Capítulo 24
888palabras
2024-04-22 10:45
CON SUS MANOS TEMBLOROSAS, secó primero sus lágrimas antes de levantar los brazos. Luego, Levi se dirigió a la pared ubicada a su izquierda y tomó cuatro vendas bondage ajustables, confundiendo a Emma. Se acercó a ella y comenzó a atarla, lo que aterrorizó ligeramente a la joven, quien se soltó el brazo de su agarre, pero Levi solo la miró fijamente y sujetó su mano de nuevo. Él quería ponerla en la postura del águila extendida. Para lograrlo, Emma debía acostarse boca arriba o boca abajo. Si se acostaba boca arriba, sus brazos y piernas debían apuntar las cuatro esquinas de la cama. Luego, se debían atar las muñecas y los tobillos al armazón de la cama para asegurarlos en esta posición. Cuando ató las partes delicadas de su cuerpo como sus muñecas, se aseguró de dejar un dedo de espacio entre la extremidad y la atadura.
Emma comenzó a tirar de sus muñecas atadas y a patear con los pies atados. “L-Levi… ¿qué estás haciendo?”, preguntó temblando.
Una sonrisa maliciosa se formó en el rostro de Levi mientras agarraba la paleta de azotes en forma de corazón que colgaba en la pared de espuma roja.

Levi comenzó a acariciar los pech*s de Emma usando el lado peludo de la paleta de corazón, la cual era un tipo de paleta de doble cara; tenía gamuza sintética en un lado y suave piel sintética en el otro.
Emma gimió cuando la paleta le hizo cosquillas en los p*zones y arqueó su cuerpo hacia la izquierda cuando Levi deslizó el lado peludo de la paleta hacia el lado derecho de su cuerpo. Ella cerró los ojos y mordió su labio inferior.
Levi arrastró la paleta desde su estómago hasta su intimidad, lo que la hizo gemir más fuerte mientras intentaba arquear su cuerpo y tirar de sus muñecas atadas.
“L-Levi…”, gimió, “par… ah! Yo… yo no puedo soportarlo. Mmm…”, pronunció entre gemidos.
Emma sintió como si su cuerpo cayera por un precipicio hacia un cosquilleante éxtasis. Empezó a sentir una excitación que no pudo controlar y se dejó llevar, pues se sentía demasiado bien.
Levi siguió acariciando su intimidad con el lado peludo de la paleta y ella gimió cuando él azotó ligeramente su pierna izquierda e hizo lo mismo con la otra pierna.

“Respeta a Gianna si no quieres que te arrastre y te torture así”, dijo y le dio un azote en el centro, lo que la hizo gemir. Sintió que algo dentro de ella explotó y se corrió.
“Yo... Nunca... ¡Ah!”, gimió en voz alta cuando la lengua de Levi se precipitó hacia su intimidad, sorprendiéndola.
Levi perdió el control cuando notó lo mojada que estaba Emma y ya no necesitó controlarse para hacerle lo que quisiera a ella: su esposa.
El sabor dulce y salado de los fluidos de Emma lo excitaron y todo lo que quería hacer en ese momento era saborear su humedad. Durante varios días, se contuvo para no probarla, pero no pudo resistir la tentación cuando vio lo mojada que estaba su vag*na rosada y esponjosa.

Soltó la paleta que sostenía y se aferró a sus caderas mientras saboreaba su intimidad con la lengua y los labios.
Mientras las muñecas y los pies de Emma estaban atados al armazón de la cama, la sensación de hormigueo que sentía por los cálidos labios y la lengua de Levi continuaron torturándola hasta que dejó escapar un fuerte gemido cuando alcanzó otro orgasmo.
Levi continuó saboreándola, mordisqueando el costado de su entrada y ella se estremeció cuando él introdujo su lengua justo ahí.
Estaba a punto de alcanzar otro orgasmo cuando oyeron que golpeaban la puerta.
Levi se detuvo y la miró. “No hables”, dijo antes de buscar su camisa y ponérsela, lo mismo hizo con su corbata y su abrigo. Fue al baño para lavarse la cara y hacer gárgaras con enjuague bucal antes de salir.
“No te muevas, esta habitación es a prueba de sonido, pero, si abro la puerta y hablas, ella podría escucharte”, dijo.
Emma tenía razón, era Gianna.
Ella se limitó a obedecer y asintió.
Levi abrió la puerta y la cerró inmediatamente después, pero entonces Emma se dio cuenta de que… Levi no la había desatado.
“¡Levi!”, gritó su nombre, pero, luego de hacerlo como cinco veces, corroboró que, en efecto, la habitación era a prueba de sonido.
Estaba a punto de perder la esperanza cuando la puerta se abrió y mostró el ceño fruncido de Levi.
“¿Asustada?”
Ella apartó la mirada mientras las lágrimas seguían brotando de sus ojos.
“Dúchate antes de salir de esta habitación. Gianna y yo visitaremos la empresa. No te molestes en esperarnos. Cenaremos afuera”, le informó después de desatarla.
“¿Qué sucede si alguien te ve con otra mujer?”
Él se burló. “El matrimonio fue solo entre nuestras familias y nadie lo sabe excepto nosotros, así que no tengo nada de qué preocuparme”.
“¿Qué pasa si papá te ve de casualidad? ¿O mamá?”
Levi no pronunció una palabra más y simplemente se marchó.
Emma suspiró profundamente y las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas otra vez, pero se las secó de inmediato. Esperó unos minutos antes de levantarse.
¿Cuánto tiempo Levi dejaría que Gianna se quedara con ellos? ¿Y cuánto tiempo la torturaría? ¿Estaría bien rendirse y simplemente darle lo que quería?