Capítulo 49
1100palabras
2023-04-14 00:02
Al salir de Secret, Teresa vio a Willie en un auto estacionado en la puerta, sus miradas se cruzaron con indiferencia, pero cuando se encontraron más cerca, le advirtió: "El día que se publique la revista, será el fin de tu carrera como modelo".
"Parece que confías mucho en Jenny", respondió Teresa.
"Aunque no destaque tanto como tú, ha participado en una revista internacional y ya ha reunido méritos suficientes para el premio a la modelo del año mientras que tú no vales nada", la provocó Willie en tono de amenaza.
"¿En serio? Ya veremos...". Teresa no tenía miedo en absoluto, apenas le dio importancia a la provocación; sin embargo, no le faltó contundencia a sus palabras, como si la oscuridad del mundo del entretenimiento ya no pudiera doblegarla.
Esa actitud hizo que Willie la odiara más que nunca y la impulsaba a hacer todo lo posible para destruir a Teresa: el peligro oculto de una artista descontrolada era inmenso. Ya se había adelantado a ella y solo se quedaría tranquila cuando tuviera la certeza de que no volvería a la escena, sabía que Teresa les guardaba un profundo rencor.
"Teresa, Willie nos mira de manera muy rara", Brittny expresó su preocupación.
"¡No ve la hora de aplastarme!". Teresa sabía muy bien que la familia Potter la odiaba. "Si la revista fracasa, no quiero ni pensar en lo que me espera".
"No, Jayde y yo creemos en ti. Además, en el supuesto caso de que fracases, no tienes que tener miedo, aún cuentas con el jefe".
Y hablando de Howie, Teresa recordó que él le había dicho que pasaría a recogerla, de modo que lo llamó cuando salió de los estudios de Secret. Al otro lado del teléfono, Howie le pidió en un tono afable que mirara hacia atrás, donde encontraría una limusina estacionada en la esquina, a la sombra de un árbol.
Su figura alta y esbelta estaba apoyada en la puerta del automóvil; vestía un traje floreado, blanco y negro. No sonreía, pero mostraba una actitud amable y el lunar negro en la oreja derecha lo hacía ver interesante. Teresa quedó boquiabierta, ese hombre podía tener a la mujer que quisiera, aunque seguía eligiéndola a ella.
El interés en ella la emocionaba, tanto que había olvidado el mal momento que había vivido en el camerino.
En definitiva era modelo, pero también era la esposa de ese hombre y, desde el primer día de su matrimonio, él había sido tolerante y había sabido satisfacer sus necesidades. No tenía derecho a hacerlo esperar ni un segundo más. ¡De ninguna manera!
"¿Qué ocurre?", Howie preguntó en voz baja cuando vio que Teresa no tenía el brillo natural de siempre. Sin embargo, ella se limitó a negar con la cabeza, quería decirle que lo amaba, pero no dijo nada.
"¿Estás agotada por la intensa sesión?". Howie recorrió a Teresa con la mirada, lo hizo de pies a cabeza. Cuando le vio los rastros de sangre en las piernas, brotó su furia: "¿Qué te pasó?".
Justo cuando Brittny estaba por explicarselo, Teresa la interrumpió: "Howie, vámonos a casa. Tengo algo que decirte".
Howie miró a Brittny y de inmediato entendió lo que sucedía, se ocuparía del asunto, aunque no era el momento adecuado. Así que subieron al auto y, ante la actitud callada de su mujer durante el camino, decidió que no seguiría interrogándola.
Cuando llegaron a la mansión la cargó hasta el dormitorio, la tendió sobre la cama y le pidió a los sirvientes que trajeran un botiquín de primeros auxilios.
Al ver a Howie en cuclillas limpiándole las heridas, Teresa ya no pudo reprimir sus sentimientos; de repente, lo abrazó por el cuello y le confesó de manera fervorosa: "Entendí todo, veo las cosas con claridad, Howie. Me gustas, te deseo".
"Pensé que no podría volver a estar con un hombre en tan poco tiempo, hasta llegué a negar que me estaba enamorando de ti. Pero estuve frente a Aston y a Jenny y me di cuenta de que, si bien sigo enfadada, ya no siento angustia".
Después de su declaración, Teresa lo soltó de a poco y lo miró a los ojos. "Hice todo esto por ti. Te amo y te deseo. ¿Puedes entregarte a mí? ¿Puedes hacerlo, por favor?", planteó con seriedad.
No había mujer tan sensible y serena como Teresa. Ellos eran tan sinceros el uno con el otro que ella no quiso ocultar el deseo que sentía por él, así que simplemente se expresó con libertad.
Después de escuchar su confesión, Howie la miró a los ojos, la sujetó y la presionó con fuerza contra la cama mientras le mostraba lo extasiado que estaba por medio de sus movimientos.
"Me entregaré a ti. Solo a ti", le respondió.
Cuando Teresa reaccionó, lo abrazó por la cintura con fuerza y respondió a su beso de forma apasionada, jugando con su lengua, con los ojos cerrados. Howie le levantó la falda, le sujetó la cintura y estimuló cada parte sensible en el cuerpo de Teresa, la pasión la invadió.
Lo que había ocurrido durante el día ya no le importaba, todo lo que quería en ese momento era ser su esposa y que a partir de ese momento sean solo uno.
Aún era de día, aunque el sol ya había comenzado a ponerse. Howie estaba radiante; Teresa se sonrojó cuando el beso de él comenzó a bajar, a lo largo de su clavícula, y cruzó la zona de los senos hasta llegar al abdomen. Ella estaba bastante nerviosa porque, aunque habían mantenido relaciones en la noche de bodas, le preocupaba volver a sentir aquel dolor. No tenía experiencia, sabía que era buena besando, así que tenía que seducirlo de ese modo si quería llegar más lejos.
En medio de su juego, Teresa mordió el hombro de Howie y ambos cuerpos quedaron enredados a la perfección, sin espacio entre ellos. Una fina capa de sudor cubrió de a poco la suave piel de Teresa. Esta vez no experimentó el dolor que esperaba, lo miró con una expresión contenida y los ojos llenos de lágrimas.
Howie hizo todo lo posible por contener el impulso de poseerla, recorrió de un lado a otro el blanco torso de Teresa y le preguntó: "¿Tienes trabajo pendiente los próximos días?".
"Tengo que preguntarle a Jayde", jadeo Teresa.
"Dile que lo posponga, porque no podrás levantarte de la cama durante tres días", sugirió mirándola a los ojos.
"¿Y tu trabajo?".
"Ahora tú eres más importante". Howie volvió a besar los delicados labios de Teresa y, mientras lo hacía, le preguntó con una sonrisa traviesa: "¿Estás preparada?".