Capítulo 14
1136palabras
2023-04-24 10:38
Ya habían llegado a la carretera donde está ubicado la hacienda de la familia de la peña y como todo carretera de campo todo estaba desolado y la calle levantaba más polvo que brisa en desierto y Cristal iba perdida en sus pensamientos, cuando la señora Adelina la miro así, le dijo tú porque estás acostumbrada a la gran ciudad, pero ya verás que vas a amar estas tierras como nosotros la amamos.
Cristal al escuchar estas palabras solo le dio una media sonrisa y siguió con sus pensamientos internos, puesto que todo había sido muy rápido para ella.
Apenas ella había visto la entrada de la casa donde decía, Bienvenido a la hacienda la Peña Dorada se había quedado asombrado de ver esa entrada tan majestuosa, Cristal nunca se había imaginado algún día vivir en una casa así de lujosa.
La señora Adelina, que iba pendiente de los gestos que hacía su nieta, cuando vio que esta estaba mirando por la venta del auto asombrada, le dijo y eso que todavía no has visto la casa grande, te aseguro que cuando la veas por dentro te va a encantar, luego dijo y la mayoría de la decoración que hay en la casa la hizo tu madre.
Cristal se puso nostalgia un tiempo al recordar a su madre, para luego responderle a su abuela, diciendo, pero esto parece más a un palacio que a una hacienda, yo me imagine un lugar donde solo crían vacas y caballos, no un sitio así de hermoso y el atardecer aquí debe de ser maravilloso.
Luego de haberse bajado del auto y entrar a la casa, Cristal miraba para todo lados, el decorado de casa, puesto que su abuela antes le había dicho que había sido su madre, era una bonita decoración rústica, pero muy elegante y pensó como mínimo con un solo arregló que hay aquí, mi madre y yo fuéramos vividos un par de años sin necesidad alguna.
Don Gerardo, la sacó de sus pensamientos, cuando le dijo, bienvenida mi niña a tu nuevo hogar y espero que estés a gusto con todo lo que mande a disponer en tu habitación, pero si no te gusta algo de allí, solo la mandas a cambiar y listo.
Cristal no creía que en esa casa había algo que no le gustara, pero igual, solo le dijo gracias abuelo.
El señor al verla que le estaba dando las gracias dijo, tú no tienes que darme las gracias por estas cosas tan pequeñas y recuerda que todo lo que hay aquí en esta casa te pertenece.
Doña Adelina de inmediato le dijo a la señora Perla que le ayudará a desempacar a su nieta, para que descansara un poco antes de la cena y así lo había hecho esta.
El cuarto de Cristal estaba cerca de la habitación de sus abuelos y lo más asombroso era el gran ventanal que tenía esta, para poder ver la naturaleza y el exterior en general, y su gran cama hasta una salita pequeña tenía dentro de la habitación.
Cristal cuando miro la habitación que sus abuelos habían preparado para ella estaba flirteando y no lo podía creer esto todavía.
Ella estaba pensando que todavía estaba en un sueño y que todo era mentira, que cuando despertara de este, su madre aún estaría viva y estos señores no existía en ningún lugar de este mundo, para darse cuenta de que todo era un sueño, por eso se había apretado duro el brazo para que todo volviera a la normalidad, porque ella cambiaría todo lo que tenía ahora, para que su madre estuviera viva y con ella, así sea que en ese momento no tuvieran ni para pagar la renta.
Pero por el dolor que había sentido por el pellizco que se había dado, se dio cuenta de que todo esto era su nueva realidad, a la que tenía que acostumbrarse de ahora en adelante.
Para después de un tiempo, ya estaban cenando en el comedor y su abuelo, era el más feliz, ya que con la llegada de su nieta, él podía descansar de sus obligaciones en su trabajo, solo le tenía que enseñar un par de meses, como era el manejo de los negocios y se daba de baja en su trabajo.
Don Gerardo, en solo pensar en esto, miró a su nieta y dijo a partir de mañana te enseñaré todo sobre el manejo de nuestros negocios para que te hagas cargo de ellos lo más pronto posible.
Cristal, al escuchar estas palabras dichas por su abuelo, se atragantó con lo que estaba comiendo y comenzó a toser fuerte.
Doña Adelina al ver a su nieta que se estaba ahogando le había pasado un vaso con agua.
Luego de que Cristal se había calmado dijo, pero abuelo, yo no sé nada de negocio, ni siquiera he pisado una universidad, para encargarme de tus negocios.
El señor la miró muy serio, cuando le dijo a partir de ahora aprenderás voy a llamarte un par de tutores y conmigo enseñándote, yo creo que en dos meses ya estarás capacitada para hacerte cargo de todo los negocios familiares.
Doña Adelina, miró a su nieta que estaba un poco abrumada con todo este asunto, que de inmediato le dijo a su esposo, deja a la niña tranquila que cualquiera pensara que la trajimos a esta casa, solo para que se haga cargo de los negocios.
Luego le dijo: tú tranquilamente, todavía puedes estar al frente de los negocios y poco a poco la vas entrenando para que con el tiempo no se le haga difícil, cuando ella le toque encargarse de ellos.
Mientras decía estas palabras le tomo la mano a su nieta y le dijo tranquila, que tu abuelo lo que quiere es que tú aprendas rápido, para que él pueda hacer pereza todos los días y dedicarse a pescar, que es lo que más le gusta a ese anciano.
Tu tranquila, y tomate tu tiempo, y descansa todo lo que puedas que recién llegaste a esta casa, además acaba de perder a tu madre y tu abuelo ya está pensando en darte la obligación de la familia.
Cristal, cuando miró a su abuelo que estaba todo arrugado, se arrepintió de no haber estudiado alguna carrera para poderlo ayudar, pero igual por el tiempo y el dinero no lo había hecho.
Ella al pensar en esto le dijo, abuelo no te preocupes que a partir de mañana empezaré con mis clases, para poder ayudarte en lo que más pueda y así no te canses mucho con tu trabajo.
Don Gerardo, al ver que su nieta iba a hacer todo lo que él le había dicho, le dijo a su mujer viste, digna nieta mía, con un orgullo en su voz que no podía con este al hablar.