Capítulo 52
1037palabras
2023-03-01 11:00
Capítulo 52: Epílogo
***
Sariah estaba caminando hacia el altar. Fue la gran boda, la más mágica y seductora que jamás había vivido. Era la mejor experiencia que había tenido. Se hubiera atrevido a responder en caso le hubieran preguntado por su familia. A ella no le importaría en lo absoluto.
Estaba preciosa, caminando como una diosa por el pasillo mientras miraba fijamente a Archer, que la esperaba en el altar.
Fue una boda en la playa. Todas las manadas fueron invitadas. Archer le dejó elegir cómo sería su boda. Quería consentir a su futura reina. Y la amaba por eso, al ver su sonrisa genuina, su risa y cómo cuidaba de ellos.
Nunca imaginé que ésta sería una escena mágica en toda mi vida. Para mí era solo un sueño que un día me casaría con una mujer capaz de aceptar mis defectos, mis errores y mi batalla.
Tengo cicatrices y nunca creí en el amor, especialmente en el matrimonio. No fui capaz de desarrollar sentimientos por otras mujeres y me educaron para asumir la responsabilidad que dejó mi padre. Fue una pesadilla, pero me hizo más fuerte, llevándome a donde estoy.
Cuando Sariah entró en escena, no dudé en empezar a torturarla e hice un trato con ella para que fuera mi criadora porque buscaba a alguien que pudiera dar a luz a mi heredero. Y así fue que la embaracé.
Sabía que estaba embarazada todo el tiempo que estuve siendo duro con ella. Estaba embarazada de mi heredero y seguía siendo despiadado. Pero cuando la veía sonreír y reír con mis soldados, me ponía celoso y no sé por qué me volví adicto a ella.
Sus sonrisas, su risa, era como una melodía para mis oídos que escuchaba una y otra vez. No sabía qué me había pasado, pero me había enamorado. Los sentimientos crecieron y mi afecto se incrementó.
Ni siquiera podía imaginar que mis sentimientos por ella se habían iniciado. Me negaba a admitir que ya me gustaba y la quería.
He cometido errores, mi caída, y mis defectos en la vida, pero cuando estoy con ella, me hace más fuerte y eso me trajo hasta aquí delante del altar, esperando a mi reina.
Sus ojos empezaron a llorar al ver que Sariah sonreía y a la vez lloraba de emoción. Su Beta le tocó el hombro, calmándolo.
"Cálmate, alfa. Ella es tuya, y en cualquier momento, será tu reina". dijo Dillon sinceramente.
"Lo sé, y dejaré que sea mi reina", respondió Archer mientras se secaba las lágrimas. "Supe desde el principio que ella estaba destinada a tenerme y yo estaba destinado a casarme con ella", agregó.
"Me alegro... A pesar de todo lo que Sariah pasó en tus manos, sigue dispuesta a quedarse, y finalmente, se casará contigo este día". Dillon estaba entusiasmado y desbordaba de alegría. "Soy tan feliz como tú, Alfa, porque la felicidad, el amor, el cuidado y la satisfacción genuina te harán vivir más".
Archer lanzó un suspiro, nervioso cuando Sariah llegó al altar. Estaba reprimiendo sus emociones, pero Sariah volvió a sonreírle, mostrando una sensación de felicidad y satisfacción.
"En serio, deja de llorar, Alfa", se burló Sariah.
Archer negó con la cabeza. "No estoy llorando, solo son unas lágrimas de alegría", negó y se secó disimuladamente las lágrimas.
"Estoy más que feliz, mi descarriada, mi reina..." Archer murmuró en medio de la ceremonia. "Pero sería más feliz si pudiéramos hacer una princesa..." se rió.
Sariah se limitó a sonreír. "Pareces más emocionado por la noche después de la boda, ¿eh?", se burló.
Archer la miró. "No solo me emociona la noche después de la boda, sino más bien lo que nos espera en los próximos días y en el futuro".
"Seremos felices, viviremos en paz y nos amaremos incondicionalmente, mi Alfa".
El sacerdote anunció que iban a intercambiar sus votos.
"Queridos hermanos, pónganse uno frente al otro para decir sus votos, prometiéndose una fuerte vocación de amor".
Sariah y Archer se pusieron frente a frente y se tomaron de las manos, mientras Archer empezaba a decir sus votos a su alteza real.
"A partir de hoy, serás una reina. Una reina de nuestro hogar y una reina de mi imperio. Yo, el Alfa de la manada Bane, prometo ante las deidades protegerte, amarte, respetarte y apreciarte mientras viva. Nuestro encuentro fue difícil y duro, pero quiero que sepas que seré así de tierno contigo, amándote tiernamente como amo a nuestro hijo."
Archer hizo una pausa. Se mordió el labio inferior para reprimir sus lágrimas y emociones. No quería llorar, pero sus lágrimas lo traicionaron y cayeron por su rostro.
"Fui despiadado; tengo defectos, así que por favor... acepta todas mis debilidades en la vida porque no soy un Alfa perfecto, pero por ti... haré todo lo posible por ser el mejor. Solo quédate conmigo, vive conmigo y amémonos incondicionalmente".
En cuanto Archer terminó su voto, Sariah empezó a llorar. Se sintió abrumada cuando el Alfa le habló de su compromiso de mantener la promesa que le había hecho.
"Soy una descarriada... Necesitabas una esclava para dar a luz a tu heredero", suspiró Sariah. "Pero me enamoré de ti a pesar de lo despiadado que eras. Vi tu vulnerabilidad, así como tu valentía y sacrificio. Nunca supe que corresponderías a mis sentimientos y no me di cuenta de que llegaríamos tan lejos a pesar del odio que nos teníamos. Quién sabe, quizá tú seas de la realeza y yo no, pero soy una reina en este día extraordinario de mi vida. Soy tu reina".
Archer secó las lágrimas de Sariah mientras le sonreía con sinceridad.
"He amado tus defectos y carencias; prometo amarte, respetarte y cuidarte el resto de mi vida. Vivamos como uno solo. Seré tu reina, la soberana de tu imperio y tú serás mi rey hasta mi último suspiro. Tú eres mi fuerza y mi debilidad, viviré y permaneceré contigo".
Los lobos aullaron, diciendo lo contentos que estaban. Las otras manadas cotorreaban y aplaudían mientras decían lo contentos y felices que estaban.
"Te amo, mi despiadado rey...." murmuró Sariah mientras compartían un apasionado beso frente a su reino.
"Te amo, mi descarriada, mi reina y mi soberana", murmuró Archer con dulzura.
EL FIN.