Capítulo 43
1143palabras
2023-07-19 12:16
(Desde el punto de vista de Daimon)
Los mantras que repetía mi abuela me hicieron retomar conciencia, podía perfectamente percibir la presencia de varios miembr*s de mi manada. Pero ella no estaba.
Eso fue un golpe duro, el pecho me dolió al comprobar que apesar de lo que había sucedido que además todos habían visto, ella estaba nuevamente a su lado.
Y no es como si pretendiera que lo abandonará, pero tal vez me había hecho ilusiones demasiado rápido. Yo que no creía en el amor, y que pensaba que el románticon era mi hermano y resulta que el amor estaba poniendo patas arriba mi vida.
Mis fuerzas poco a poco estaban volviendo y lo mejor era regresar a mi manada.
No me moví, no hable, mantuve los ojos cerrados tratando de conciliar el sueño
En cuanto amaneciera partiría.
Dormitaba cuando escuche su voz, la sensación de euforia no se comparaba con nada, quería saltar ir abrazarla, mimarla.
Ella hablaba con la abuela, algo sobre el estado de salud de Dániel y luego preguntó por mi!!!
- Te estaba esperando - Le dije abriendo los ojos, tratando de ocultar mi excesiva emoción.
Solo me importa ella, en sus ojos veo el mundo!
Mi paz, mi hogar, mi vida!
El médico de mi manada trata de acercarse pero se lo impido y le solicito que salga. Cada segundo es oro! No se cuantas oportunidades más tenga de tenerla a mi lado!
Mi cuerpo está nervioso como nunca antes, deseoso del contacto, de sentirla.
Le pido que se acerque y tomo su mano! Si, no cabe la más mínima duda, es mi compañera! Es mi Luna! Siento la corriente despertar todos mis sentidos, es como si derrepente la luz se hubiera encendido, todo a cobrado vida!
- Yo sabía que no ibas a perder el tiempo. - Rayos! Había entrado para arruinar mi momento, aunque que si yo hubiera sido el afortunado estaría pegado a ella como una sombra.
- Tú tampoco lo hiciste. ¿No? Huele más a ti que a ella misma - Digo escupiendo las palabras! Siento celos de imaginarlo! Estoy seguro que no la tomo porque él se ve frustrado, pero si la debió tocar.
- Claro! Es mía! Es normal que huela a mi ¿no crees? - Escucharle decir eso son cuchillos en mi pecho.
- No es tuya Dániel, es Nuestra! - Le digo enderezandome, sintiendo que la furia crece sin control porque se que es verdad! Ella también me pertenece.
Entonces él me recuerda que no es mi marca la que ella lleva, no he sido yo quien la ha reclamado.
Pero eso se puede arreglar, no se si lo dije o lo pensé, solo siento que mis colmillos están afuera listos para atacar. Por instinto sujeto mas fuerte la mano de Victoria.
- SUELTA A MI LUNA Y LARGATE DE MI TERRITORIO DAIMON! - Me grita
- Ya mate un Alfa hoy y puedo seguir. Así las cosas volverán a su verdadero dueño, mi manada, mi territorio y mi Luna, porque sabes que ella ya me reconoció! - Me enfurece que él no quiera reconocerlo
Escucho la voz de mi abuela rogando para que me calme y la devuelva. Mis instintos martillan en mi cabeza, me superan en número, no podre salir con vida si me encamino a llevarla conmigo. Pero después de lo de hoy no podré ser el mismo. Estar sin ella o morir da igual.
- Podría simplemente clavar mis colmillos en su hermoso cuello! Enterrarlos suavemente! Reclamarla como mía. Borrar tu marca! Mostrarle lo que es un verdadero Alfa! - Ya no soy yo quien habla, no logro razonar. Es mi parte animal.
Veo las garras de Dániel asomar y mi cuerpo se emociona por la eminentemente pelea que se avecina, pero llega ese olor, que me deja paralizado. Es un olor adictivo, delicioso. Que me invita a tomarlo. Mis músculos están tensos.
Todo se pasa en cámara lenta. Quiero moverme y no puedo. Solo deseo absorber ese aroma!
Cuando abro los ojos Dániel se la ha llevado.
Oigo sus quejidos en la segunda planta, subo las escaleras en rápidas zancadas.
Ella se queja y el calor que emite es tan fuerte que lo siento antes de entrar
- LA BAÑERA DÁNIEL! - Le digo en cuanto entro, ella se está quemando.
Le pido a los Betas que subieron tras de mi que busquen hielos, aunque no creo que funcione.
Paso y toda la habitación huele a ella, no me detengo hasta llegar al baño y poner a llenar la bañera.
- Desnudala y yo esperare por el hielo - Le digo mientras salgo, estoy seguro que ella no quisiera que la viera desnuda sin su consentimiento.
La oigo quejar y quisiera mitigar su sufrimiento. Recibo las cubetas llenas de hielo y entró nuevamente, su olor es mas fuerte, en el suelo veo tirada su ropa y me contengo por calmar el impulso de tomar su tanga y llevarla a mi nariz. Esta mujer es demasiada tentación!
- Concéntrate o vete! Este no es momento para que te empalmes. - Le escucho escupir a mi hermano mientras me quita los baldes y los desocupaba sobre ella.
Sus quejidos son cada vez más débiles.
Mi angustia crece y le pregunto que más podemos hacer para ayudarla y la voz de mi abuela me sorprende en mi espalda.
- Tocala - Me dice y Dániel se resiste a acceder.
Pero ella sigue insistiendo en que ella nos necesita a ambos tanto como nosotros a ella.
Lo veo acceder y me estira la mano que él estaba sujetando antes. No lo pienso haré lo que sea por evitarle dolor, en cuanto los dos la tocamos ella se calma y tiembla de frío.
- Voy por la toalla! - Le digo corriendo a buscarla, pero más demoro en soltarla que en escuchar volver sus quejidos.
Daniel la esta sacando de la bañera y yo regreso tan rapido como puedo, estamos solos y admiro su autocontrol, la seca pero no es morbosidad lo que se ve en sus ojos, es amor, es devoción. Yo en cambio siento a la fiera arañar por poder tocarla, por recorrer a besos cada parte de su cuerpo!
Salgo y acomodo la toalla para que él la acueste.
Temo que con tanto calor que tiene pueda convulsionar. Corro al otro lado de la cama y tomo su mano.
Su calma vuelve! No quiero dejarla! No quiero separarme de ella! Y esa decisión ahora esta en las manos de mi hermano.
- Jamás la marcaría para hacerte daño, puede que antes pensara diferente, puede que incluso deseara robarla.
Pero ahora no lo haría. Tú haz llegado a su vida antes que yo y yo solo puedo verla desde la barrera.
Te ayudare hasta donde me permitas y la cuidare. Pero no seré un peligro. -