Capítulo 6
818palabras
2022-12-14 18:31
Punto de vista de Damen
Entonces pisé el acelerador a fondo con dirección a la casa de la manada.
¿Qué quiso decir Jacob con que ella se había ido?, ¡no podía haber hecho eso! ¿Qué haría yo ahora?, sí, la había rechazado, pero eso no significaba que quisiera que se fuera; no me imaginaba una vida sin volver a ver su hermoso rostro nunca más, de solo pensarlo me dolía el corazón.
Me detuve frente a la casa, salté de mi coche, corrí dentro y rastreé el olor de Jacob hasta la sala de estar; su madre estaba allí sentada llorando, así que camine hacia ella: "Señora Knightlock, ¿se encuentra bien?, ¿qué sucede?" Pero tan pronto como me escuchó hablar, se levantó, vino hacia mí y me abofeteó con fuerza; a mi lobo no le gustó esa falta de respeto, en especial en ese momento en que estaba sufriendo y su paciencia se había acabado, y dejé escapar un gruñido amenazador.
"Recuerde cuál es su lugar, Sra. Knightlock, quizá su esposo sea el beta de mi padre, pero no tiene derecho a faltarme al respeto de esa manera", me quejé mientras frotaba mi rostro; ¡j*der, me había dolido mucho!, estaba seguro de que me debía haber quedado la marca roja de su mano.
"¡No me importa, sácame de la manada si quieres, vas a ser un alfa terrible! ¿Qué clase de hombre rechaza a su pareja? Yo lo sé, solo uno patético", parecía como si quisiera acabar conmigo; a pesar de lo enojado que estaba, y estaba muy enojado, ¡ella en realidad me tenía asustado! Las madres lobo eran muy protectoras con sus cachorros, y eso siempre sería así, una madre protegería a sus hijos a toda costa sin importar su edad. Entonces vino hacia mí otra vez: "Lo peor de todo es que ella se fue por tu culpa", me empujó, lo que me tomó por sorpresa, haciéndome tambalear; para no ser una metamorfo, realmente ella tenía mucha fuerza.
"¿Qué quiere decir con que se ha ido?", estaba tratando con todas mis fuerzas de mantener a raya a mi lobo; él quería salir para buscar a su pareja, nunca estuvo de acuerdo con rechazarla, porque se había enamorado de ella a primera vista, y solo quería encontrarla, arrodillarse y rogarle que nos perdonara. ¡Qué demonios estaba pasando!
"Como escuchaste, ¡ELLA SE HA IDO!, lo hizo poco después de llegar a casa llorando, ¡lloró más de dos horas seguidas!", ahora estaba gritando: "Tuve que obligarla a comer, ¡me dijo que no podía quedarse aquí por más tiempo y que todo era tu culpa! ¡Cómo te atreves! Si Cassidy no me hubiera dicho todo eso, también me habría ido de esta manada tan patética. Odio estar aquí y me da vergüenza decir que pertenezco a una manada que trata a sus miembros con tanto odio; ¡espero que los canallas ataquen y te maten!" Después de eso, rompió a llorar, pero no podía culparla, ella tenía razón, éramos patéticos.
Aproveché la oportunidad para correr a buscar a Jacob y subí las escaleras siguiendo su olor de nuevo; lo encontré sentado en la habitación de ella, parecía un lugar abandonado, todo rastro de que alguna vez hubo vida en ese lugar se había ido. La habitación estaba casi vacía, Jacob se encontraba sentado en su cama, mirando absorto una carta que tenía en sus manos y con lágrimas corriendo por sus mejillas; se veía destrozado, con la misma sensación que teníamos mi lobo y yo.
Jacob levantó la cabeza para mirarme a los ojos y las lágrimas todavía brillaban en los suyos: "Nos ha dejado esta carta, pero antes de dártela, tienes que decirme si realmente eras su pareja, ¿en verdad lo hiciste?, ¡incluso me convenciste de que mentía!"
Asentí con reticencia: "Sí, Cassidy es mi pareja".
"Error", exclamó: "Era tu pareja, porque ya no lo es y nunca lo será. Si por algún milagro regresara, te tendrías que mantener alejado de ella y no podrías volver a molestarla. Sé que también se marchó por mis acciones, y quisiera con todo mi corazón poder cambiar las cosas, pero ya no puedo, y mira ahora dónde estamos; se ha ido y se llevó una parte de nosotros dos con ella". Después de decir esto, se levantó de la cama, se acercó a mí, me entregó la carta y salió de la habitación.
Miré la carta que me había entregado, incluso su caligrafía era hermosa, y decía lo siguiente en unas curvadas letras cursivas:
Jacob, sé que tú encontrarás esta carta primero, y quiero que sepas que no estoy enojada contigo; te entiendo, te amo, y siempre te amaré, sin importar dónde esté...
Salté hasta el punto en que mi nombre comenzó a aparecer en el papel, me parecía invasivo leer lo que ella le había escrito a su hermano, y lo que más me preocupaba era lo que me había escrito.
Damen...