Capítulo 71
772palabras
2023-11-22 00:01
El peso de las veinte tazas de café era de suponerse. Cha cargaba todo ella sola mientras cruzaba la calle con la frente cubierta de sudor. Sin embargo, no había nada que hacer. Consideraba que no podía detenerse y tenía que aguantar hasta que llegara a su destino.
¡Cuando ella pasó junto al auto de Shenxing vio claramente que llevaba muchas tazas de café en los brazos!
Por un momento, sus ojos se oscurecieron.
¿Quién d*monios había sido tan est*pido como para pedirle que comprara tantas? ¿Cómo podía hacerlo sola? ¿Acaso sus delgados brazo, que era como palos, podían manejarlo?
Zhou preguntó con voz temblorosa: "Señor, ¿subimos? El joven amo Xiao ha estado esperando más de media hora ..."
"Eres muy considerado y cariñoso con Ran. ¿Por qué no trabajas aquí de ahora en adelante?" El rostro de Shenxing lucía inexpresivo, pero su tono era burlón.
Eso lo hizo entrar en pánico.
¿Qué le pasaba al presidente? Era excéntrico y no solía hablarle así a los demás.
"Señor, prefiero trabajar con usted", dijo obedientemente.
Shenxing no se lo tomó en serio. Abrió la puerta del auto y se bajó..
Al ver eso, su asistente hizo lo mismo.
Sin embargo, volvió en sí cuando su jefe lo miró fijamente. Entonces, se subió nuevamente al vehículo, sacó el bolso de Cha y le siguió el paso a Shenxing.
En cuanto entraron al edificio, la vieron de pie frente a la entrada discutiendo con el guardia de seguridad. De su delgada muñeca colgaban varias bolsas con café. Se veían muy pesadas, y hacían que su piel y su carne se abultaran. Su delicado cuerpo desentonaba por completo con las cosas que llevaba en los brazos.
"Realmente soy una pasante, pero aún no he completado el procedimiento. ¡No tengo tarjeta de acceso! Por favor, déjame subir. Tengo que entregar el café". La voz de la joven era clara, con el tono gentil de una chica del sur, pero sus palabras eran firmes.
El guardia le dijo seriamente: "Señorita, no puede subir sin una tarjeta de acceso. Lo siento, son reglas de la empresa".
"¿Hay alguna otra manera?" Ella no se daba por vencida.
"Puede llamar a alguien para que la recoja en la recepción", le respondió mecánicamente.
"Pero no he traído mi teléfono..." No solo eso, no tenía el número de ninguno de sus colegas. Solo tenía el de la persona del departamento de personal, pero su teléfono se había quedado en el auto de Shenxing.
"Entonces lo siento". El guardia le hizo un ademán pidiéndole que se marchara.
Ella se quedó atónita.
Se culpó a sí misma por ser t*nta. Le había pedido a su compañera que le prestara dinero para comprar el café. ¿Por qué no le había pedido la tarjeta de acceso?
Su marido frunció el ceño y pensó: "Est*pida".
Zhou le lanzó una mirada a Shenxing. No entendía muy bien en qué estaba pensando el hombre. ¿No debería ir a salvar a la bella dama?
Ella no era una persona irracional. Cada puesto tenía sus propias reglas. Al ver que el guardia no estaba dispuesto ceder, se hizo a un lado y se puso a pensar en cómo subir.
Puso el café en un espacio libre que había a un lado y se puso en cuclillas.
Luego hizo un mohín y observó el café esparcido por el suelo, sintiéndose deprimida.
De repente, un par de impecables zapatos de cuero negro aparecieron frente a ella. Levantó la vista y pudo contemplar que su traje negro y su apuesto rostro eran sofocantes. Él había aparecido delante de ella como un dios y la miraba fijamente. Su apuesto rostro desprendía un aura fría, que no podía ser ignorada.
"Shenxing..." Se le iluminaron los ojos y se levantó sorprendida. Miró su rostro afilado y le preguntó contenta: "¿Qué haces aquí? ¿Viniste a traerme mi bolso y mi celular?"
¡Si tenía un teléfono móvil, podía llamar a su colega del departamento de personal!
No obstante, él le respondió fríamente: "¿Crees que tengo mucho tiempo libre?".
¿Le traería su bolso a propósito? Estaba soñando.
Ella se sintió un poco avergonzada, pero estaba acostumbrada a su carácter. Por eso no se enfadó.
Zhou la saludó con una sonrisa y le entregó sus cosas. "Srta. Chu, el Sr. Li está aquí para hablar de unos asuntos, así que también le he traído su bolso".
"¡Eres genial! Estaba preocupada pensando qué hacer". Ella esbozó una brillante sonrisa que hizo palidecer la luz de la mañana a sus espaldas.
Las cejas de Shenxing se fruncieron mientras ella le sonreía a Zhou como una flor. ¿Por qué no había actuado así con él?