Capítulo 67
1048palabras
2023-09-23 21:00
La pequeña choza en la cual Muriel se encontraba se sacudió, sus ojos se abrieron, las velas empezaron a apagarse, la bruja se había puesto de pie inmediatamente, dejando sin culminar aquello que estaba realizando, pero cuando salió se encontró con que todos sus esclavos magos estaban cayendo de rodillas, se agarraban del pecho, sus varitas caen al lado de ellos, la bruja no entendía qué estaba ocurriendo, pero entonces su mente parece procesar algún suceso.
— Muriel Evans, naciste para ser una gran líder, serás la voz de todos los Magos
La bruja rompió el cáliz de donde se reproduce la voz, aquello había ocurrido cuando la pequeña bruja tenía 10 años.
— Yo no pienso ser la voz de la Bondad de los Magos, yo voy a hacer las cosas muy distintas, seré la bruja más poderosa, conocida por traer el cambio a la vida, no pienso ser una buena samaritana, utilizaré la magia para destruir lo bueno, y dejar que lo mano reine, será tan distinta que ni siquiera sería capaz de venerar a un hijo mío, porque si aquello ocurre estoy segura de que el engendro tendría los mismos poderes que yo, y aquí la única que debe de ser poderosa soy yo.
Muriel cerró los ojos mientras aquellos recuerdos se apoderaban de ella, la bruja no ha sido contaminada por el mal, ella no se ha convertido en un monstruo por algún daño, la maldad ha nacido con ella.
— Quiero que lancen el hechizo de la Maldición mortal que afecte al Clan de Vampiros - Fue la orden dada por la Bruja, mientras abría los ojos para mirar el cielo.
— No podemos lanzar un hechizo nuevamente de esa magnitud, no olvide lo ocurrido hace 7 años - La bruja con quién había hablado a tempranas horas hizo acto de presencia - Está destruyendo a los Magos, las brujas no pueden volver a tener descendencia, estás destruyendo todo.
— Para eso nací, he nacido para ser la pesadilla del mundo sobrenatural - Al momento en que Muriel había expresado aquellas palabras, una fuerte ráfaga de viento azotó aquella zona oculta en donde la bruja los mantiene.
— Eres una maldita, has llevado la contraria a nuestros programas de Magia, has condenado a mucha gente inocente de mil maneras, los virus, el Hechizo de la Sangre Negra, porque a mí no puedes engañarme, tú has manipulado absolutamente todo para que esta ola de tragedias, confusiones y todo lo que nos acecha siga el rumbo que tú quieras.
— ¿Cómo sabes de esto?.
— Todo este infierno es culpa tuya, tú obligaste a los Vampiros a violar a las brujas, los obligaste porque querías que la Maldición de la Sangre Negra domine el mundo, querías que sol no vuelva a brillar, tú lo planeaste absolutamente todo, hiciste que Killian pensará que tú fuiste violada por los Líderes de sangre negra cuando tú eras la única líder, cada paso que fue dado por los Mestizos de Sangre Negra fue por tu magia, eres la víctima falsa y has creado al Villano falso perfecto - la sonrisa burlona de aquella bruja molesto a Muriel, ella más que nadie sabe que si las brujas y los magos se revelan en contra de su hechizo la pueden tumbar, pero no pueden destruirla.
— ¿Quién eres verdaderamente tú? - Muriel se acercó a ella.
— Alguien que te leyó antes de tu propio nacimiento - fue la respuesta de la bruja, mientras Muriel apretaba sus puños, una línea negra se formó, naciendo desde su pecho hasta sus puños.
— ¿Van a revelarse en contra mía? - Muriel cerró los ojos, y empezó a avanzar a medida que hace aquello, el viento se arremolina alrededor de aquel lugar, los magos empezaron a sentir el estirón en el corazón - No pueden hacer absolutamente nada, viven y van a morir por mí.
Los ojos de la bruja estaban inyectados en sangre, los Magos se llevan las manos a la altura del Corazón, el cielo está completamente gris, las estrellas se han oculto, solo puede verse la Luna luchando para que las grandes nubes grises la dejen visible.
Gotas de lluvia empiezan a caer, y de la misma manera que las gotas tocan suelo y los pies de Muriel, los Magos y las brujas también se retuercen en el suelo.
- Nunca intenten revelarse en contra de mí, porque la muerte es el único camino - Al momento en que Muriel expuso aquellas palabras, una centella traspasó su cuerpo, sus ojos se volvieron vidriosos, su cuerpo quedó petrificado y lentamente parece convertirse en Polvo, todos quedaron sorprendidos, pero antes de que Muriel se convierta en cenizas, un cuervo fue visible, su poder, su fortaleza era tanto que no había manera de competir en contra de ella, es de conocimiento que el Cuervo está involucrado con el mal.
Al abrir sus alas, el viento trae consigo virus mortales, incluso los animales caen muertos, el ave emprendió vuelo, se posicionó en el centro de aquel sitio, y al momento de abrir nuevamente sus dos alas, el mal acecho el sitio, la muerte ha llegado, el cuervo cerró los ojos, y cuando volvió a abrirlos se dejó caer, del suelo se había puesto de pie Muriel, traía una capa negra, de su espalda proviene sangre, a sus pasos quedaba la marca del líquido Carmesí, muchos magos y brujas caen sin vida, la mujer volvió a cerrar los ojos, se colocó en cuclillas y Susurró algunas palabras, había dibujado un círculo, el dibujo se convirtió en fuego, las llamas habían iniciado la destrucción, la maldad en la mirada de Muriel era visible, su sola presencia era escalofriante. En Canadá, Lilibeth se había dado la vuelta al escuchar el disparo, fue rápida para esconderse por detrás de una roca, no obstante lo que llamaba la atención era el pequeño remolino de hojas que empezaba a formarse, Killian conoce de aquello, pero Lillith, no, la loba no sabe que aquel espectáculo está vinculada con el mal augurio, por eso el Beta se mostraba sorprendido, lentamente se acercó y tomó una hoja en manos, la hoja se convirtió en cenizas, elevó su mirada hasta el cielo.
— Prepárense para pelear, con alma y corazón, Muriel Evans vendrá por nosotros.