Capítulo 30
682palabras
2024-01-10 16:48
Anna le envió algunos mensajes de texto más, pero Elisa ni siquiera los respondió.
El tema de tendencia en Twitter solo había durado unas horas antes de ser eliminado.
Sin embargo, mucha gente lo había visto, y la gente de clase alta en Los Ángeles hablaba de rumores sobre una posible relación entre Fernando y ella.
Y al hablar de una relación entre ellos, inevitablemente se mencionaba a Fabián.
Él tenía una estrecha relación con ellos, una siendo su ex esposa, el otro su rival.
"Elisa es increíble. Sólo han pasado seis meses desde que ella y el Sr. James se divorciaron, ¿verdad? Sinceramente, estoy un poco celosa".
"Por mucho que me gustaría decir que Fernando es un galán, también estoy un poco celoso, además tiene a la familia Dawson detrás de él".
Dos mujeres muy bien vestidas, charlaban en el pasillo fuera del baño.
Cuando Fabián escuchó su conversación, enojado prendió un cigarrillo y se dispuso a irse.
Volvió al asiento a buscar su abrigo: "Disculpe, tengo que retirarme", en su expresión no cabía ninguna sensación de disculpas.
Leonardo se quedó sorprendido, y antes de que pudiera reaccionar, Fabián ya se había ido.
El hombre se disculpó con el resto de sus invitados, intentando explicar el repentino gesto de Fabián, y luego salió en su búsqueda.
Fabián era muy alto, así que en pocos pasos ya había llegado a la puerta del ascensor.
Leonardo gritó por detrás al ver la puerta del ascensor abrirse lentamente: "¡Sr. James!"
Ya en el ascensor, Fabián miró a Leonardo acercarse, y sin muchas ganas, presionó el botón de apertura del ascensor.
"Señor James...".
Leonardo entró en el ascensor y se dio cuenta que el otro hombre estaba de muy mal humor, evidentemente algo había sucedido
Quería acotar algo, pero decidió permanecer en silencio, parado a su lado.
Pero en ese momento, Fabián rompió el silencio: "Leonardo".
Leonardo intentó pararse erguido: "Señor James”.
"¿Has estado enamorado alguna vez?"
Leonardo se quedó paralizado por un momento y luego respondió: "Una vez en la universidad, pero rompimos poco después de graduarnos".
"¿Y en cuánto tiempo ella encontró un nuevo novio?"
Leonardo miró al hombre con sorpresa, y dudó en decir la verdad.
Como Fabián no quería escuchar su respuesta, agregó: "Para mí fue Elisa. Dijo que me amaba, pero seis meses después de divorciarse de mí, se juntó con otro hombre ".
¡Que ridículo sonaba todo!
Eran las seis de la tarde. Lucía llamó a la puerta y le dijo a Elisa: "La cena comenzará en media hora, Sra. Marques".
Elisa la miró y frotándose la frente, le contestó: "Está bien, muchas gracias".
Elisa apagó su computadora, tomó su bolso y salió de la oficina.
Lucía esperó afuera de la puerta. "Señorita Marques, ¿debería llamar al conductor?", le preguntó.
"No, podemos conducir hasta allí", contestó con confianza.
"Está bien, Sra. Marques".
Caminaron hasta el estacionamiento en el primer piso del sótano. Elisa se detuvo cuando vio que la mujer la seguía: "Puedes ir en tu propio coche". Le preocupaba que Lucía no pudiera llegar a casa más tarde.
Lucía se sorprendió, pero luego asintió y caminó hacia su propio auto.
Mientras caminaban, la mujer le contó a Elisa sobre los representantes de Hidden Hills.
Berman Gallego, el alcalde de Hidden Hills, y Ríos Boll, el jefe de Spring Valley Village, estarían presentes en la cena.
Según la investigación de Lucía, Belman llevó a algunos de los habitantes a firmar el acuerdo de indemnización.
Sin embargo, él también era el líder que se había ofrecido a romper el contrato. Así que sabían que podía ser duro y sabía juzgar bien a las personas.
"Es listo", dijo Elisa sonriendo, le gustaba negociar con gente inteligente.
Lucía continuó hablando sobre los otros: "Ríos no pareció hacer nada en el proceso, pero en realidad fue él quien logró que Bruno cambiara de opinión".
"Interesante", exclamó la joven con una sonrisa.
Al ver la luz roja parpadeando delante, Elisa decidió que era el momento arrancar: "Entiendo todo, gracias, Lucía. Tengo que irme ahora".
"Está bien, Sra. Marques. Nos vemos más tarde".
"Hasta luego".