Capítulo 52
1338palabras
2023-01-09 00:01
A la mañana siguiente, decidí llegar temprano a la oficina para conversar con Hayden. Sin embargo, ¡no esperaba encontrarlo en el estacionamiento hablando de mí con sus colegas!
Escuché la conversación mientras caminaban hacia la entrada principal. Yo iba detrás como a cuatro o cinco metros de distancia, pero al parecer ellos no se dieron cuenta de mi presencia.
Uno de sus colegas dijo: "Solía ver casi todos los días a esa fea de la oficina de editores trayéndote café. Pero, ¡últimamente parecía que se había desaparecido por completo!"
Hayden no respondió, pero escuché que había emitido un sonido emulando a un burro soplando aire por la nariz.
"Realmente admiraba tu capacidad para sonreír al ver una cara tan fea, purulenta y apestosa como ésa. ¿Acaso no sentías asco al verla? ¡Además, parece un tanque de guerra! Si por casualidad aprieta a alguien, sin duda lo mataría la instante", afirmó uno de sus colegas, quien hizo una breve pausa al no recibir respuesta de él, y añadió: "Por Dios Hayden, no me digas que te gustaba esa mujer?"
"¡Cállate hermano!", respondió molesto y añadió: "¿Acaso crees que tengo tan mal gusto? ¿Cómo pudiste pensar que me gustaría una mujer tan gorda, sucia y fea como ella? Lo que sucedió es que yo acababa de llegar a la empresa a hacer mi pasantía y ella ya tenía tiempo trabajando aquí. ¿Qué querías que hiciera? ¿En lugar de sonreírle, debía sentarme a llorar con ella? Sencillamente, ¡nunca pensé que esa horrenda mujer me iba a empezar a perseguir como lo hizo, ya que era muy desagradable!"
Honestamente, esas palabras no me hirieron en lo absoluto porque él ya no me importaba. Por ello, comencé a taconear más fuerte para que Hayden se percatara de que alguien venía detrás.
Sin embargo, al parecer todos estaban distraídos.
"Hombre, sólo estaba bromeando. Sabes muy bien que tenemos que divertirnos un poco en esta vida", dijo su colega de manera jocosa y añadió: "En realidad, ayer casi no reconocí a Meita de lo cambiada que está. ¿Crees que lo hizo para agradarte a ti?"
Hayden dijo riéndose: "Claro que sí. Ella está tratando de bajar de peso y de ponerse bella para llamar mi atención, pero lo que sabe es que nunca me voy a sentir atraído por ella, ¡porque no puedo ni verla a la cara!"
"¡Eres demasiado cruel!", gritó su colega.
"¡Bah! ¡Con una mujer tan repugnante como ella, jamás podré ser lo suficientemente cruel para expresar lo que siento!"
Siguieron conversando hasta llegar al área de los ascensores, donde otros colegas estaban esperando.
El espacio entre cada ascensor no era muy grande y a medida que iban llegando más gente, en un determinado momento empujé a Hayden por accidente entre la multitud.
"¡Disculpa!", le dije instintivamente.
"¿Meita?", escuché su voz con tono de sorpresa que al instante se convirtió en sarcasmo: "De verdad que eres hasta graciosa. ¿Acaso no te da vergüenza restregarme tu cuerpo de manera tan evidente?"
Él habló tan alto que todos voltearon a vernos y sentí una enorme ráfaga de miradas de burla que venía de todas partes, y que impactaba en mi cuerpo como cuchillos bien afilados. Desafortunadamente para todos ellos, ahora yo contaba con una armadura para protegerme, aunque la misma no fuese impenetrable.
"No fue mi intención, pero hay demasiada gente aquí esperando el ascensor en este momento. Pero da la casualidad que te estaba buscando, así que vayamos a otro lugar para conversar", le contesté sin sentirme intimidada por las miradas de los demás.
"¡No tengo nada de qué hablar contigo!", respondió Hayden con tono grosero, mostrando en sus ojos el evidente desprecio que sentía hacia mí.
Las puertas del ascensor se abrieron en ese instante y la multitud se precipitó hacia ellas para entrar. Hayden también aprovechó para colarse entre ellos, pero yo lo estaba viendo. Por ello cuando estaba a punto de cerrarse el elevador, grité para que todos oyeran: "¡Hayden, nos vemos en tu oficina al mediodía!"
Al instante, él me vio con los ojos desorbitados de la ira.
Admito que lo hice a propósito porque él había dicho que me odiaba, que no soportaba verme y que yo era una vergüenza. Por ello si por lo menos, él creyera que yo sería capaz de decir todas esas cosas delante de los demás, entonces el hecho de que yo supiera ese secreto se convertiría en su debilidad.
Yo debía haber entregado el libreto a las 9.30 am., pero no había podido entregar el borrador con el perfil de los personajes y los diálogos, porque me había sido imposible cumplir con las exigencias de los patrocinantes.
Richard se apareció en mi escritorio a las 10 am. y me preguntó: "Meita, ¿por qué no has enviado el borrador con el perfil de los personajes y los diálogos para que los revisen?"
"Tu deberías saber que debemos enviar el libreto ya corregido a los patrocinantes para que lo revisen antes del 15 de octubre, y ya estamos a finales de septiembre. ¡Tan sólo falta un día para que se termine este mes".
Me sorprendió el tono severo con el que me había hablado, y su cara estaba tan roja como si se hubiese comido diez tazones de pimientos picantes.
"Lo siento pero hubo un pequeño inconveniente y quizá nos retrasemos un poco..".
"¡Si hay algún problema, deberías seguir adelante con el proyecto de todas maneras, porque ésa no es razón para que no cumplas con tus responsabilidades", me gritó interrumpiéndome. Luego suspiró y me dijo en voz baja como si se hubiese percatado de algo: "Realmente, no sé si serás capaz de....".
Miré su espalda mientras se iba y sonreí con amargura. Sabía que Richard tenía mal carácter, y que quizá se había molestado por algo que había sucedido en la mañana, pero como yo no había cumplido con la fecha para entregar el borrador, me había convertido en el chivo expiatorio con el que desahogaría toda esa rabia.
Bueno, debía admitir que la situación se había agravado porque a la hora de la verdad, yo también tenía culpa en lo que había pasado, ya que no había enviado a tiempo el borrador.
Después del almuerzo, encontré a Hayden en la sala de descanso acostado en el sofá y hablando por teléfono. Para mi sorpresa no había nadie más, porque quizá todos se había ido al escuchar sus gritos.
En ese instante, me sentí un poco ridícula por el hecho de haberme interesado en un hombre tan egoísta y aprovechado como él, ¡únicamente porque siempre me había mostrado una falsa sonrisa!
"¿Acaso la p*rr* de Meita cree que es tan buena en lo que hace? No es verdad; sólo tuvo suerte y Tony decidió darle la oportunidad. Pero, ¿en realidad creyó que podía obligarme a hacer lo que ella quisiera porque estaba trabajando en algo importante?", gritó Hayden. Luego añadió: "Es más, no le voy a dar tregua y no descansaré hasta asegurarme de que haya fracasado rotundamente y deba abandonar este proyecto!"
Era evidente que la persona que estaba al otro lado de la línea no sabía qué contestar porque Hayden había bajado el tono de su voz para decirle: "Nena no te preocupes por eso. Sabes que estoy de tu lado y además no me gusta para nada esa gorda fea...".
Probablemente estaba despotricando de mí por teléfono con una de sus amantes, pero eso no me preocupaba en lo absoluto en ese momento, porque en realidad lo importante era poner punto final a la irresponsabilidad que él había demostrado en el trabajo.
Para ser sincera, aún estaba un poco nerviosa y aprehensiva porque después de todo, él era hombre y ya me había atacado físicamente. Por ello creía que si le decía algo que lo ofendiera, quizá intentaría golpearme otra vez.
Sin embargo, esos trapos sucios que él acababa de sacar a la luz me habían enojado tanto, que ahora tenía el valor necesario para enfrentarlo.
"¡Hayden, necesito hablar contigo!", le dije acercándome mientras lo miraba de arriba a abajo.