"Eres mi esposa. ¿Hay algún problema con que te mudes al dormitorio principal?". Yanxi estaba sorprendido, aturdido.
"Solo fingimos estar casados", Qi respondió con seriedad.
"El abuelo volverá a casa en dos días. ¿Quieres que vuelva al hospital por el disgusto que recibirá?", Yanxi reflexionó con serenidad. Qi lo pensó por un momento. 

"No sé si la enfermedad del maestro Bo es en verdad grave. No estoy segura de si nuestra separación tendría un impacto grande en él. El hecho de cooperar con la situación y no divorciarme es un favor y no una obligación por el momento. Si no afecta mi vida, estoy dispuesta a ayudarte; si lo hace, no colaboraré. Usted es una buena persona, es gentil conmigo, y le pagaré por su amabilidad; pero eso no significa que pueda obligarme a hacer algo que no quiero". Él no dijo nada, de hecho, no sabía qué decir.
Siempre había tratado a la muchacha como una niña ignorante, pero no fue hasta ese momento que se dio cuenta de que no era solo una joven e inocente, también era una estudiante sobresaliente que podía obtener el primer lugar a pesar de trabajar en una empresa. 
Su coeficiente intelectual era incomparable. Había muchas cosas que ella había visto y, sin embargo, no las había dicho.
"Es mi culpa, no debí forzarte". Yanxi tenía dolor de cabeza y se frotaba las sienes. 
"Además, espero que respeten mi privacidad, que dejen de tocar las cosas que me pertenecen sin mi permiso, y que no entren ni salgan de mi habitación a voluntad, incluso si quieren cambiar la ropa de cama. Yo debo estar de acuerdo primero. En cuanto a mi computadora portátil y mi teléfono móvil, espero que nadie los toque tampoco", solicitó Qi seria y tajante.
Cuanto más escuchaba su esposa, más culpable se sentía. 

No era que sus condiciones no fueran razonables, era que parecía la exigencia de una hija a un padre, y no la imposición de una esposa hacia su marido. Se había escapado de casa y exigía privacidad, era como una adolescente rebelde. 
Aún no entendía cómo había terminado casándose con una chica tan joven, era una situación muy singular. 
Tal vez el señor Cao tenía razón cuando dijo en privado que Yanxi no había estado en contacto con mujeres durante treinta años y que por eso era un pervertido.
"No creo que mi pedido sea excesivo. ¿Qué piensas?". Después de que Qi terminara de expresar sus términos, todavía se la veía tensa, seria y enojada.

"No lo es, esta vez me equivoqué. De ahora en adelante, respetaré tu opinión". 
No esperaba tener que experimentar la paternidad como si fuera su hija adolescente con treinta años y recién casado.
"Entonces, tienes que responder por tus errores de ahora en más".
"¿Y cómo quieres castigarme?". Yanxi sentía curiosidad.
"Con una nalgada".
"¿Qué?".
"Dije, una nalgada", repitió Qi con claridad. Su marido quedó petrificado en el acto.
¿Una nalgada? ¡Qué rayos! 
¿Quería azotarlo porque había violado la privacidad de su esposa? 
¿Las parejas jóvenes se manejaban así?
"Dije, una nalgada", repitió Qi con claridad. Su marido quedó petrificado en el acto.
"Tú me pegaste cuando me equivoqué, ¿por qué yo no puedo hacer lo mismo?", Qi murmuró con tristeza.
Era contradictorio, estaba en segundo lugar en la lista negra de la Red Oscura, todas las bandas organizadas del mundo le temían, y Yanxi, por el contrario, la había azotado con fuerza unas cuantas veces. 
Había encontrado la oportunidad, por lo que tenía que vengarse.
"Somos diferentes, eres una niña", titubeó confundido y se secó el sudor frío de la frente.
"¿Pero sí le puedes pegar a una chica?", lo desafió con contundencia implacable.
"No quise decir eso...".
"Entonces, ¿qué quisiste decir?".
Yanxi permaneció en silencio; no era lo mismo, la chica era delicada y suave, se veía linda hasta cuando la azotaban suavemente en el trasero, sin embargo, él era un hombre.
"No puedes golpearme, busca otro castigo. O si tienes algo que quieras, te lo compraré", se negó sin dudarlo. 
"Ustedes, los hombres ricos, son todos iguales, piensan que todo se soluciona con dinero. A mí no me falta dinero, y no quiero que compren regalos para persuadirme. El que hace algo mal debe recibir su castigo". Qi le retiró la mirada, estaba enojada. 
Su marido ya no sabía más que hacer, a lo largo de la vida, había visto a jóvenes miembros de la clase alta persuadir a las mujeres con autos, casas, dinero, carteras, ropa, joyas... Pero cuando se trataba de Qi, nada de eso funcionaba, se sentía indefenso y no sabía cómo persuadirla. 
Quizás el motivo era su juventud, condición muy distinta a la de otras mujeres que constituía una brecha generacional. 
Yanxi lo pensó por un momento, respiró hondo y, finalmente, aceptó.
"Muy bien", asintió Qi sin vacilar. 
Él se quedó helado, de hecho, se arrepintió; pero no podía retractarse de su palabra.
"Solo puedes hacerlo una vez, después de eso, tienes que volver conmigo. No cause más problemas", masculló poco conforme.
"Bueno". El hecho de que la dejara pegarle, era reconocer que se había equivocado, así que decidió ser piadosa.
"Entonces, házlo". Yanxi apretó los puños, la expresión de su rostro seguía siendo indescriptible.
Qi Mostró entusiasmo ante el espectáculo, se levantó y caminó de puntillas a su lado. Luego, extendió la mano con timidez y le tocó el trasero. 
Yanxi se puso aún más tenso, y, con una mirada curiosa, Qi le tocó las nalgas unas cuantas veces más. Para su sorpresa, el trasero del señor Bo era bastante respingón y firme.
"Vamos...", dijo entre dientes Yanxi, que ya no podía soportarlo más.
Qi dudó por un momento, levantó la mano y le dio una palmada en la nalga. 
Para Yanxi todo era demasiado vergonzoso, se puso rígido y se ruborizó de pies a cabeza.
Jamás en su vida lo habían azotado, ni sus padres ni su abuelo, nunca; y no esperaba que al final lo hiciera una niña. 
Nadie podía enterarse de eso o se convertiría un hazmerreír, tenía que mantenerse en secreto como si se tratara de un expediente clasificado del gobierno.
"Uf, eso es lo que se siente golpear a alguien en el c*lo. Por tu actitud sincera de admitir el error, te perdonaré esta vez, pero no lo vuelvas a hacer". Qi, que finalmente había tenido éxito, sonrió picarona y dejó de lado su expresión de desánimo.
"Está bien". El hombre todavía estaba rígido y rechinaba los dientes.
"Pedí comida para llevar, nos iremos después de la cena". 
Qi volvió satisfecha de inmediato a la mesa para continuar con la comida. Se llevó los palillos a la boca y pensó en Yanxi. "Seño Bo, ¿quiere comer conmigo?".
"No quiero comer", le respondió indignado. 
No sabía qué d*ablos había pedido, pero desde el momento en que había entrado al comedor, percibió un aroma en verdad difícil de describir. No sabía si era rica o no la comida, pero en cuanto al olor, no podía apreciarlo.
"Así es, a las personas de mediana edad no les gustan estas cosas". Qi continuó saboreando la comida.
 Pudo verse cómo se transfiguró el rostro de Yanxi al instante. ¿"Mediana edad" había dicho? Pero si solo tenía treinta años. ¿Era ese el precio que tenía que pagar por tener una jovencita como esposa?
"Uf, eso es lo que se siente golpear a alguien en el c*lo. Por tu actitud sincera de admitir el error, te perdonaré esta vez, pero no lo vuelvas a hacer". Qi, que finalmente había tenido éxito, sonrió picarona y dejó de lado se expresión de desánimo.
"Está bien". El hombre todavía estaba rígido y rechinaba los dientes.
"Pedí comida para llevar, nos iremos después de la cena". Qi volvió satisfecha de inmediato a la mesa para continuar con la comida. Se llevó los palillos a la boca y pensó en Yanxi. "Seño Bo, ¿quiere comer conmigo?".
"No quiero comer", le respondió indignado. No sabía qué diablos había pedido, pero desde el momento en que había entrado al comedor, percibió un aroma en verdad difícil de describir. No sabía si era rica o no la comida, pero en cuanto al olor, no podía apreciarlo.
"Así es, a las personas de mediana edad no les gustan estas cosas". Qi continuó saboreando la comida.
Pudo verse cómo se transfiguró el rostro de Yanxi al instante. ¿"Mediana edad" había dicho? Pero si solo tenía treinta años. ¿Era ese el precio que tenía que pagar por tener una jovencita como esposa?