Capítulo 67
1388palabras
2023-03-13 00:01
Habían fallecido hacía casi un año, y ese lapso había pasado en un abrir y cerrar de ojos. 
Qi se estremeció ante el recuerdo, extrañaba a sus padres. 
Resultó que ese fin de semana Yanxi estaba en casa y, cuando recibió la noticia del señor Cao, subió las escaleras de inmediato para ir al encuentro de la muchacha. 

No importaba si era un asunto menor o no, eran buenas noticias y, como "padre", sentía que debía expresarle su apoyo.
Era su primera vez y no sabía cómo otros padres celebraban un evento así con sus hijos, tal vez resultaría útil consultarlo en Internet. 
Después de pensar por un momento, Yanxi abrió la puerta y vio a la chica sentada en la cama con la carta de admisión en la mano. Para su sorpresa, se veía muy triste y decepcionada, como si estuviera a punto de llorar. Yanxi se preocupó y se acercó despacio.
"¿Qué ocurre?". La miró con atención. 
La habían aceptado en la institución que quería y en la especialización para la que se había postulado, ¿por qué lloraba? ¿Quién se había atrevido a intimidar a su amada?
"Extraño a mamá y papá", susurró entre sollozos después de un largo silencio.

En lo primero que pensó Yanxi fue en Nan Jinhong y su esposa. "¿Qué tal si... te llevo de regreso a la casa de los Nan y los ves?". Después de todo, eran sus padres biológicos, pero Qi negó con la cabeza.
"Me refiero a mis padres del campo". Yanxi estaba confundido. 
"¿Mm? Pero ellos no te trataron bien, ¿verdad? ¿No te obligaron a ejercer trabajo infantil en una obra de construcción?".
"No me obligaron a hacer eso. Son tonterías que dicen en internet", le explicó.

"¿No empezaste a hacer esos trabajos desde la escuela primaria?". Yanxi no le creía del todo. Al menos, ese había sido el resultado de su investigación.
"En ese momento, mi padre trabajaba en una obra en construcción para mantener a mi familia, y yo jugaba allí. Al mismo tiempo, lo ayudaba, como suelen hacer los niños del pueblo, todos lo hacen. Ayudamos a nuestros padres de manera voluntaria cuando hacen sus tareas, nadie obliga a nadie", Qi se defendió.
Yanxi nunca hubiera pensado que la realidad fuera esa, solo había escuchado rumores en línea que eran de lo más despiadados. 
No sabía cómo consolarla, lo único que se le ocurrió fue acariciarle la cabeza.
 "¿Qué tal si mañana te llevo a verlos?".
"Mm, gracias, señor Bo". Qi vaciló por un momento, pero luego asintió porque en verdad extrañaba a sus padres y quería volver a verlos.
......
......
Tomó unas seis horas el viaje en auto desde Yu City hasta el pueblo natal de Qi. 
Se dispuso a conducir todo el trayecto sin ayuda, y a Qi le preocupaba que se durmiera mientras manejaba, por lo que conversó durante el camino. 
Sin embargo, después de llegar a la carretera, se dio cuenta de que sus preocupaciones eran innecesarias, porque las habilidades de manejo de Yanxi podían describirse como asombrosas, es más, le recordó la situación cuando le tocó alcanzar a un traficante de armas en el extranjero.
"Señor Bo, usted es en verdad bueno conduciendo. Puedo ver que tiene mucha experiencia al volante", lo halagó. 
Yanxi se puso serio, si bien las palabras de la muchacha eran buenas, él siempre sentía que algo andaba mal. 
De todos modos, ella tenía razón, tardó solo cuatro horas y media en completar el viaje, cuando normalmente a otros conductores les lleva seis horas.
Una vez en la ciudad, Yanxi preguntó de repente: "¿Dónde está la tienda de comestibles?".
"¿Eh? Allá... ¿Por qué?". Qi señaló el comercio con un poco de curiosidad.
"¿No dijiste que querías ir a ver las tumbas de tus padres? ¿Irás con las manos vacías?". Yanxi hizo un giro en la intersección.
Ella se quedó en silencio, la verdad era que no esperaba que él pensara en ese detalle, pero no lo detuvo. 
Eligieron un ramo de crisantemos blancos de la tienda y, cuando salieron, vieron a cuatro o cinco jóvenes alrededor del auto. 
Al verlos volver, uno de ellos se adelantó con arrogancia y dijo: "Señor, tiene que pagar la tarifa del estacionamiento".
"¿Cuánto es...?". Ella se había criado en ese lugar y, de inmediato, supo que las cosas no andaban bien. 
Sin embargo, antes de que pudiera terminar sus palabras, Yanxi la protegió. 
El líder observó que él vestía de pies a cabeza con marcas famosas, así que decidió aprovecharse.
"1000 yuanes".
"¿Cuánto?", Yanxi vociferó sorprendido.
"Si tiene un automóvil tan caro, 1000 yuanes no es mucho, ¿verdad?". 
El muchacho palmeó el auto con fuerza. Era un automóvil de al menos 1 millón de yuanes y tenía matrícula extranjera, de modo que era una excelente oportunidad para hacer una fortuna.
"Dame el comprobante de pago". Yanxi no se mostró enojado. 
"¿Qué? ¿Quieres un comprobante? ¿Señor, usted es estúpido o se hace? ¿Parezco alguien que le daría un recibo de pago?", se burló.
"Como no hay factura, lárguense de aquí", dijo con naturalidad.
El líder se le rio en la cara y le colocó la mano en el pecho para impedirle avanzar.
"¿No ve que aún estamos aquí?", se mofó el muchacho, y justo cuando estaba a punto de agredirlo, Yanxi le torció la muñeca y le pateó la rodilla de forma inesperada. El líder gritó y cayó al piso. 
"No sabes seguir las normas". Al ver esto, los otros matones se precipitaron con brutalidad para entrar en acción.
Qi nunca había visto pelear a su compañero de ese modo, ni siquiera sabía que era capaz de hacerlo.
Se preparó para ayudarlo, pero ya era tarde, no terminó de arremangarse que vio a los muchachos volar gritando. 
El líder logró ponerse de pie y quiso contraatacar, sin embargo Yanxi volvió a dejarlo en el suelo, esta vez, tosiendo y escupiendo sangre. 
Qi quedó estupefacta; Yanxi, continuó su camino con naturalidad y abrió la puerta del auto inmutable.
"¿Por qué no reaccionas? Vamos".
"Él... escupió sangre...", Qi tartamudeó y señaló al líder. 
"No morirá, a lo sumo le llevará dos semanas en la cama recuperarse", explicó Yanxi.
Ella no sabía que practicara artes marciales, y no entendía cómo era que se había movido con tanta rapidez. Incluso con la vista entrenada que tenía, no había podido ver por completo cómo había sucedido todo. Hasta le resultaba absurdo que tuviera tanta fuerza.
"Entra al coche", instó y se sentó en el asiento del conductor.
"Señor Bo, ¿es... experto en artes marciales? ¿Por qué tiene semejantes habilidades?", le preguntó con curiosidad mientras lo seguía hasta el auto. 
Ella había aprendido con Zhong Li en el ejército, y Yanxi se dio cuenta de que ella observó que él era bueno luchando, por lo que no podía ocultarlo. "Bueno, lo practiqué en el extranjero".
"¿Y quién lo entrenó?".
"¿Por qué lo preguntas?".
"Creo que he visto su técnica antes, me resulta familiar, pero no puedo recordar dónde", indagó Qi pensativa.
"Las habilidades de combate cuerpo a cuerpo son bastante similares entre ellas". Yanxi no le dio mucha importancia al comentario.
"Eso es cierto, pero sigo con la sensación de que lo he visto en alguna parte antes". Qi siguió pensando y, de repente, su expresión cambió. 
"Ya lo recuerdo, su reacción de hace un momento...", tartamudeó.
"¿Qué?". Yanxi la miró, Qi sonrió con torpeza y contuvo lo que iba a decir.
"Vi lo que acabas de hacer en la televisión".
"Vaya". No dudó de ella y continuó conduciendo.
Qi dejó escapar un suspiro de alivio y, en secreto, lo miró de arriba abajo por el rabillo del ojo. 
Recordó que el Servicio de Inteligencia Militar había atrapado a varios criminales en la isla Dulong hacía tiempo. Cuando los llevaron ante el Devil King, tuvieron la audacia de decir tonterías y palabrotas: terminaron todos heridos de gravedad por las patadas que recibieron y murieron prácticamente en el acto.
En ese momento, Qi por fin entendió por qué el Devil King se llamaba así. Su figura recta como la de un pino y sus movimientos sigilosos y aterradores dejaron una profunda huella en su memoria. 
La forma en que Yanxi les había dado una lección a esos matones fue exactamente la misma que la del Devil King. 
¿Acaso lo había aprendido con el mismo entrenador? O...