Capítulo 44
1690palabras
2023-05-14 00:02
En un instante, mi ira creció como un tsunami; debí haber sabido que mi padre no tramaba nada bueno.
Victoria ya me había humillado por esto mismo durante la mañana, pero él aún quería más, pues no estaba satisfecho. Incluso a pesar de que Jayden ya había firmado el contrato, él ahora quería adelantar la fecha.
Entonces, apreté los dientes, me tragué mi enojo y dije con voz fría: "Ya no tengo ninguna relación con él. Por eso, ¿cómo esperas que le hable sobre este asunto?".

"Si en verdad no tienes nada que ver con él, ¿por qué cambió de opinión y aceptó firmar el contrato?", me respondió, sin querer creerme.
Yo me quedé helada por un momento, pues su pregunta me hizo pensar en cosas que jamás debieron haber pasado.
No obstante, me tomó solo un par de segundos recobrar mis sentidos, ya que, como Victoria había dicho, a los ojos de Jayden yo no era más que un juguete.
Considerando esto, ¿cómo era posible que un juguete lo hiciera cambiar de opinión?
Así, ignorando la amargura que sentía en mi corazón, dije con tono sarcástico e indiferente: "¿Cómo podría saberlo? ¿Acaso no viste que hoy vino a la fiesta con la hija de otra familia?".
Al parecer, Ethan ni siquiera sabía que Jayden había venido a la fiesta, pues cuando escuchó mis palabras, comenzó a mirar a su alrededor ansioso, y al ver a la despampanante pareja de la que le hablaba, su rostro se llenó de ira y, mirándome fijamente, me regañó y me dijo: "¡Eres tan inútil que ni siquiera puedes mantener a un hombre a tu lado!".

Vaya, al ver a Jayden con otra mujer su primera reacción fue regañarme en lugar de preguntarme si estaba bien, y era por cosas así que a veces realmente me preguntaba si me consideraba su hija o no.
A excepción de mi madre, nadie se preocupaba por mí. Sin embargo, para mi desgracia, ella también me había abandonado.
Arrugué la nariz ante el comentario de mi padre, pero, a pesar de eso, me reí y dije sarcásticamente: "Sí, soy una inútil, ¡pero tú tampoco eres la gran cosa, pidiéndole a tu hija que le suplique a un hombre!".
Al parecer, mis palabras lastimaron profundamente su orgullo, ya que simplemente ignoró mi comentario y dijo: "¡Qué hija más ingrata eres!".

Tan pronto como hubo dicho esto, alzó la mano para abofetearme, y yo di un paso hacia atrás inconscientemente, pero en ese momento mis tacones chocaron contra algo y caí de espaldas.
Mientras caía, cerré los ojos asustada, mas no sentí el dolor del golpe como esperaba. En lugar de eso, un fuerte brazo me sostuvo de la cintura.
"¿Qué está sucediendo?", escuché preguntar a alguien con un tono frío.
Sin embargo, yo ya estaba completamente acostumbrada a esa voz, así que rápidamente abrí los ojos solo para encontrarme con el rostro inexpresivo de Jayden. De pronto, sentí como si mil hormigas me hubiesen mordido la espalda al mismo tiempo, así que me solté de su agarre a toda prisa y dije con un tono no muy amigable: "No pasa nada. Muchas gracias, señor Christian".
De inmediato, su acompañante me miró de arriba a abajo con unos ojos que parecían dagas y, tras tomar a hombre por el brazo como si lo conociera de siempre, preguntó: "¿Ustedes dos se conocen?".
Sin embargo, yo no supe si le estaba preguntando a él o a mí.
Al escuchar esa pregunta, los brazos de Jayden se tensaron levemente, y cuando él estaba a punto de hablar, yo me adelanté y dije cortésmente: "Sí, tuve el honor de reunirme con el señor Christian por temas de negocios".
Con esas simples palabras, aclaré de inmediato el tipo de relación que existía entre nosotros dos.
No sabía por qué él había decidido volver a trabajar con mi padre, pero al menos le había ayudado a cumplir su deseo de dejar ir a mi abuelo, así que le debía una. 
Por eso, decidí devolverle el favor tomando la iniciativa y respondiendo en su lugar para evitar crear problemas con su novia.
No obstante, no sabía por qué me sentía tan triste.
Entonces, la mujer sonrió con satisfacción y dijo suavemente: "Entiendo. Jayden, es hora de irnos; el señor Robinson todavía nos está esperando, ¿recuerdas?".
Enseguida, Christian me miró con un dejo de tristeza y malicia en sus ojos, mas apartó la mirada de inmediato y respondió en voz baja: "Está bien, vamos".
Sin más los vi alejarse mientras mi mente confundida me asaltaba con un millar de pensamientos. En verdad, se suponía que Jayden compartiera su vida con una mujer como ella, pues hacían bonita pareja.
"Ja, verdaderamente eres una ex esposa abandonada", resopló mi padre con un tono de disgusto.
Sus palabras me lastimaron enormemente, pero preferí no discutir con él, así que le respondí secamente: "Por eso mismo deberías desistir de tu plan".
Tan pronto como hube dicho esto, di media vuelta y me alejé.
Al otro lado del salón me encontré con Brandon, el cual acababa de terminar de hablar con sus amigos, y este me sonrió y dijo: "Te estaba buscando. ¿Has visto a Owen?".
"Sí, sí lo vi". le respondí, asintiendo con la cabeza y apretando los labios.
"¿Qué tal el nuevo sujeto a cargo? ¿Ya pudiste sacarle algo de información?", me preguntó en voz baja.
Después de un momento de silencio, finalmente tomé una decisión y dije: "Señor Johnson, lo siento, pero quiero abandonar este proyecto. Espero que esto no le cause problemas".
Entonces, él me miró fijamente y dijo en voz baja: "¿Alguien te hizo daño? Mia, si pasó algo tienes que decírmelo, no te lo guardes".
Al decirle que quería renunciar, creí que me regañaría por ser irresponsable o desleal, pero, en lugar de eso, solo se preocupó por mi bienestar y de que nadie me hubiese lastimado. 
Por un instante, quedé estupefacta e incluso sentí que no había sido lo suficientemente responsable al dejar que mis problemas personales afectaran mi trabajo, a pesar de haber prometido al comienzo que haría mi mejor esfuerzo.
Con esto en mente, cerré los ojos y, negando con la cabeza, respondí: "Nadie me hizo daño".
 "Si pasó algo debes decírmelo. Vamos, te llevaré a casa", me dijo él, ya que, al parecer, no tenía prisa por hacerme más preguntas.
"Está bien, señor Johnson", le contesté, y nos marchamos juntos.
Plotin era una ciudad más activa de noche que de día, y las muchas luces provenientes de las casas se fundían con la lluvia que caía por fuera de la ventana del auto, haciendo que todo luciera más apacible.
Así, me recliné sobre el asiento del copiloto sintiendo el corazón pesado y cansado.
"Eastern Star probablemente también participará en la licitación de este proyecto", dijo de pronto Brandon.
Aquello no me sorprendió en lo más mínimo, así que simplemente miré hacia adelante y dije: "Eso significa que las demás compañías no tienen oportunidad".
Siempre que Eastern Star quisiera participar de dicho proyecto, lo obtendrían con solo mover un dedo, lo cual hacía todo el proceso de licitación un sinsentido.
Brandon no negaba esto, pero tampoco se desanimó, así que dijo: "Tienes razón, pero todavía espero que puedas hacerte cargo de este proyecto. Incluso si no puedes ganar la licitación, te servirá para practicar. Así, cuando te encuentras con proyectos similares en el futuro, ya tendrás algo de experiencia".
Me quedé atónita por un momento, pues no esperaba que él ya hubiese pensado en todo. Básicamente, yo no podía negarme y tampoco tenía oportunidad de ganar esa licitación, lo que significaba que no tendría ningún contacto con Owen.
"Está bien", le respondí.
Una vez que el auto se detuvo en mi vecindario, estaba a punto de bajarme cuando vi que Brandon se estaba sobando el estómago con una mano. Al parecer, no se encontraba del todo bien. 
"Señor Johnson, ¿le duele el estómago?", le pregunté.
"Bueno, es algo que me suele pasar. No comí nada en el banquete, y cuando me da hambre, siempre me duele un poco el estómago", me respondió con una sonrisa impotente.
En los banquetes como el de esta noche era difícil que alguien pudiera quedar satisfecho, ya que se la pasaban hablando de alianzas y negocios, por lo que todos dejaban de comer en algún momento.
Como su asistente, me sentí un poco culpable por no haberme dado cuenta de ese detalle.
Por eso, tras pensarlo un momento, le dije: "¿Por qué no sube conmigo y descansa un rato? Así puedo aprovechar para prepararle algo de comer. ¿Qué le parece?".
"¿Sabes cocinar?", me preguntó él, arqueando una ceja.
"Solo los platos más fáciles, como fideos", le respondí, asintiendo con la cabeza tímidamente.
De hecho, eso no era del todo cierto, ya que las únicas cosas que sabía cocinar eran los platos favoritos de Jayden.
En ese momento, pensé que quizás ya no sería capaz de amar de nuevo a alguien como lo había amado a él, porque solo por él estaba dispuesta a hacer cosas para las que no era buena.
Entonces, Brandon aceptó mi oferta y, riendo entre dientes, dijo: "Está bien. Hace mucho tiempo que no pruebo la comida casera, pero probaré la tuya esta noche".
Así, entramos en mi edificio y subimos hasta mi departamento. Una vez adentro, me percaté de que lo único que me quedaba en el refrigerador eran algunos tomates y huevos, así que solo podría preparar unos fideos muy simples.
Afortunadamente, a Brandon no le importó en absoluto, ya que se sentó a la mesa y los devoró rápidamente.
Luego, se limpió la boca con una servilleta y dijo con una sonrisa: "Realmente no sabía que cocinabas tan bien".
Yo estaba a punto de responderle cuando de repente sonó el timbre, así que, extrañada, me levanté de la mesa. ¿Quién sería capaz de visitarme en medio de la noche?
Arrastrando las pantuflas, caminé hacia la puerta y, cuando vi a Jayden con su aura fría de siempre, me congelé.
De inmediato pensé en Brandon, que todavía estaba en el comedor, y me sentí inexplicablemente culpable. "Tú, ¿qué haces aquí?", le dije entonces.