Capítulo 66
1020palabras
2023-09-23 21:00
— Hemos tomado la decisión de que los Lobos en cada país tengan sus propios Líderes - Expuso uno de los lobos ganándose la atención de Lillith, aunque la loba no dijo absolutamente nada, aquello era señal de que el lobo debía de continuar antes de que la Loba le arranque la cabeza - A lo que quiero llegar es que los Lobos que están en Canadá así como los lobos que están en Italia tendrán sus líderes en su país, ya sean a través del Congreso o si Eligen conformar su Propio Reinado.
— Por el Respeto que se merecen los que conforman nuestra especie, y como tenemos tratos es lógico, por mí y como la máxima autoridad concedo aquello, Cada Licántropo de cada País estará obligado a obedecer las órdenes y someterse al régimen del País en el cuello se encuentra, cada Manada tendrá su propio régimen, pero escuchen bien, no desafíen a las Autoridades Lobunas de Canadá porque tendrán sus propias leyes en donde deciden radicar, pero la mayor Ley lobuna se encuentra aquí, ustedes podrán tener sus congresos, sus propios legados, su propio Imperio, pero cualquier delito que cometan en contra de otra manada será Juzgado aquí, Ante la Realeza Lobuna Canadiense, y el que cometa errores, el que ponga en peligro a la especie de Lobos, a quien ataca a otra manada será Juzgado por mí, si destierran los Lobos ellos no quedarán desprotegidos, los que son desterrados pertenecen a la Hermandad de Lobos desterrados - La Manada - Sentenció Lillith, ya no hace falta expresar nada más todo quedó bastante claro.
— Eso es una excelente decisión, si nosotros queremos esto es para que podamos darles respuestas y salidas a los Lobos de manera inmediata, solamente en caso de que el asunto en cuestión sea insostenible por nosotros lo enviaremos a usted - Expuso otro Alfa.
— Entonces esto queda claro, la manada está ante todo, si alguien nos declara la guerra debemos de demostrar porque somos Licántropos, porque la Diosa Luna nos escogió como sus hijos, y por sobre todo evitar que entre nuestras especies haya enemistad - Las palabras de Lillith había generado una sensación que fluye por sus venas que los deja con la piel erizada, con el orgullo de ser Lobos alcanzando el cielo.
— Esperaremos en Nuestro congreso sus legados, sus leyes y las manadas que la conforman - Killian había hablado.
— Así será - Respondió otro Alfa, aquel salón se sentía pequeño al tener la presencia de innumerables líderes de Manadas.
Todos habían firmado un tratado de Paz, los lobos encontraron un punto fuerte, muy a pesar de todo lo ocurrido, Killian ya había emitido un comunicado a través del enlace explicando lo que pudo haber ocurrido, aunque aún estaban en la Oscuridad, más allá de saber que Muriel haya hecho uso de la Magia aún no saben a qué magnitud de poder pueden enfrentarse, Killian sabe perfectamente que su madre tiene mil maneras de Lidiar con ellos, por ende el Beta quiere dejar fuera del juego a los Licántropos, quiere alejarlos del peligro.
Después de mucho parecía que la calma había llegado a la especie de Licántropos, pero Lillith y Killian saben que aquella calma es maquillada, los minutos pasaron de una manera agradable, tragos, comidas y mucho más.
El bosque estaba en vuelto en total serenidad, aquel salón en dónde estaban todos se quedó en silencio por escasos tres segundos, Killian dirigió sus ojos amarillos, hasta el bosque que tenía de su lado izquierdo, el lado del corazón, parecía tener una pequeña opresión, volvió a dirigir su vista hasta otros lobos observando como la última gota de alcohol cae en el vaso de Cristal, al mismo tiempo que el gatillo de la escopeta se soltó, un disparo resonó en todo el bosque.
Con aquel disparo los pájaros emprenden vuelo, los animalitos se esconden, Lillith se dio la vuelta mirando la misma dirección en la que Killian había mirado segundos antes, el vaso de alcohol cayó al suelo, la sangre pareció abandonar el rostro de todos los presentes, al mismo tiempo que la campana de la Iglesia se escuchó, un escalofrío recorre el cuerpo de todos, la imagen de la Luna que colgaba por la pared del salón también cayó al suelo haciéndose añicos, el oxígeno parece no llegar a los pulmones, el viento soplo con fuerza el cristal de la Ventana se rompió en mil pedazos.
Por un momento, los lobos pensaron que el viento lo había roto, pero de manera rápida aquel pensamiento fue eliminado al observar el imponente lobo marrón tomando el control, era el Lobo de Killian que tomó el control dirigiéndose al sitio de dónde parece haber sido escuchado él disparó unos segundos después la loba Blanca imitó su acción, se sentía en el corazón de cada Licántropo la ansiedad de la loba, el correr de la sangre de Killian por sus venas, los ojos de su lobo inyectados en sangre, el suelo bajo sus pies parecía temblar.
Entonces los demás Lobos que se encontraban en el salón también entregaron el control, una manada de Líderes se habían unido a aquella carrera iniciada por Killian, el animal corría lo más que podía, hasta qué dos más se posicionaron al lado de él, Kairo y Lillith eran los recién llegados.
Aquel recorrido que debe de durar una hora y algunos minutos más los lobos lo hicieron en escasos 15 minutos, no hubo cansancio, solamente el temor de lo que podían encontrar, y cuando llegaron lo vieron, los ojos azules de Lillith y los ojos amarillos de Killian observan la sangre, el pelaje de los animales estaban paradas, el suelo que pisan parecía ser un globo, el más mínimo rasguño los dejaría caer, un cuerpo sin vida yace en el suelo, los lobos niegan con la cabeza en eso también se escuchó el rugido de los lobos que los rodeo, que corrieron tan rápido como ellos lo hicieron, La loba blanca se acercó al cuerpo sus patas se posan por encima de el, la bala estaba en el cuello, la muerte había llegado.