Capítulo 15
954palabras
2023-11-07 15:55
Ese hombre era guapo, y su familia parecía ser muy rica.
Sin embargo, la familia Chu también era adinerada. ¿Cómo podría luchar contra Aiguo si no poseía ninguna habilidad?
"Si te casas conmigo, podrás hacer lo que quieras", le dijo Shenxing con una mirada dominante.
Cha miró su apuesto rostro y se mofó: "Está bien tener confianza, pero sabes se vuelvan aliados, en toda la Ciudad Jing, ¿quién más podría ser su rival a excepción de la familia Li?"
Cuando se enamoró por primera vez de Yue, no sabía a qué se dedicaba su familia.
Lo supo hasta la ceremonia de inicio de curso de la universidad, a la que su padre había asistido como invitado de honor.
No solo se le habían acercado los padres de los otros estudiantes, sino también el director y los instructores de la escuela quienes habían querido ganarse su favor.
Así supo lo poderosos que eran.
Su padre era el máximo dirigente político del lugar, y sus tíos ocupaban básicamente los puestos más importantes de la política, el ejército y los negocios de allí.
En la Ciudad Jing, la familia Qi tenía poder para pavonearse a su antojo. Salvo la familia Li, nadie podía derrotarlos.
Aunque quería encontrar alguien que la ayudara a enfrentarse a los repugnantes miembros de la familia Chu, no podía ser tan egoísta como para arrastrar a otros con ella.
......
"Aprecio tu amabilidad, pero no eres rival para los Qis. Gracias por recordármelo. Por favor, discúlpame", dijo con voz fría.
Luego se dio la vuelta y se dispuso a marcharse.
En cuanto llegó a la puerta, una gran mano sujetó su muñeca. La hizo girar y la inmovilizó contra la puerta.
Ella se puso completamente tensa. Levantó la vista y se encontró con un par de ojos cristalinos.
El cuerpo del hombre casi la presionaba. Una fragancia fría penetró sus fosas nasales.
Esta era tenue, pero sexy, como el aroma de las hormonas.
Inevitablemente, recordó la pasión vivida aquella noche y sus orejas se pusieron rojas.
Con una mano apoyada en la pared junto a su cabeza, Shenxing estudió el rostro sonrosado de la mujer, con ojos serenos.
Al verla respirar con dificultad, se burló de ella: "¿Me tienes miedo?"
Ella se esforzó por calmarse. Se dio la vuelta y no lo miró. "No te tengo miedo. Piénsalo, la familia Qi es muy difícil de tratar. Si te casas conmigo, sin duda te verás implicado. ¿Crees que vale la pena?"
Él estaba un poco desconcertado. No esperaba que la razón por la que ella lo había rechazado fuera que tenía miedo de meterlo en problemas.
¡Ja! Interesante. Aquella mujer era mucho más fascinante de lo que había imaginado.
Como permaneció en silencio, pensó que él se había desanimado. Se rio de sí misma. "Estamos destinados a no ser compatibles. Por favor, apártate. Me voy".
Él no cedió. "¿Crees que no puedo contra ellos?"
Ella lo miró seriamente. "Sí, no puedes ofenderlos".
El hombre bajó la cabeza y entrecerró los ojos peligrosamente. "Para mí, tratar con ellos es pan comido".
Ella no sabía nada de su fuerza.
Sus palabras eran dominantes, pero a ella le parecían demasiado arrogantes.
Si conociera la fuerza real de los Qis, no tendría el valor de decir eso.
Eran desconocidos y solo se habían visto dos o tres veces, pero él había tenido la amabilidad de ofrecerle su ayuda.
Él había utilizado el matrimonio como moneda de cambio, pero había prometido ayudarla a enfrentarse a su enemigo.
Sin embargo, la familia Qi era poderosa, y lo sería aún más cuando se aliara con la familia Chu.
No quería implicar a una persona inocente.
Su silencio lo enfureció.
Ninguna mujer se había atrevido nunca a cuestionar su fuerza a lo largo de veintiocho años de su vida.
¡Cha era la primera!
De repente, agarró a la joven por la barbilla y la obligó a mirarlo. "Te daré tres días para que lo pienses. Recuerda, pasado el plazo, no voy a esperarte".
Ella lo contempló aturdida. Cuando el hombre la soltó, ella huyó inmediatamente.
Shenxing se quedó solo en su gran estudio.
Encendió un cigarrillo y se quedó de pie frente a la ventana, mirándola huir despavorida por el jardín. Una luz insondable brilló en sus ojos.
Hace unos días, había recibido una llamada de Jin en la que le decía que el corazón de la abuela Li podría sufrir pronto un terrible paro cardíaco. Probablemente no podría aguantar mucho tiempo.
En sus últimos días, él debía cumplir sus deseos para ayudarla a mantener un buen estado de ánimo. Tal vez así ella podría aguantar un poco más.
Ella era lo que más le importaba en el mundo. Tras conocer la noticia, fue al bar y bebió para aliviar su mal humor. Alguien lo había dr*gado y había pasado una noche salvaje con Cha.
La abuela siempre lo había tratado con mucho cariño. Su único deseo era que se casara.
En realidad, había decidido acudir a una cita a ciegas que ella le había organizado para buscar una chica adecuada con la que contraer matrimonio.
No obstante, había sido una coincidencia que se encontrara con Cha y que su abuela también la conociera.
A la anciana parecía agradarle mucho, y a él no le disgustaba.
Era raro conocer a una mujer a la que no odiara.
Por eso, le había ofrecido casarse con ella.
Pero no esperaba que ella lo rechazara.
Ella lo había hecho sin dudarlo.
Al pensar en esto, la impaciencia surgió en sus ojos. Mordió el cigarrillo y dio una profunda calada.
Ella casi había desaparecido de su campo de visión. Entonces entrecerró los ojos como una bestia feroz que observaba a su presa, con fuerza y agresividad.