Capítulo 71
872palabras
2023-01-07 00:01
Fue entonces cuando Damen hizo algo que ningún Alfa debía hacer: se inclinó para someterse a mí. Por un momento, dejé de gruñirle y me enderecé ligeramente. Todavía me encontraba a la defensiva, pero no podía creer que él mostrara debilidad frente a mí. Damen gimió y alzó la cabeza para encontrarse con mis ojos. Su mirada parecía estar suplicándome. No obstante, podía notar que aún tenía los ojos enrojecidos y que mi loba seguía presente, hirviendo de rabia.
Luego, cambió de forma. Aparté la mirada de su desnudez y escuché pasos. Me di la vuelta con un gruñido, olvidándome momentáneamente que él no tenía nada de ropa. Damen se detuvo a medio camino y alzó las manos en señal de rendición.
"Por favor, Cass, no creo que seas capaz de lastimarme...", murmuró dando otro paso cauteloso. Lancé un gruñido de advertencia. Una vez más, me puso a prueba volviendo a avanzar. "Escúchame", suplicó. "No puedo volver a perderte, no por algo como esto". Mis gruñidos cesaron cuando se arrodilló ante mí. Lo miré fijamente para descifrar sus intenciones. Cuando estuve satisfecha con su mirada y postura, también cambié de forma, sin importarme mi propia desnudez.
"¿Acaso quieres que te mate?", pregunté con un gruñido. A pesar de que ya tenía forma humana, era consciente de que mis ojos todavía estaban rojos.
"No creo que me lastimes, ni siquiera estando enojadas tú y tu loba", respondió con una pequeña sonrisa, la cual se desvaneció en cuanto volví a gruñirle. "¿Al menos puedo explicar lo que pasó?". Cuando no le di una respuesta, él agregó: "Empezaré diciendo que ese bebé no es mío".
Mi loba dejó de gruñir y sentí que me devolvía el control. "Continua", dije.
"La única forma en que el bebé de Briella tuviera sangre Alfa es si ella se acostó con mi padre o si está mintiendo sobre la sangre de su hijo", declaró Damen con una voz ligeramente molesta. Parecía estar resentido con su padre, lo cual ya me esperaba.
"Entonces, ¿por qué anunció públicamente esa noticia si sabía que no era tuyo?", insistí. Esperaba equivocarme en mis suposiciones.
Damen tragó saliva visiblemente. "Mira...", susurró y respiró hondo. "El día de tu funeral, me emborraché tanto que me desmayé... Y cuando me desperté..., vi botellas por toda la habitación... y a una persona en la cama conmigo... ". Su voz se desvaneció.
"¿Te estás atreviendo a decirme que de verdad te acostaste con mi hermana?", pregunté mientras volvía a ver rojo.
Él tragó saliva de nuevo. "No te voy a mentir, sí lo hice". Le dirigí un fuerte gruñido. "Pero eso pasó hace más de un año, mucho antes de que supiera que aún estabas viva. Estaba destrozado por tu supuesta muerte, y me emborraché tanto que todo lo que recuerdo de esa noche es que pude oler el aroma de mi pareja...". Dejé de gruñir cuando vi las lágrimas en sus ojos, y lo observé de cerca. "Pensé que eras tú. No sé qué pasó, pero jamás lo habría hecho si no hubiera estado borracho ni hubiera olido a mi pareja. Por favor, no puedo perderte de nuevo, por favor...". Luego, rompió en llanto.
Por mucho que me doliera saber que se había acostado con Briella, estaba segura de que no había sido intencional. Nunca lo habría hecho en otras circunstancias. Lentamente me acerqué a Damen, pero él no levantó la mirada. Me arrodillé frente a él y lo abracé para darle a entender que no volvería a abandonarlo. Damen dejó escapar un sollozo y rápidamente me envolvió fuertemente en sus brazos, como si pensara que yo desaparecería si aflojaba su agarre.
Una vez que se tranquilizó, me alejé con lentitud. Necesitaba que me escuchara. "Damen, sé que tu intención no fue lastimarme, pero eso no hace que me duela menos. Te perdono y no te dejaré, pero tampoco volveré contigo". Damen lanzó un gruñido y me agarró con más fuerza, como si quisiera decirme que no volvería a soltarme. "No voy a volver todavía". Él dejó de gruñir. "Volveré, Damen, pero necesito tiempo para desquitar mi furia. Si regreso contigo ahora mismo, lo primero que haré al llegar será matar a mi hermana, y no puedo hacerle daño a un bebé inocente. Esperaré a que nazca para pensar si debo matar a Briella. Pero tú sí debes volver a la manada. No olvidaré mi resentimiento si me sigues a todos lados. Necesito estar sola. Regresaré, pero cuando yo lo decida. Hasta entonces, necesito que te vayas para encargarte de la manada y esperes a que yo vuelva, ¿vale?".
Damen asintió. "Entonces, no me dejarás... ¿Vas a volver?", preguntó, casi como si temiera escuchar la respuesta.
"No, no te dejaré. Y sí, volveré. Pero no sé cuándo, todo depende de mi loba".
"Vale". Damen volvió a darme un fuerte abrazo y besó mi frente, enviando chispas por todo mi cuerpo, como siempre. Nos soltamos y cambiamos de forma a nuestros lobos. Su enorme lobo negro se acercó a mi mediano lobo plateado, frotó su cabeza contra mi cuello y lamió mi hocico. Luego, se dio la vuelta y corrió velozmente hacia el bosque para regresar con la manada.
Por mi parte, yo tenía más asesinatos que hacer.