.
Jacobo explicó: "Esto es sabiduría antigua. Si bien las monedas pudieran parecer normales, cada una de ellas es única y sus partículas le permiten tener ese efecto".
"Oh, Dios mío, esto es impresionante", comentó Carlos mientras tomaba la espada para echarle un vistazo. Por más que intentó doblarla, ninguna de las monedas cedió.