Capítulo 42
1380palabras
2023-05-12 00:02
Me quedé atónita. Jayden había sido muy firme en ese asunto y se había negado rotundamente a cooperar con el Grupo Clinton.
Entonces, ¿por qué ahora había cambiado de opinión y había firmado el acuerdo?
Ya me había parecido raro que, después de mi aborto espontáneo, Ethan se hubiera dado por vencido y hubiera dejado a mi abuelo en paz.
En ese momento, había estado muy desconcertada y, pese a que había sentido que había algo raro, nunca me hubiera imaginado que Jayden hubiera llegado a un acuerdo con él.
¿Por qué Jayden había hecho eso?
La respuesta estaba frente a mí, pero no me atrevía a pensar en eso. Aun así, no le había mencionado la amenaza de Ethan. Tal vez todo era solo una coincidencia.
Tal vez Jayden había visto otras oportunidades de negocio y, al final, había decidido cooperar con Ethan de nuevo.
Al ver que me quedaba callada un largo rato, Victoria resopló. "No tienes nada que decir ahora que saqué al fresco tus mentira", dijo. "Mia, te lo advierto, aléjate de Jayden. No lo busques más y ni sueñes con volver a ser parte de nuestra familia. Nunca lo permitiré".
Suspiré y traté de mantener la calma. "Tía, no te preocupes", le aseguré. "No quiero volver a casarme con Jayden y no quiero tener nada que ver con la familia Christian".
"Será mejor que cumplas tu promesa", Victoria dijo con desdén. "Porque ya le presenté a una nueva mujer a Jayden. Es la hija de una familia prominente y a Jayden le gusta mucho. No puedes compararte con ella, así que es mejor que sepas que él solo te ve como un objeto".
Dicho esto, se volteó y abrió la puerta de su Bentley para subirse y salir del condominio.
Sin embargo, sus palabras seguían resonando en mi cabeza. "Ya le presenté a una nueva mujer y le gusta mucho..."
"Él solo te ve como un objeto..."
Me quedé helada. Las palabras de Victoria me hicieron sentir tan sofocada que me costaba respirar y sentía que la amargura se apoderaba de mi corazón. Cuando bajé la cabeza, me di cuenta de que tenía lágrimas rodando por mis mejillas.
Cerré los ojos y respiré hondo, intentando reprimir el mar de emociones que amenazaban con apoderarse de mí.
Ya había decidido cortar todos los lazos que me unían a él. ¿Por qué seguía sintiéndome de esta manera?
"Mia, tienes que esforzarte por olvidarlo de una vez por todas", me dije.
Ya había empezado una nueva vida y no podía permitir que él me engañara de nuevo.
De repente, escuché que alguien llamaba mi nombre.
Volteé y vi el auto de Brandon, que estaba estacionado a solo unos metros de mí. Al ver que no respondía, Brandon bajó la ventana. "Decidí ir al banquete más temprano", me informó. "Termina de alistarte y vamos".
Asentí. "Está bien".
Subí a arreglarme el maquillaje y a cubrir la marca que Victoria me había dejado en la mejilla.
Al volver a la entrada, Brandon abrió la puerta. "Ahora veo que tienes el cuerpo adecuado para usar este tipo de vestidos elegantes", me elogió como de costumbre.
Por un segundo, me olvidé de mi desdicha y sonreí. "Gracias", dije. "Espero no decepcionarte".
Brandon se rio. "Por supuesto que no", respondió. "Me complace mucho ir contigo".
El banquete era muy elegante y había luces deslumbrantes por todo el lugar. También había gente caminando alrededor del lugar y pude reconocer a algunos personajes famosos de la ciudad.
Por fortuna, había asistido a muchas fiestas como estas, así que no me sentía incómoda.
"¿Cuál es el nombre del nuevo director del proyecto?" Pregunté, parándome al lado de Brandon. "Quiero estar preparada para cuando tenga que conocerlo".
"Se llama Owen", Brandon respondió mientras sus ojos recorrían el lugar. "No creo que haya llegado todavía".
Al escuchar el nombre, un escalofrío recorrió mi espalda. "¿Owen?" Pregunté, aterrada. "¿Owen?"
No. Eso era imposible. ¿Tal vez solo era una coincidencia?
Brandon sonrió. "Sí, Owen", respondió. "¿Lo conoces?"
"No, no lo conozco", dije con voz entrecortada. Estaba tan nerviosa que había empezado a temblar un poco y no podía estar quieta.
Pese a que hacía mucho frío en el salón de banquetes, me sudaban las manos.
"Ah, encontré a mi viejo amigo", Brandon dijo, mirando en dirección a un grupo de gente. "Iré a saludarlo. Come algo para que se te quiten los nervios".
Respiré hondo para calmarme. "Está bien", respondí.
Lo único que quería hacer en ese momento era salir corriendo de ese lugar, pero, ¿cómo podía hacer eso? Si el nuevo director era, en efecto, el Owen que conocía, ¿cómo había logrado convertirse en director tan pronto, si acababa de regresar?
De pronto, sentí que alguien me tocaba el hombro y me sobresalté. Al voltear a ver quién era, me quedé helada. "Mia, no esperaba que nos volviéramos a encontrar tan pronto", dijo.
Como era de esperarse, lo que más temía se había hecho realidad.
Owen estaba detrás de mí, vestido con un traje elegante, como si fuera un empresario exitoso. Algunas de las mujeres que estaban presentes intentaban hacer contacto visual con él, era evidente que estaban interesadas en conocerlo.
Solo yo sabía lo despreciable que era ese hombre.
Sin pensarlo, retrocedí para poner distancia entre nosotros. "No me toques", me quejé.
Sentí mucho asco al tener su mano sobre mi hombro.
Owen tomó un sorbo de su copa de vino. "¿Por qué tienes tanto miedo?" Preguntó en un tono burlón. "Hay mucha gente, no puedo hacerte nada".
Apreté los puños con fuerza, sintiéndome impotente. "¿Qué d*ablos intentas hacer?" Pregunté, indignada.
Ayer se había aparecido en la puerta de mi edificio y hoy se acababa de convertir en el director del proyecto.
"Por supuesto que solo estoy interesado en el proyecto", respondió con seriedad. Parecía un santurrón. "Fui a verte porque quería hablar del eso".
Respiré hondo. "Entonces le diré a mi jefe que renuncio a ser parte del proyecto", afirmé.
Luego me di la vuelta para irme, pero Owen me persiguió descaradamente. A vista y paciencia de todos los presentes.
"¿Crees que te dejaré ir tan fácilmente?" Preguntó. "Ni lo pienses. Desde que regresé, he estado pensando cómo tenerte".
Al ver sus ojos llenos de malicia, no pude evitar estremecerme.
"¿Por qué?" Pregunté, aterrada. "Ya pasó mucho tiempo. ¿Por qué no me dejas ir?"
Owen me agarró del codo y sus ojos brillaban con lujuria. "Deberías saber que mientras menos pueda tener a una mujer, más querré tenerla", respondió en voz muy baja. "Además, por tu culpa, Madison iba a ser sentenciada y se suicidó".
Un escalofrío recorrió mi espalda al escuchar el nombre de su hermana. "¡Ella se lo merecía!" Dije, enojada, intentando hacer que me suelte.
Al final, esos dos realmente eran familia. Una era una asesina y el otro era un vi*lador.
Owen apretó mi codo con fuerza, negándose a soltarme. "Si, ella se lo merecía", afirmó. "Pero, ¿todavía recuerdas que una vez estuviste a punto de ser mía? Fue una lástima que no pudiéramos terminar lo que empezamos".
"¡Eres un desvergonzado!"
No podía seguir conteniéndome y sabía que él no me soltaría, así que, sin importarme el espectáculo que iba a causar, lo pisé con fuerza, con el tacón de mi zapato.
Owen soltó un grito de dolor y varias personas voltearon a ver qué pasaba.
"Director, ¿se encuentra bien?" Un hombre se acercó a él corriendo.
"Estoy bien, no te preocupes", Owen dijo, fingiendo ser muy amable. "Probablemente, ella no esté de buen humor hoy".
Qué hombre para más despreciable. ¡Nunca había visto a una persona tan repugnante como él!
Justo cuando estaba a punto de alejarme de Owen, escuché una conmoción en la entrada del salón y al ver qué pasaba, vi a un hombre alto que me parecía familiar.
Era Jayden. A su lado, había una mujer muy extraña.
Tenía un rostro delicado y hermoso, y vestía un pequeño vestido con un corte que le quedaba a la perfección. Además, sus modales eran impecables. Tal vez era la hija de la familia prominente que Victoria había mencionado más temprano.
Al verlos uno al lado del otro, parecían la pareja perfecta.
Por otro lado, podía sentir la mirada lujuriosa de Owen, recordándome que tenía un pasado oscuro que no podía olvidar.