Capítulo 16: Un consejo
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La semana pasada, cuando fueron a la tienda de música, Dillon no le informó al Alfa, pero Archer pasó por allí. Recordó como el sol del atardecer proyectaba un resplandor dorado a su alrededor y su cabello parecía fuego bajo el sol.

Desde aquel día, Archer oía a veces cantar a Sariah en la habitación de la reina.
Probablemente pensó que nadie le escuchaba.
Pero la sangre Alfa que había en él, lo hacía muy sensible, por eso podía. Se sentaba allí y escuchaba lo que ella decía. No podía dejarse llevar en esa dirección. Mientras más lo conmovía la voz de ella, más difícil le resultaba mantener el control.
Dillon estaba a cargo de ella, así que tenía que detenerla.
Archer quería que ella dejara de cantar... Incluso si ella era la única que podía hacerlo sentir mejor. No necesitaba ninguna otra cosa para distraerse.
La guerra estaba cerca, y mientras más esperaban, más aumentaban las fuerzas de sus enemigos, poniéndolos en mayor peligro.

"Dillon", dijo a través de su conexión mental.
"¿Sí, Alfa?" Dillon respondió de inmediato.
"En mi oficina."
Tuvo que decirle que dejara de cantar.

La gente le había dicho que era guapa y simpática, pero eso no cambiaba nada.
Archer estaba seguro de que necesitaba abandonar este lugar lo antes posible.
Frunció el ceño mientras Sariah seguía cantando. No estaba del todo claro, era como si alguien le susurrara suavemente al oído. Se la imaginaba sentada junto a la ventana mirando las estrellas. Ella no sabía que había personas en ese lugar, desde luego.
A pesar de que él no podía distinguir bien las palabras, podía presentir lo que ella estaba sintiendo.
Triste pero tranquilo, impotente pero con esperanza.
¿No debería una persona frágil como ella estar siempre asustada y nerviosa, como las pocas veces que habló con ella?
No pudo evitar estar de acuerdo en que, cantara lo que cantara, era hermoso.
"¿Alfa?" Dillon entró después de abrir la puerta. "¿Todo bien?" Parecía preocupado.
Y, para ser sincero, Archer tardó un segundo en recordar por qué le había llamado.
Archer negó con la cabeza.
Se dijo a sí mismo: 'Olvídalo'.
¿Por qué iba a molestarse con una callejera? No le impediría cantar si ella quisiera. Después de todo, ¿cuánto tiempo le quedaba de vida?
Tenía que preocuparse de cosas más importantes.
"Dillon, ¿has hecho que nuestras rondas sean más frecuentes?"
"Sí. Ayer me reuní con la seguridad de las manadas que fueron atacadas y envié más gente para ayudar. Por supuesto, tendremos que tomarnos un tiempo para investigarlo a fondo".
Archer pensó en todo y dijo: "Eso está bien. Quiero asegurarme de que esto se haga de la manera correcta. Envía a Luca para que se encargue de todo".
Archer pudo haber enviado a Dillon, pero no quería que nadie más vigilara a Sariah. Ella estaba en una situación difícil, y Luca era un buen apoyo para esta misión.
“Todo se hará como tú quieras, Alfa. ¿Todavía necesitas algo más?"
Dillon estaba un poco confundido mientras miraba a Archer. Normalmente, él no lo llamaba a esa hora a menos que tuviera algo importante que hacer.
"No, solo me estaba asegurando". Archer bebió un poco de agua. Ok, estuvo de acuerdo en que esto no era propio de él en lo absoluto y dijo que era la culpa de una pesadilla. No dijo nada en ese momento.
Parecía triste.
"¿Hay algo más que querías decir?"
Entonces, el sombrero de colores brillantes de Dillon le llamó la atención. Cruzó los brazos sobre el pecho y le miró mientras se fijaba en lo nuevo que llevaba en la cabeza.
"Bonito sombrero".
"Gracias, Alfa".
"Ella te ayudó a lograrlo". Archer no tuvo que precisar de quién hablaba, y el Beta supo a quién se refería.
Él dijo: "Sí. Fue un regalo de agradecimiento, y eso es todo".
Archer lo miró directamente a los ojos y dijo: "Dillon". Se habían criado juntos, así que estaban demasiado familiarizados el uno con el otro. "Dimelo, Beta. No puedo quedarme aquí toda la noche".
Dillon terminó diciendo: "Se trata de Sariah".
La ceja de Archer se levantó. "De acuerdo".
"Los resultados de las pruebas fueron favorables", afirmó Dillon. "Pudo ganar algo de peso y su salud es mucho mejor de lo que era antes". No estaba seguro de qué hacer a continuación, lo que llamó la atención de Archer. Normalmente no parecía estar buscando las palabras adecuadas. "Basado en cómo reaccionó a las cosas, y porque tuvo problemas de salud mental en el pasado, tengo una sugerencia, si estás dispuesto".
A Archer no le gustó que todos le dijeran que estaba loca o que no estaba preparada. Hacían deducciones, aunque no tenían ni idea de lo que ella sentía por nada. Aunque a él no le importaba, se estaba metiendo en su trabajo.
Entonces el Alfa le dijo a su Beta apretando los dientes: "Escúpelo de una vez, por el amor de Dios".
"Quiero sugerirte que mires la situación de otra manera. Intenta ser un poco más amable de lo habitual. Ella nunca ha estado en una relación, después de todo".
Dillon no tenía miedo de hablarle así al Alfa, pero Archer creyó saber por qué Dillon estaba preocupado. "¿Te gusta, Dillon?" Archer preguntó con interés.
Dillon estaba confundido mientras miraba a Archer. "¿En serio? Arc, sabes que soy responsable de ella y de nada más. ¿Por qué demonios pensarías eso?"
Dillon llamó a Archer por su nombre. Ahora le hablaba como a un amigo, no como a su jefe.
Archer sabía que sus palabras le habían tomado desprevenido porque se quedó mirándolo boquiabierto.
Se recostó y dejó que su cuerpo se relajara mientras esperaba su respuesta. Aunque conocía a Dillon desde que eran niños, seguía siendo el Alfa, y no le gustaba que lo cuestionaran.
Dillon miró a Archer durante unos segundos antes de reír. "No, Arc. Solo lo dije porque pensé que podría ser de ayuda".
Sacudió la cabeza y sonrió mirando a su amigo mostrando cierta interesa. "¿Ahora tienes envidia de que me haya regalado un sombrero?". 
"Dillon, yo hice la pregunta", dijo esto, el Beta se dio cuenta de que a su Alfa no le hacía gracia lo que había dicho por su expresión.
"Solo me estaba preguntando... ¿Por qué debería importarte lo que hizo una callejera?"
"Arc, Sariah es una buena chica..." volvió a decir cuando Archer no contestó.
Archer ya sabía que estaba intentando salvar la vida de Sariah. No era extraña que viniera a verle hoy con ese estúpido sombrero. Tanta gente buena y mala murió en la guerra.
¿Qué la hacía diferente?
¿Por qué todos la querían tanto?
"Beta, ve a hacer tu trabajo." Esta vez, habló de una manera que no se podía discutir. "No te ves bien con ese sombrero, y no quiero verlo de nuevo."
Archer no necesitaba que nadie le dijera que Sariah era buena. En cualquier caso, no importaba. Se suponía que ella no debía estar aquí.
Entonces suspiró y dijo: "Sí, Alfa".
Archer estaba seguro de que Dillon sabía lo que quería decir. "Hoy, la señorita Sariah me habló..." Archer estaba a punto de explotar, pero Dillon siguió hablando antes de que el Alfa pudiera decir algo. "... Ella me dijo que estaba lista para ser tomada. Quería saber cuándo podrías incluirlo en tu agenda."
Archer volvió a enarcar una ceja. Estaba un poco sorprendido, para ser sincero. ¿Por qué ella no quería alejarse de él tanto como fuese posible?
No pudo evitar recordar la primera vez que él intentó reclamarla. Se había asustado y había llorado. ¿Qué demonios había pasado? Su cuerpo menudo yacía en la cama con los ojos cerrados y el pelo largo fluyendo a su alrededor como una corona.
¿Tanto miedo le daba?
"Dentro de 48 horas". Cuando Dillon contestó, Archer lo miró sorprendido.
"¿Hay algo más para mí, Beta?" Él sabía que eso era todo lo que deseaba hablar por esa noche.
"No, Alfa. Por favor, discúlpame".
Luego, el Alfa hizo un gesto con la mano para indicarle a Dillon que saliera de la habitación.
El último suspiró mientras se apartaba de la puerta y salía.