Capítulo 18
707palabras
2023-05-29 09:50
En la cena de esa noche, Maverick fue extrañamente considerado con Giselle.
Le cumplió cada capricho que se le ocurriera.
Hasta le hizo caso cuando ella le dijo que no bebiera.

Todos estaban asombrados, hasta comenzaron a preguntarse si él realmente se había enamorado de ella.
¿No se suponía que estaría comprometido con Gloria?
Entre la multitud, Giselle fue la única que notó que algo andaba mal.
Su presentimiento dio en el clavo. Tan pronto como terminó la cena, Maverick encendió un cigarrillo frente a todos.
En medio del humo, pronunció con calma: "Giselle, terminemos".
Dios... Sus palabras eran tan frías y directas.

Todos los presentes quedaron en estado de shock, y algunos incluso derramaron sus bebidas por descuido.
Giselle respondió con una risa encantadora y se sirvió una copa de vino para brindar con él. "Claro." 
Los espectadores admiraron su compostura. Pero apenas terminó el evento, ella fue directo al estacionamiento subterráneo y pateó con fuerza la puerta del auto de Maverick.
Él la dejó subir. Mientras bajaba la ventanilla, encendió un cigarrillo entre las yemas de los dedos y envolvió su hermoso rostro en humo.

En otras circunstancias, Giselle habría admirado su hermosura. Pero esta vez se desbordaba en ira.
"¿De verdad crees que puedes dejarme así?" La mujer continuó: "Cuando decidiste acostarte conmigo, deberías haber entendido que no te puedes deshacer de mí así de fácil." 
Él exhaló una bocanada de humo, luego le entregó un cheque y preguntó: "¿Con esto es suficiente?"
Giselle no podía creerlo.
¿Acaso ya tenía todo planeado?
Levantó la mirada y vio la burla en los ojos de Maverick, era como si para él ella estuviera montando una escena solo para conseguir más dinero.
La chica era consciente de que él siempre la menospreció.
Pero no lo culpó. Al fin y al cabo, fue ella quien lo sedujo en primer lugar, subió a su auto y se fue sin rodeos a una habitación de hotel con él.
Pero ella quería algo más que el dinero.
Entrecerró los ojos y apartó el cheque. "¿Por quién me tomas? ¿Pueden medirse en dinero mis sentimientos por ti?"
Sus palabras sonaron muy falsas incluso para ella misma mientras las pronunciaba en voz alta.
Hablaba con tanta convicción porque temía que Maverick notara que estaba fingiendo.
Sin revelar su artimaña, él apagó su cigarro y condujo fuera del estacionamiento, luego se detuvo frente a una zona residencial de clase alta.
Las viviendas de esa zona eran muy dispendiosas y no mucha gente podía permitirse vivir allí.
Pero siempre hubo quienes, con el fin de hacerse realidad sus supuestos sueños, lo tiraron todo por la borda y las compraron.
Giselle miró el entorno familiar a través de la ventana del automóvil y en su rostro podía notarse cierta incomodidad.
Maverick volvió su mirada hacia ella. Sus ojos estaban tan fríos como siempre, pero se le notaba algo de fatiga. "Entonces, has de estar ganando bien para pagar la hipoteca mensual de un apartamento en este lugar, ¿no? Teniendo en cuenta que andan por las seis cifras..."
El rostro de Giselle se puso pálido. 
"¿Por qué no me invitas a pasar?", la voz de Maverick estaba desprovista de cualquier emoción.
Ella no se movió, "No hay nada que valga la pena que entremos."
"¿En serio?" Los profundos ojos de Maverick la escrutaron. "¿No estarás escondiendo algo?"
"Para nada", negó ella instintivamente.
Curvó los labios y rio falsamente. "Es solo una casa ordinaria. Sabes que en cualquier momento me pueden echar de la mía. Conseguir un lugar propio me ayuda a sentirme segura." 
Después de terminar de hablar, miró a su alrededor y trató de cambiar de tema: "Ha pasado mucho tiempo desde que vine aquí, esta comunidad tiene buen ambiente ¿No crees?".
Maverick no dijo nada sino que le lanzó una mirada penetrante, como si pudiera descifrar fácilmente sus mentiras.
La mujer sintió que su corazón se hundía. Sabía que él estaba decidido a entrar y echar un vistazo.
Ella no podía negarse, al fin y al cabo, que estaba pagando ese apartamento con el dinero de Maverick. Si insistía en rehusarse, ¿quién sabría cómo reaccionaría él?
"¡Bien!", al final tuvo que ceder. "Pero la casa acaba de ser renovada, así que está un poco desordenada."