Capítulo 36
1580palabras
2023-09-23 19:13
La cabaña se había vuelto muy calurosa, el viento había dejado de sentirse unos ojos azules y otros del color de los rayos del sol se habían enlazado buscando hallar algún indicio de detener aquello que ocurriría, pero lo único que habían encontrado era el deseo plasmado en la mirada de ambos, era tradicional que después de la Unión esta sea consumada como cualquier matrimonio humano, Lillith tenía los nervios a flor de piel y Killian tan tranquilo, tan sereno con el rostro insufrible era incapaz de demostrar alguna emoción, pero el brillo en sus ojos dejaba en claro aquello que el Beta anhelaba, los labios y el cuerpo de la loba eran su necesidad, los ojos del lobo eclipsó a Lillith.
Unos segundos después los labios del Beta se posaron por encima de los de Lillith aquel contacto erizo la piel de la loba, luego de un beso que había iniciado con un simple roce, el panorama había cambiado, los labios de Killian eran exigentes reclamando los de la loba con fiereza, el hombre emitía gemidos roncos aquello hacía sentir bastante poderosa a la loba consciente de los efectos provocados en Killian Vankford, la piel de ella se enchina ante las caricias firmes de las manos de Killian que habían iniciado por encima de la prenda que cubre su abdomen.
Killian se apartó mínimamente con sus narices aun rozando entre sí, y allí la mirada de ella dejaba en claro lo que anhela y era a él, ella lo deseaba, Killian volvió a besarla profundamente, aquel besó estremeció a Lillith que se llevó la cabeza hacia atrás, Killian recostó el cuerpo de la loba posicionándose por encima de ella, y una vez más sus labios se habían encontrado con desesperación.
— No sabes cuánto te deseo - Murmuró con la voz ronca Killian dejando que una vez más sus ojos se encuentren, la luz de la Luna se infiltraba por las cortinas y por pequeñas grietas de la pared dejando ver el encantador rostro femenino.
Con Killian cerniéndose por encima de ella como si quisiera comérsela con los ojos, Lillith se había dado cuenta del hombre que tenía por encima de su cuerpo a escasos minutos de convertirla en mujer, en entregarse al Beta que a ratos la desea y en otros momentos la quería matar, el hombre una vez más se detuvo y Lillith logró verse en las pupilas dilatadas del hombre aquella sensación la abrumo.
— Eres hermosa, eres salvaje, y vas a ser mía— los dedos de Killian acarician los labios hinchados de Lillith con aquellas simples caricias, sus cuerpos ardían, pero Killian parecía no tener intenciones de que el momento acabará pronto en su mente quería grabarse cada momento de esta noche como un recuerdo valioso.
En aquella magnética situación, silencio, calma y deseos reprimidos a las fosas nasales de la loba había llegado la fragancia suave, pero muy varonil era la fragancia de Killian aquello despertó los instintos de la Loba, la fragancia le pareció embriagante.
— No creo que las caricias, los besos y la pasión basten por esta noche, quiero todo de ti y no solo por hoy— La voz de la loba era demandante logrando que Killian deje escapar una sonrisa encantadora.
— Yo te daré todo, pero también lo quiero todo de ti - Las manos del Beta empezaron nuevamente a vagar por el cuerpo de Lillith —¿Me lo darás? - Data vez los labios del Beta fueron al cuello de Lillith exactamente en dónde reposa si marca erizo aún más a la Loba, y la respuesta de la decisión de la Loba se escuchó suavemente.
— Te daré todo de mí y recibiré todo de ti - con aquellas palabras un nuevo beso había caído sobre sus labios, un beso demoledor y estimulante.
Las manos de Killian extrajeron el vestido de Lillith con total cuidado mientras las manos de la Loba hacían lo propio con los botones de la camisa del Hombre, segundos después con total desesperación habían logrado deshacerse de las molestosas prendas, Killian estaba desnudo ante la loba que volvió a experimentar un manojo de nervios al observar el espectacular cuerpo masculino, pero lo que había logrado aquella reacción y el brillo diferente en su mirada había sido el miembro erecto que se sentía en sus piernas, la loba había observado con atención aquello que despertaba cada poro de su piel, su cuerpo estaba ardiente, deseosa de sentir aquello en su interior.
— ¿Te gusta lo que ves? - Killian Susurró aquellas palabras al oído de la loba mordiendo suavemente el lóbulo de la oreja de la loba.
Killian a diferencia de Lillith ya se encontraba desnudo completamente, pero ella aún seguía con las prendas íntimas, el Beta la observaba de hambriento y sin disimulo, él quería comérsela completa.
— Estamos en desigualdad de condiciones— Lillith dejó escapar una pequeña sonrisa mientras sentía que la mirada del hombre quemaba su piel, la loba se deshizo de las prendas que aún cubren mínimamente su cuerpo.
Killian Vankford suspiró con fuerza cuándo la loba quedó completamente desnuda ante él.
— ¿Te gusta lo que estás viendo? - Lillith se mordió el labio inferior, logrando encontrar nuevamente aquella manera suya de tener el control aunque sea mínimamente.
— Te lo diré, pero en unos minutos más— Las manos de Killian subieron por la pierna de la loba, Lillith al sentir aquellas caricias dejó escapar un nuevo gemido, hasta que sintió aquellos dedos rozar su zona íntima, una inquietud placentera y a la vez dolorosa se apoderó de ella - Toma mis manos y tócate con ellas - Murmuró Killian con aquella voz que contenía el encanto sexual - Hazlo - Bramo el Beta bastante excitado.
Lillith lejos de dejar que la timidez ganará sus emociones, tomó las manos del Beta y entonces con el deseo que era mucho empezó a acariciarse su feminidad, se sentía muy suave que Killian maldijo por lo bajo mientras los movimientos de los dedos iba aumentando, 2 dedos, luego 3, pero con aquella caricia se habían dado cuenta de que ya no era suficiente, mientras con una mano ayudada por las manos de Killian y la otra mano suya acariciando sus pechos, Lillith se estaba excitando a escalas desmedidas.
Killian ya no pudo soportarlo, echó el cuerno de la loba y nuevamente se posicionó por encima de ella, dejando escapar un nuevo gruñido, Lillith tragó saliva al sentir todo el peso del hombre por encima de ella.
— Hazlo ya - Murmuró Lillith ansiosa de calmar aquella sensación que sentía en su vientre.
Killian no necesito expresar ninguna palabra, y de una sola estocada la había penetrado profundamente, aquel ataque fue duro, el Beta no pudo contenerse empezado a mecerse una y otra vez por encima de ella, la loba emitía pequeños gemidos una mezcla de dolor y placer mientras muerde el hombro de Killian, la estrechez de la loba lo llevaba al límite, mientras seguía las embestidas que dejaban sin aire los pulmones de la loba, que susurraba el nombre del Beta entre suspiros, sus movimientos eran fuertes, demoledores, las manos del hombre en la cadera de ella mientras él bombeaba cada vez de manera más intensa y profunda.
— Me encanta escucharte, gemir, dame más dame todo.— Killian después de expresar aquellas palabras, salió en su totalidad del interior de la loba que buscaba más la fricción entre sus cuerpos que sintió un vacío ante la salida del Beta de su interior.
— Mételo otra vez - Su voz se escuchaba como una súplica.
Killian la obedeció, pero antes de poseer el cuerpo de ella nuevamente había levantado las piernas de ella a la altura de su hombro, Lillith se sentía expuesta, pero estaba satisfecha, sus miradas nuevamente se habían encontrado, y una vez más con total fuerza el Beta la penetró, Lillith dejó escapar un grito que fue callado por las manos de Killian.
El Beta empezó con movimientos bruscos, los cambios de su rostro mientras tenían sexo dejó fascinada a Lillith, la loba había dirigido su mirada al punto en donde sus sexos se unían, mientras sentía la cada vez más profundidad de las embestidas, el cuerpo de Killian se tensó ante aquella fricción desesperada de sus cuerpos buscando encontrarse más profundamente, aquella manera salvaje en que estaba tomándola había incrementado la presión en el vientre de Lillith mientras Killian perdía el control, el desenfrenado choque de sus cuerpos uniéndose y convirtiéndose en uno era un estimulante más para que se vuelvan locos ante aquel sonido.
Besos, gruñidos salvajes, sudor y el olor a sexo que emanan en el interior de aquella cabaña era lo único que ellos podían sentir.
— Lillith - Susurró Killian mientras empujaba una vez más encontrando su liberación dejando que las gotas de su semilla queden en el interior de la loba y fue allí que Lillith dejó escapar un grito mientras su estrechez tomaba todo de Killian cuya frente estaba sudada por todo lo ocurrido, ambos se habían quedado estáticos con sus respiraciones irregulares con sus cuerpos aún unidos.
Killian se deslizó del interior de la loba, cerrando los ojos, aquel encuentro fue intenso y placentero.
Mientras ellos habían consumado la Unión ajenos a todo lo que ocurría afuera, en una Caldera una poción hervía y el humo que desprendía había dejado ver una pequeña niña corriendo por detrás de una mariposa.
La Poción de fertilidad está lista - Informó la Bruja al Alfa Rey.