Capítulo 39
1327palabras
2024-04-08 16:23
La amiga de Zoey se puso pálida. No obstante, no le era posible expresar su vergüenza y su enfado. Permaneció allí con los ojos llenos de lágrimas.
El corazón de Layla latía a toda velocidad.
De todas formas, se sentía muy agradecida de contar con la protección de Michael, aunque le desagradara en el fondo de su corazón.

Michael abrió la puerta del vehículo y ayudó a Layla a sentarse en el asiento del copiloto. Le entregó el ramo de flores en los brazos y cerró la puerta. Después, volteó a ver a la amiga de Zoey.
La amiga de Zoey llegó a pensar que era su oportunidad, así que se apresuró y se dirigió a él: "Señor Harper..."
"¿Dijiste que le querías arruinar la cara a Layla? ¿A qué familia perteneces?", preguntó Michael con pereza.
La amiga de Zoey tembló de terror. "No, nada de eso, señor Harper. ¡En realidad soy ajena a todo esto! Lo que pasa es que mi amiga me contó que la hija ilegítima de su familia... No, quise decir... La señora Boyer... Zoey dijo que ella ya está casada pero de todos modos sedujo descaradamente a su cuñado. Aprovechó su belleza y pureza para afirmar que quería cambiar su humilde estatus. Por eso hice todo este escándalo. Por favor, discúlpeme".
Michael, que era muy atractivo, permaneció de pie junto al auto con una mano en el bolsillo. Tenía un temperamento noble que intimidaba. Sentía impaciencia en la mirada. "Te he hecho una pregunta, ¿de qué familia eres?"
"Pertenezco a... La familia Goff", el tono de voz de la amiga de Zoey era muy baja.

"¿Del grupo Goff?"
La amiga de Zoey movió la cabeza de forma negativa. "Mi familia no puede darse el lujo de tener una empresa tan grande. Nos pertenece la West Mountain Co..."
Michael se echó a reír y subió al auto para llevarse a Layla.
La amiga de Zoey se asustó muchísimo. Michael era tan conocido que en Azroville todo el mundo lo conocía. De otro modo, ella no hubiera tenido que hacer hasta lo imposible para hacerse amiga de su 'novia'.

...
Dentro del auto, Layla sujetaba las flores entre sus brazos y ladeaba la cabeza para preguntarle a Michael: "¿Pongo tus flores en el asiento trasero?"
"Son tuyas. Las puedes poner ahí si quieres", respondió él.
Ella se quedó mirándolo a Michael perpleja.
"¿No me habías mencionado que las mujeres se ponen de buen humor cuando reciben flores?", su tono era calmado, y su expresión seguía siendo la misma.
Layla agachó la cabeza y le llegó a la nariz la fragancia de las rosas. Le provocó una sensación de ardor en la nariz. "Señor Harper, las mujeres se ponen contentas cuando reciben flores del hombre que les gusta".
"Así que, si se tratara de un regalo de Camron, ¿te alegrarías?", preguntó él.
Layla abrazó con fuerza el ramo y estrujó el bonito papel de regalo. Tragó saliva y colocó el ramo en el asiento trasero sin pronunciar palabra.
A ella, antes de ver a Esme, le alegraría mucho recibir flores de Camron.
Sin embargo, en ese momento no le apetecía recibir flores de su esposo.
Michael paró su vehículo en la entrada del campus de Layla. Le comentó: "Hace poco he invertido en una película titulada 'La grulla en el viento'. ¿Te gustaría ser la vicedirectora?"
Layla se mostró estupefacta. Hasta entonces solo había sido asistente de producción y jamás había trabajado como vicedirectora.
"Señor Harper, ¿no cree que es muy arriesgado permitir que una estudiante sea la vicedirectora?"
Ella tenía las reglas claras. 'La grulla en el viento' era una superproducción sobre la guerra de espías. El director fue el más célebre de la industria, Karter Fox. Por lo general, el vicedirector responsable de una obra de tal envergadura debía ser alguien que hubiera tenido su propio trabajo independiente después de graduarse en unos años.
Por ello, no era posible que una don nadie como ella, que aún era ayudante de producción, se convirtiera sin más en vicedirectora.
"¿Creíste que lo dije para ligar contigo?", él continuaba mostrándose tan despreocupado como siempre.
Layla sujetó su bolso con más firmeza. Le avergonzaba un poco que Michael la expusiera de esa manera.
"Layla, soy un hombre de negocios. No bromearía con las inversiones. En esta ocasión, fue tu instructor profesional, el señor Bowers, quien te recomendó a Karter. Luego de ver algunos de tus deberes, este pensó que eras adecuada para el papel. A lo mejor tenía miedo de decírmelo porque no tienes experiencia. Por eso, mezcló tus tareas con clips de los pocos vicedirectores antes de mostrármelos", declaró Michael.
Ella se quedó mirándolo asombrada. "Señor Harper, ¿cómo hizo para darse cuenta de lo que pensaba el señor Fox?"
"Porque fue Karter quien te recomendó conmigo. Dijo que si consideraba que no podías hacerlo, primero te dejaría ser la asistente del director", Michael le daba pequeños golpes al volante con los dedos.
"Señor Harper, no comprendo sus intenciones al contarme todo esto. ¿Quiere ganarse mi favor o intenta decirme que... ¿Debo hacer algo para obtener esta oportunidad?", la respuesta de Layla fue muy mordaz.
Para ella, un hombre como Michael, que poseía el poder del dinero, tenía la naturaleza más esencial de las personas, que era el gusto por ser halagado.
"Pf... ¿Por qué nunca sabes lo que te conviene?", había una muy leve sonrisa en sus labios. Entonces, apoyó un brazo en el asiento del copiloto y se aproximó a Layla. El tono de su voz era muy bajo. "Si otras mujeres estuvieran en tu situación, habrían actuado con coquetería para tener esta oportunidad..."
Layla se quedó sin aliento y contempló cómo Michael se acercaba a ella. Por lo que, el alargó la mano para jalar la manija de la puerta, pero se dio cuenta de que no podía abrirla.
"Cuando los demás te molestan, te comportas como una cobarde. Ni siquiera gritas si te golpean...", él observó el rostro sonrojado de la mujer. "Pero si te enfrentas a mí, eres tan testaruda que no te resignas. Porque en el fondo sabes que me gustas, ¿verdad?"
"¡No es así!", Layla se irguió del todo. "Sabes muy bien que tengo esposo, pero a pesar de ello me molestas una y otra vez. Tú... ¡Eres antipático!"
"¿Quieres insinuar que no hay nada malo en el carácter de las personas que te maltratan?", Michael se quedó mirándola fijamente. Empezó a recorrer sus delicados labios y se le hizo un nudo en la garganta. Agachó la cabeza y se acercó a ella.
Layla se encontró con sus ojos, y su corazón palpitó más y más rápido...
Tenía ganas de irse. Pero detrás de ella había una puerta de auto, así que no había forma de retroceder. Mientras intentaba evitar su mirada, sus pestañas temblaban nerviosas. A continuación, estiró la mano para apartarlo. "Señor Harper, estoy casada. No se comporte así. Deje que me vaya".
Michael tomó la mano de Layla, que empujaba su pecho, y masajeó el dorso de su mano. No tenía intención de soltarla.
En cuanto su nariz erguida y respingona tocó la de ella, Layla aguantó la respiración. Se le erizó la piel y su rostro se sonrojó.
Era como si el corazón se le fuera a salir del pecho.
El aroma familiar pero extraño de Michael inundó su corazón y sus pulmones. El cuerpo entero de Layla temblaba.
En el instante en que los finos labios de este se posaron en los suyos, Layla se sintió como si acabara de despertar de un sueño. Lo empujó y lo miró espantada.
"Nos encontramos en la entrada de tu campus...", Michael se aproximó otra vez y le comentó con una sonrisa: "No te haré nada. Pero tampoco armes mucho alboroto por resistirte. Si alguien nos viera, sería difícil de explicar. Al fin y al cabo, estás casada".
Ante la última frase de Michael, se le paralizó el corazón a Layla.
Por esa frase desapareció el aura coqueta.