Capítulo 17
2052palabras
2022-11-14 09:59
El rey Coballo convocó a sus mejores comandantes de guerra; Sol y Laguna, ángeles gemelos que protagonizaron la última batalla del ejército de Mirídia, cuando derrotaron a Daro´s y sus dragones, los dos escuchaban atentamente las indicaciones de su Rey.
-El enemigo se encuentra en los pinares, lo esperaremos en el valle y atacaremos con el primer bloque de defensa, no sabemos de qué parte de los territorios oscuros viene y es considerado muy peligroso e inteligente, así que el ataque debe de ser rápido, sorpresivo y devastador.
Dijo el Rey, determinado, a sus comandantes que asintieron y se retiraron a efectuar los preparativos para la batalla.

Yurik despertó y continuó su camino por entre los troncos de los altos pinos, se ayudaba con su hacha de mano abriéndose paso entre la maleza como buscando atajos, y casi al medio día, por fin alcanzó lo que le parecía el final de aquel pinar, un gran valle donde se perdía la vista, en el horizonte predominaba.
-Este debe de ser el Valle de Mirídia y en algún lugar debe de estar el palacio de mi Princesa.
Pensó y sin más emprendió el camino, en ocasiones avanzaba lentamente por los altos pastizales que le llegaban al pecho, y también temía perder el rumbo por la gran cantidad de colinas que le dificultaban ubicarse, su referencia de avance era el bosque de pinos que había quedado a sus espaldas. 
Y en ocasiones lo perdía de vista, caminando con dificultades llegó a una meseta en la cual había unas 6 o 7 grandes piedras semi redondas y semi enterradas de varios metros de alto.
-Estas piedras están muy raras, su forma redonda no parece ser natural ya que por aquí no hay laderas ni montañas como para que rodaran quedando así de redondas, además están muy bien acomodadas como para que hayan quedado así de encimadas. –pensaba mientras observaba aquella zona. –Si no estuvieran así de grandes podrían ser munición para una catapulta, pero tendría que ser una enorme catapulta operada por gigantes.
-Observó y exploró detenidamente aquellas piedras hasta que no encontró explicación lógica alguna y terminó por encoger los hombros para restarle importancia, sentía sed y esperaba encontrar un río, manantial o algo donde pudiera beber agua, decidió descansar un rato al amparo de esas piedras encimadas que en sus costados le tapaban el Sol y se sentó, permaneció un rato entrecerrando los ojos como meditando medio aburrido, tratando de recordar una vez más el posible ritual de la Espada del Destino, la sustrajo de la funda y se puso de pie, dispuesto a practicar cuanto ritual o conjuro se le viniera a la mente y en medio de aquellas grandes piedras redondas empezó.

-POR EL PODEER DE GRAYSSKULLL, ¡YAAA TEEENGOOO EL PODEEERRRR!
Lo intentó varias veces de varias maneras hasta que se convenció de que ese no era el ritual. 
-¿Qué diablos es lo que hacemos los de mi raza cuando estamos en peligro y asustados o a punto de que nos cargue el payaso? -gritaba a sabiendas de que nadie lo escuchaba.
-¡ESPADA DEL AUGURIIOOO! DAMEEE EL PODEER DE MIRAAAR MÁS LEJOOSSS.

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Recordó las palabras de la estrella solitaria.
-¡Demonios! No puedo recordarlo, a ver, a ver; ¿Qué más hay escondido en mis fantasías? ¡Ya sé!
-¡POR EL PODER DEL FANTASMA QUE CAMINAAA! DAME LA FUERZA DE 10 TIGRES.
Y nada… la espada seguía inerte y apagada.
-¡Me lleva la que me trajo! Tengo que recordarlo, tengo que recordarlo.
-THUNDEERR, THUNDERCAATSSS, UOOOOO.
Y nada.
-¡Me llevaaaa! ¿Cuál es el jodido ritual de la jodida espada del jodido destino? Tengo que recordarlo porque presiento que lo necesitaré muy pronto, porque me voy a encontrar un león de verdad y yo ni el machete se usar.
-ANTIGUOS ESPIRITUS DEL MAAL, TRANSFORMEN ESTA INUTIL ESPADA EN LA LEGENDARIA ESPADA DEL DESTINO.
Después de un rato de practicar conjuros fantásticos.
Y ocurrencias, guardó su espada y decidió que era mejor continuar su camino, al poco rato encontró veredas que en ocasiones le permitían caminar más rápido, veredas en el pastizal como hechas por animales que comúnmente pasaban por ahí, veredas amplias y rectas, no de animales solitarios, como hechas por manadas, pensaba en esto mientras caminaba, y siguiendo la vista de unos árboles que parecían frutales, encontró otro promontorio de grandes piedras redondeadas, cerca de algunos árboles que parecían ser de naranjas y contento las partió mientras se quitaba la sed, en la distancia distinguió una especie de sombra que oscurecía el paisaje, se detuvo y observó el movimiento sobre el valle de aquella mancha oscura que se comportaba como el de una manada de búfalos desplazándose.
-¡No! Su movimiento es matemático y organizado como el de un ejército.
Pensó y oteó el horizonte con la vista en dirección contraria con respecto a aquella formación militar, tratando de ubicar al posible enemigo de aquél tan disciplinado ejército que parecía prepararse para un ataque, de un hábil movimiento se subió a la más alta de las encimadas piedras para mejorar su ángulo de visión y alcanzó a distinguir figuras humanas que se acercaban, portando una especie de lanzas plateadas con una copita en la punta como pequeños radares, como si cada uno llevara un florete invertido.
-Sí, es un ejército y si lo que portan en sus manos son armas espero no estar en medio de una batalla, sin embargo…
-¡Vienen hacia mí! Y no veo al enemigo por ningún lado.
Pensaba en todo esto mientras trataba de acomodarse el cabello inútilmente, seguía observando atentamente los movimientos de aquella mancha en la pradera, cuando de repente se dejó escuchar un grito de guerra y todos juntos levantaron sus plateadas lanzas al cielo, una extraña formación de nubes empezó a configurarse por encima de los que habían gritado; Yurik observaba emocionado como aquellas nubes bajaban tan rápido, que parecía cúmulos de arena que caían sobre aquél ejercito alineado, las nubes se elevaron nuevamente tan rápido como habían bajado, dejando al valle vacío y ni un solo rastro del ejército de soldados azules con lanzas plateadas, asombrado ante el espectacular desenlace de tan corta batalla, a la vez pensaba.
-Lástima, parecía un ejército poderoso y bien organizado, al parecer esas nubes eran el enemigo, aunque… ¡Siguen ahí y están relampagueando! Tal vez la batalla se está desarrollando en el cielo.
En eso, de las nubes empezó a bajar una espiral tétrica.
-¡Diablos, demonios, brujos y leones con alas, se está formando un tornado, que espectacular!
Pensaba mientras seguía observando el desarrollo de los acontecimientos arriba de la piedra, y a la vez trazaba mentalmente una ruta de escape.
-¡Y se ve que se están dando duro! Aunque mejor me bajo de esta piedra y me retiro. 
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-Ya que al parecer se dirigen hacia acá, y ese tornado debe de ser por lo menos de categoría 3 y fácilmente podrá levantar éstas piedras para tirármelas en la cabezota por curioso.
Cuando de un salto bajaba de la piedra, el tornado ya había tomado rumbo a él, y un relámpago saltó golpeando fuertemente la piedra en la que había estado, al sentir la explosión tan cercana comenzó a correr tratando de evitar su posible trayectoria.
-¡Demonios! Al parecer me está siguiendo; ¡Al parecer el enemigo soy yo! ¿Así, o más imbécil?
Gritaba mientras corría en zigzag tratando de alcanzar los pastizales altos para ocultarse, corría tratando de salir de su trayectoria pero era inútil, el tornado ya había alcanzado el promontorio de piedras redondas seguía y fue un terror escalofriante lo que sintió al ver caer una de las enormes piedras redondas muy cerca de él, volteó incrédulo para comprobar lo inimaginable, tuvo que rodas por reflejos propios para esquivar otra de las enormes piedras que le había sido lanzada por el tornado.
-¡Con 1000 demonios, esas piedras al parecer alguien las puso ahí como munición para tornados, no para catapultas! Mejor me alejo.
Se alejó lo más rápido que pudo y el tornado lo siguió; ¡Ya estaba seguro de eso! Mientras ágilmente se movía por entre los pastizales y se ocultaba cambiando de sitios para no ser ubicado.
Dando de maromas y arrastrándose por el suelo, trataba de alejarse confundiéndose entre la maleza y las colinas, el pasto era arrancado furiosamente por el tornado cual si fuera una podadora mientras buscaba a su escurridizo enemigo, lanzando relámpagos al azar causando regulares explosiones, tratando de ubicar al escurridizo poseedor de la Espada del Destino que pacientemente esperaba con la espada en las manos y el pecho en la tierra, quien sentía cada vez más cerca los relámpagos que caían tratando de hacerlo salir de su escondite.
-Si pude esquivar las pedradas no creo poder esquivar un relámpago.
-Con uno solo que me toque. –pensaba. -¡Te llamabas Yurik! Y ya no será necesario que recuerde mi nombre, se acabó la historia, olvidada pero al fin historia, bueno, ya estuvo bueno de correr, ahora vamos a saber qué tan poderosa es la famosa Espada del Destino.
El tornado ya se había pasado y alejado, perdiendo la ubicación de su presa, cuando corrió decidido a su encuentro y al salir a la vereda de pastizal arrancado en el surco de tierra que el mismo tornado iba dejando a su paso, levantó la Espada del Destino arriba de su cabeza con sus 2 manos y gritó desafiante.
-¡UOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!…
El tornado pareció advertirlo y formando una “S” dio la vuelta y Yurik, al ver la tremenda fuerza del remolino sintió un escalofrío e inconscientemente, con un automático movimiento se persignó varias veces y ahí fue cuando sucedió. 
Al persignarse la espada le dio una pequeña descarga de algún tipo de energía que lo confundió, obligándolo a adelantar una pierna para no perder el equilibrio y en ese instante recordó las palabras de la estrella solitaria.
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-¡Eso es! –gritó emocionado. -¡La señal de la cruz y la santísima trinidad, he descubierto el ritual de la espada!
Y tomándola con las 2 manos haciendo movimientos de swing con la espada de izquierda a derecha, gritó:
-¡EN EL NOMBRE DEL PADREEEE!
Haciendo otro swing de derecha a izquierda volvió a gritar.
-¡DEEEEEEEL HIIJOOO!
Finalizando el conjuro con un swing hacia arriba.
-Y DEEL ESPIRITUUU SAAAAANTTTOO.
En ese instante, el tornado lanzó un estruendoso relámpago que cayó directo sobre de él, causando una gran explosión que debería haberlo pulverizado, la nube de humo y polvo se disipó rápidamente por la fuerza del viento y el guerrero con la espada en las manos apareció ileso y desafiante, con la hoja de la espada ahora brillando intensamente, como si se hubiera calentado al rojo vivo por la temperatura del rayo, asombrado al ver el brillo de la hoja y pensando rápido, cayó en cuenta que la espada había absorbido el relámpago que le había lanzado el tornado, y con una definitiva sonrisa. 
Trató de retirarse los alborotados cabellos que le jugueteaban en la frente, dio el grito que le faltaba y apuntando la espada hacia el tornado, con toda la fuerza de su garganta, gritó:
-¡AAAAAAAAAMMEEEEEEENNN!
Y la espada regresó el relámpago que había absorbido, con la fuerza aumentada 10 veces en un ataque continuo que conectó al tornado por el centro, desvaneciéndolo, como desarmándolo y el guerrero pudo distinguir como los cuerpos de cientos de hombres caían al suelo, como hilazas al viento, cual si fueran hilos desmadejados en una macabra danza celebrando el final de aquella singular batalla, las nubes desaparecieron despejando el cielo y la contienda terminó, él Sol apareció contento mientras el afortunado poseedor de la espada del destino, con una mano trataba inútilmente de acomodar su alborotado pelo, y recordó frases que le había dicho la estrella solitaria.
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-¡Y de qué manera! –dijo en voz alta. -Pero a qué precio, si ese tornado lo formó un ejército de hombres, no creo que alguno haya sobrevivido.
Y su mirada se entristeció, a pesar de que había pulverizado al enemigo que pretendió pulverizarlo.