Capítulo 37
674palabras
2023-06-05 17:43
Con las naranjas en las manos, Giselle siguió caminando e ignorando a Maverick. Sabía que aunque no la hubiera dejado morir en manos de Prestin, habría obligado a Vincent a intimidarla.
Maverick no esperaba que Giselle fuera tan terca. Nunca antes lo había tratado de esta manera.
"¡Quédate ahí!" dijo para detenerla. Luego se acercó y se paró frente a ella.
Las luces de la calle que proyectaban sobre él alargaron tanto su sombra que parecía como si estuviera envolviendo a Giselle en sus brazos.
Giselle se fijó en sus sombras juntas y contuvo la risa. Era un tipo raro.
Cuando ella lo perseguía, a él le traía sin cuidado lo que hiciera ella para llamar su atención.
Giselle miró minuciosamente a los ojos de Maverick. "¿Qué? ¿Te sientes solo ahora que has enviado a Gloria de regreso?"
Maverick ignoró la pregunta de la chica. Miró las naranjas en sus manos.
A Andrew le encantaban las naranjas de Georvenia. Era obvio que conocía muy bien a su primo.
El hecho de que hiciera esa pregunta significaba que no lo había creído antes.
Giselle se burló. Todavía estaba molesta por lo que había pasado, así que no tuvo cuidado con su tono. "¿Qué tiene eso que ver contigo?"
Maverick entrecerró los ojos y miró a Giselle. Ella era diferente ahora. Solía estar dispuesta a hacer cualquier cosa para complacerlo. Pero ahora parecía un poco arrogante e impaciente.
¿Andrew le había dado la confianza para ser así?
Maverick se burló de ella mientras su mirada se volvía fría. "¿Qué recibes tú a cambio? ¿Andrew resolvió tu problema con Vincent o tus problemas de dinero?"
Giselle miró hacia arriba. Estaba tan harta de que la menospreciaran que era hora de que ella se defendiera. Así que, decidió que cuando Maverick estuviera molesto, ella tenía que estar feliz.
"Andrew es diferente a ti. No solo me dio dinero, sino que también me ayudó," dijo con una sonrisa tierna en la cara.
Hacía parecer que estaba muy feliz con Andrew. Y, a su vez, humillaba a Maverick.
Nunca había visto a un hombre tan despiadado y descarado como él.
Ahora lo que quería hacer era vengarse de él y echarle sal a la herida.
Giselle siguió provocando a Maverick. Había hallado la manera de hacerlo enojar.
Él solo cerró los ojos, y Giselle se asustó al ver que aun sin decir una palabra se podía sentir la ira que lo rodeaba.
En efecto, desafiar a Maverick no había sido una buena idea. Justo cuando Giselle estaba buscando una manera de compensarlo, él sacó un cigarrillo para encenderlo.
Al bajar la cabeza para encender el cigarrillo, la luz proyectó sobre su rostro haciéndolo parecer cautivador, como si fuera un actor de película.
Giselle tuvo que admitir que Maverick siempre tenía su comportamiento bajo control.
Y un encanto tan irresistible como para hacer volar la imaginación de una mujer con solo encender un cigarrillo.
Maverick dio unas bocanadas de humo para calmarse. Luego sus labios se curvaron en una sonrisa mientras se burlaba. "¿De verdad pensaste que Andrew podía ayudarte?".
Luego sus labios se curvaron en una sonrisa mientras decía: "¿De verdad pensaste que Andrew pudo ayudarte?"
Él se mostraba tan calmado que parecía tenerlo todo bajo control.
Giselle frunció el ceño porque sabía a qué se refería.
Ella arqueó las cejas mientras lo miraba con los labios abiertos como si se sintiera ofendida. "Tú no me quieres. ¿Por qué no me dejas seguir adelante? ¿De verdad quieres que me case con Vincent? ¿De qué te sirve eso? ¿O solo quieres que sufra?"
Sus ojos se pusieron rojos mientras lo interrogaba a gritos.
La forma en que lo miraba en ese momento era exactamente la misma con la que lo había visto enviar a Gloria a su casa la otra noche.
Parecía tan enojada y resentida que le causaría un dolor desgarrador a cualquiera.
Desafortunadamente, Maverick no la creyó.
Dio otra calada y dijo a secas: "Si no quieres casarte con Vincent, pórtate bien."
Giselle lo miró aturdida. "¿Qué significa eso?"