Capítulo 31

528palabras
JONES KESTON
El torneo de softbol de los Panamericanos se haría en el Parque Bicentenario de Cerrillos, justo donde estaba ubicada la villa panamericana. Era flamante, muy elegante y cómodo con 17 torres. A nosotras nos tocó compartir el piso con las chicas de Jamaica. Así conocí a Heather Phillips. Después que nos instalamos, salí a ver en el balcón y ella estaba recostada a la baranda, pensativa, chupando un caramelo. Me llamó la atención los rizos que se había hecho con su pelo.
-Hello, la saludé, your hair is very beautiful, I love it-

Ella volteó indiferente, sin dejar de chupar el caramelo y me miró de pies a cabeza, se divirtió con mi sonrisita larga y que haya puesto un tobillo atrás.
-Ah, peruana, qué linda-, me dijo.
-Hablas bien el español-, dije interesada.
-Y tú bien el inglés-, estalló en carcajadas. Me contagió su risotada.
-¿Eres pitcher?-, me preguntó.
-No, soy bateadora ¿y tú?-

-Jardinera-
-Very good-, seguí riendo.
Bajamos al comedor y pedimos jugó y galletas. Heather me contó que jugaba softbol recién, que había practicado antes las vallas pero que se desencantó porque habían chicas más veloces y ella aspiraba ganar una medalla. -Así es que me metí al softbol-, echó a reír.
-Yo quedaba última siempre en atletismo-, sonreí jugando con mis ojos.

-¿Estudias, trabajas, tienes novio?-, me preguntó mordiendo las galletas.
-Sí, estudio derecho, aún no trabajo y sí, estoy saliendo con un chico lindo-, le conté. Ella sonrió.
-Yo soy bisex, tengo novia-, pasó la lengua por sus labios.
Alcé mi hombro sin saber qué decir. -¿Sabes cuál es lo más chistoso?, me insistió con una enigmática mirada, mi ex novio está aquí y va a competir en atletismo-
-Ay qué complicado-, dije mordiendo mi labio.
-Ajá. Y quiere volver conmigo ¿qué opinas?-, me desafió sorbiendo su jugo.
Qué le iba a decir. Mordí una galleta y traté de buscar alguna buena respuesta. -No lo culpo, eres hermosa-, dije. Ella sacó su lengua.
- Pues deberías culparlo porque es un idiota-, estalló en risas nuevamente. Yo me reí también.
-¡Heather! -, gritó alguien.
Phillips arrugó su boca y desencajó su mirada. -Hablando del rey de Roma-, me dijo.
Y allí estaba él, gigantesco, fornido, musculoso y de mirada dominadora con su barbita incipiente y sus brazotes. Se detuvo delante de nosotras como un roble enorme y atemorizante.
-Hello my love, what are you doing? Who is this beautiful woman who accompanies you?-, preguntó.
-Her name is Tatiana Rivasplata, she is peruvian, she also plays softball-, me presentó.
Mostré mi mejor sonrisa y junté mis dientecitos. Él me miró y alargó un poco su risa. -Un placer, señorita, soy Jones Keston, a sus órdenes-
Wow, qué español para perfecto. Quedé sorprendida, estiré mi mano, pero él se agachó y me besó la mejilla. Me sonrojé.
-Jones es nuestro campeón en los 110 con vallas-, me dijo Heather.
Yo estaba boquiabierta, obnubilada ante tamaño portento de hombre, enorme, de músculos formidables, hermoso, cautivante, de mirada tan dominadora, como un conquistador. Parpadeé muchas veces antes de reaccionar.
-Yo soy campeona en matemáticas-, balbuceé hecha una tarada y Heather y Jones estallaron en risas.
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