Capítulo 10
877palabras
2021-12-13 14:15
"Esta tarjeta es falsa, o debe haberla robado", señaló Mia.
"¿Falsa?", el gordo abrió los ojos como platos. ¿Acaso esta chica pensaba que uno podía adquirir una tarjeta como esta en las calles? De todos los peces gordos en Oakdale, solo una persona tenía derecho a la tarjeta VIP Suprema, y todo el personal del restaurante había sido instruido por el señor Feng para tratar con extrema cortesía a quien la poseyera.
"Señor, por aquí, por favor. Tendré que suplicarle que no moleste a nuestro invitado de honor”, djio el gerente con una expresión fría. Creyó que Noah Sun debía estar mintiendo pero, afortunadamente, no estaba haciendo un escándalo. De lo contrario, tendrían que echarlo del lugar.
"Señor Lian, ¿qué sucede con tu actitud?", gritó Noah furioso. “¿En verdad no tienes miedo a lo que yo…?”.
Pero antes de que terminara su frase, Jacobo Ye, que llevaba un rato intentando mantener la paciencia, interrumpió con un tono helado: "Gerente Lian, estas dos personas están perturbando mi paz y no me dejan comer a gusto. ¿Podría sacarlas de aquí?”.
"Jacobo, tú...", Noah Sun estaba perdiendo los estribos.
El gordo inmediatamente se paró frente a él y gritó: "Señor Sun, está molestando a nuestro invitado especial, así que ya no es bienvenido aquí. Salga de inmediato por favor”.
"¿Qué? ¡Te recuerdo que tengo una tarjeta platino y he gastado millones de yuanes aquí cada año! ¿Cómo puedes tratar así a uno de tus clientes?”, gritó el joven fuera de sí.
El gordo maldijo para sus adentros: ‘Estás realmente loco. Jacobo Ye tiene la tarjeta VIP Suprema, lo cual le da derecho al mejor tratamiento en cualquier establecimiento perteneciente a Tyrell Corporation. ¡Tu tarjeta platino no significa nada frente a eso!’.
Luego de esto, exclamó en voz alta: "Guardias, llévense a estas dos personas”.
Tan pronto como el gerente terminó de hablar, dos guardias de seguridad se precipitaron desde una esquina para alzar a Noah Sun y echarlo del lugar como si fuera una bolsa de basura.
"Noah, ¿te encuentras bien?”, preguntó Mia mientras corría hacia él para ayudarlo a levantarse.
Noah Sun cayó al suelo como un perro muerto. Luego de un instante, se acostó ahí mismo y gimió durante un largo rato antes de levantarse torpemente.
Justo en ese momento era la hora pico, por lo que había mucha gente llegando al restaurante para comer y nadie podía evitar ver a Noah en el piso con extrañeza. Incluso hubo varios que lo señalaron para burlarse de él descaradamente. Naturalmente, esto resultó extremadamente humillante para él, sobre todo porque estaba acostumbrado a que todos lo trataran con sumo respeto y ahora lo habían echado como un perro muerto. No recordaba que lo hubieran tratado así en toda su vida.
"Jacobo, ya me las pagarás”, dijo con ira. Luego inclinó la cabeza y huyó rápidamente de allí.
Después de la escena con esas dos personas, Jacobo había perdido el apetito, por lo que solo dio un par de bocados más y estaba a punto de irse. Al ver que un invitado tan especial no estaba satisfecho, el gerente gordo se apresuró a ofrecerle sus sinceras disculpas, maldiciendo a Noah Sun y todos sus antepasados en su corazón. No podía creer que fuera capaz de ofender de esa forma a alguien de esa importancia.
Un día entero había pasado, pero Jacobo seguía sin encontrar trabajo. Ahora, la prioridad era volver a la escuela, y tuvo que esperar más de diez minutos antes de que llegara el autobús que lo llevaría hasta allí. Había mucha gente dentro y, si bien Jacobo estaba acostumbrado a esto, no dejaba de ser fastidioso lidiar con las personas que utilizaban el transporte público. Si tuviera más dinero, definitivamente se compraría un automóvil; sería mucho mejor quedarse atrapado en medio del tráfico que dentro de un autobús. En la pequeña cabina, todo el mundo estaba apretujada como si fuera una lata de sardinas, obligándolo a aferrarse a un tubo para mantener el equilibrio. De repente, el vehículo se detuvo y solo unas cuantas personas se bajaron y un gran grupo entró.
El conductor le gritó a los pasajeros que se apretaran más para hacer espacio, y todos se quejaron al unísono. En ese momento, un cuerpo voluminoso y atractivo se acercó hacia Jacobo y el autobús frenó repentinamente, provocando que la chica cayera en sus brazos. Él se sorprendió al ver que era una joven realmente encantadora y delicada la que se encontraba apretujada contra su cuerpo. De igual manera, ella se sintió complacida al descubrir que el extraño sobre el cual había caído resultaba ser muy atractivo. No le importaría que un chico tan apuesto se aprovechara de ella…
Sin embargo, un hombre con anteojos se deslizó entre ellos dos, rompiendo el contacto entre ambos y haciendo que los deseos carnales de Jacobo disminuyeran drásticamente. Cuando miró hacia atrás, se percató de que el intruso estaba aferrándose con fuerza al cuerpo del mujer, disfrutando de él inoportunamente. Era obvio que este tipo tenía experiencia en esto.
A pesar de que la joven tenía un aspecto inocente e inmaculado, parecía estar deseando que él la tocara. En términos generales, el hombre de los anteojos había tenido suerte de encontrarse con una chica así en medio de autobús.