Capítulo 15
1759palabras
2023-07-19 06:08
Taylor está ansioso esperando una respuesta por parte de Pamela, sabe que es su hijo, su corazón lo reconoce de inmediato.
Además, anteriormente ella le dijo que sería incapaz de abortar. Sabe que de su nueva pareja no puede ser porque la edad y los rasgos del pequeño dice todo lo contrario, pero quiere escuchar con palabras de ella que le confirme su sospecha.
―Te hice una pregunta, Pamela. ¿Es mi hijo?

―Es mejor que me vaya, no es mi turno ahora y mi hijo tiene que dormir. ―Comentó, queriendo esquivar la interrogante del hombre al que un día prometió amar y cuidar.
―Pamela, por favor déjame preguntarte algunas cosas, me urge saber el motivo por el cual me abandonaste.
Pero primero dime que yo soy el padre del niño, me alegrarías la vida si me lo confirmas. ―Suplicó Taylor.
―No es momento para hablar sobre este asunto, tú estás convaleciente y yo estoy agotada de trabajar.
―¿Convaleciente? Qué bueno que mencionas esa palabra para que recuerdes que en una situación similar me encontraba cuando decidiste alejarte de mí, me engañaste al decir que me amabas, y cuando más te necesité te echaste para atrás. Ahora no me vengas con que no es momento para hablar, ¿Quieres volver a escapar de mí?
―No hables si no sabes cómo fueron las cosas, sé que es raro porque he sido yo la que te abandonó, sin embargo, tus acciones me dan la razón.

―No me dejes esta noche, no repitas lo de hace unos años, por favor. ―Rogó, con la voz entrecortada.
―Ya no tengo por qué cuidarte, como ya te habrás dado cuenta, yo tengo a otro hombre en mi vida y es a él a quien me debo ahora.
Ha sido un error venir aquí, bueno, me habéis engañado al hacerte pasar como mi cuñado y haber involucrado al cirujano para que me llamara de urgencia.
―No tenía otra opción.

―Ahora no importa, adiós.
Pamela tomó a su hijo en brazos, dispuesta a salir de esa habitación. Su celular vibró en la bolsa de su pantalón y al ver que se trata de su colega del turno de la noche lo respondió.
―Doctora González, sé que no son horas de llamar y tampoco es de mi agrado hacerle perder su sueño privado. Tengo una emergencia y le quiero pedir que si me puede venir a cubrir el turno, mi pariente ha fallecido y tengo que viajar fuera de la ciudad. ¿Usted me haría ese favor?
No se preocupe por el tiempo invertido, se lo recompensaré el doble con su acción si lo acepta.
―Es que… bueno, ahora yo me encuentro aquí en la clínica, en un momento voy a su consultorio y hablamos. ―Respondió con tristeza, ya que es la primera vez que le tocará tener a su hijo dentro de esas instalaciones porque no piensa negarse a hacerle un favor a la doctora, que ya le debe tantos turnos ella.
―He escuchado lo que ha dicho tu compañera, no ha sido mi intención.
―Ah, sí, es que esta mañana se me dañó mi teléfono y solo funciona con el altavoz, ya debo irme.
―Déjame al niño, prometo que lo cuidaré.
―Ja, ja, ja, ¿postrado en una cama, te ofreces a cuidar de él? Patético. ―Se burló la chica.
―No es broma, si decides ayudarle a tu colega puedes dejarme al niño, verás que él estará bien.
―Ni loca dejaría a mi hijo en tus manos. ―Le aseguró, abriendo la puerta para salir.
―Recuerda que también es mi hijo y aunque quizá no lo merezco, pero tengo el derecho aunque sea a tenerlo durante esta noche. ―Gritó, antes de que la chica cerrara la puerta.
Pamela fue al consultorio de su colega, está triste porque no sabe qué decisión tomar. Le da lástima decirle que no le puede cubrir el turno porque recuerda que en casa no hay nadie para que cuide del pequeño Esteban. Pero no le quiere quedar mal a la colega y decide hacer lo que nunca se imaginó.
―No hay de otra que dejar que Taylor cuide de su hijo, total solo será por unas horas y pronto amanecerá para irnos. Además, no creo que se lo quiera llevar sin mi permiso porque ni siquiera puede mover su pierna. ―Comentó en su mente.
Finalmente, el niño se quedó a cargo de su padre, este muy feliz lo recibió con los brazos abiertos y para que estuviera tranquilo le prometió que en unas horas le dará una sorpresa.
―Pamela, quiero que mantengamos oculto a nuestro hijo, por el momento no quiero que nadie de mi familia se entere de él. ―Propuso. ―Seguro, ellos piensan que lo perdiste durante el embarazo y no indagarán tanto en el tema.
―Estuve a punto de perderlo, Taylor. Mientras tú te revolcabas feliz de la vida con tu amante, yo estaba en un hospital con puros medicamentos para lograr que él se mantuviera en mi vientre, fue terrible saber que yo no contaba con el apoyo de nadie más que mi prima.
―Lo siento mucho Pamela, pero la culpa la tuviste tú porque te marchaste.
―Ya te dije que tu amante me dijo un montón de cosas tuyas y hasta me mostró las evidencias de que se seguían viendo aun cuando tú me habías prometido que no lo hacías. Eres un falso hipócrita y sinvergüenza que embarazaste a otra sabiendo que yo también estaba esperando un hijo tuyo.
―No es cierto, durante yo estuve en terapia y la contraté a ella, yo no sabía que tú habías quedado en cinta, fue hasta que mi amigo me informó sobre los exámenes que te hiciste y me dio la noticia.
Yo no te mentí, Pamela, yo te dije que ya no me veía con ella y era cierto, más, sin embargo, tú caíste en su trampa y preferiste creerle a ella en vez de a tu esposo.
Y sí, hablé con ella en dos ocasiones más después de que me fue a buscar al hotel, pero lo hice porque ella me estaba chantajeando que te lo contaría a ti y eso me asustó porque para ese entonces yo ya no te quería perder.
Me enamoré demasiado de ti, Pamela. Me había hecho muchas ilusiones si sobrevivía a mi operación. Sin embargo, cuando todo acabó me di cuenta de que tú ya no estabas, ese ha sido el golpe más grande que he recibido en mi vida. ―Expresó con sus ojos llenos de lágrimas.
A ustedes los mantendré al margen de mi familia y principalmente de… de Sandy. Sé que ella querrá hacerles daño a ambos si se entera de que la he dejado porque los encontré.
―Ja, y quien te ha dicho que solo porque nos hayamos vuelto a ver, voy a estar detrás de ti nuevamente. ―Reprimió Pamela, sin sentir una pizca de dolor.
―Eso es lo que haremos, dejaré que mi familia se vaya a nuestro país, pero yo me quedaré aquí con ustedes y nadie me lo va a impedir.
―Estoy casada, Taylor.
―No me importa, yo también lo estoy y me vale madre separarme, lo mismo harás tú. Además, nuestras parejas no valen nada porque oficialmente tú y yo somos esposos.
―Lo fuimos durante un año. Te recuerdo que fui tu esposa falsa, me hiciste firmar un acuerdo que solo tenía validez para un año ¿Ya se te olvidó que me usaste solo para que no te quitaran la empresa?
―Está bien, hablaré con el abogado para que anule la cláusula que nos une solo por un periodo, quiero que seas mi esposa para toda la vida.
―Estás loco, yo no te he dado el consentimiento para que hagas eso, no puedes decidir por mí cuando yo estoy en mis cinco sentidos. Es más…
―Amor, por qué no me has dicho que tuviste un accidente ―Interrumpió Sandy, apareciendo de repente en la sala.
―¿Qué hace esta mujer aquí? ―Grita al ver que Pamela está de pie y muy cerca de Taylor.
¿Y ese escuincle, quién es y por qué lo tienes junto a ti? ―Reclamó al percatarse del bebé que duerme al lado de su padre.
―Sandy, por favor no quiero desorden, te ordeno que te tranquilices.
―¿Que me tranquilice? Ja, claro que me voy a tranquilizar, pero hasta que saque a esta perra de aquí.
Sandy es mucho más elegante que Pamela y por ende se le ha hecho muy fácil tomarla del cabello y halarla hasta la puerta con la intención de sacarla. Taylor le grita desesperado pidiéndole que la suelte y que si le hace daño se las verá con él desde ahora.
Sandy sabe que Taylor no bromea, ella sabe lo cruel que es con los castigos y teme que a ella la saque de su vida si le hace algo a Pamela delante de él, por lo cual decidió hacerse la víctima y así ganar ventaja para luego llevar a cabo su venganza en contra de Pamela.
―Lo siento tanto querida, me he exaltado mucho y no es bueno actuar de esta forma. Por favor, vete y yo cuidaré de mi amor, así como lo hice en el pasado. ―Expresó Sandy, luego de soltar los cabellos de la chica.
―Esto es por tu culpa, si tan solo no me hubieses engañado con esta mujer.
Te digo que en presencia de mi hijo no me voy a defender, créeme que si esa puta me provoca cuando yo esté sola, no le irá nada bien, yo he cambiado Taylor, ya no soy la misma chiquilla a la que todos manipulaban a su antojo ahora sé cómo defenderme y lo haré cuando sea necesario.
Otra cosa que quiero que te quede claro, tú no eres el padre de mi hijo, nunca has estado presente para darte el honor de que él te reconozca, no quiero que te acerques a nosotros porque solo problemas acarreas. ―Le susurró Pamela al oído cuando se inclinó para tomar a su hijo, luego de eso se marchó. No dejará que su bebé esté al alcance de una loca que la odia y que tuvo parte de culpa para que su matrimonio se viniera abajo.
―Sandy. ―Habló Taylor.
―Dime, amorcito, ¿te hizo daño psicológicamente esa mujer? Recuerda que hace unos años ella solo te utilizó.
―Basta, Sandy, ella es la mujer que amo y no estoy dispuesto a perderla por segunda vez.
Quiero que te vayas a la mansión y recojas tus cosas, cuando yo regrese no quiero que estés allí.
Lo nuestro nunca ha existido y si así fue, ya se terminó.