"¿Dónde has estado?", preguntó Maxine cuando me encontré con ella en el vestíbulo.
"Fui al baño de hombres". Mentí, aunque odio hacerlo.
"¿Hablaste con el Sr. Clark sobre tus notas?"

"Todavía no. Quizás mañana", respondí. "¿Vamos a casa?", pregunté y puse mi brazo sobre su hombro.
"Sí, claro". Ella sonrió mientras me rodeaba la cintura con su brazo y caminamos hacia el área de estacionamiento donde estaba aparcado mi coche.
Dejé a Maxine frente a su casa antes de irme a la mía. Me pidió que me quedara un poco porque tenía algo que decir, pero hoy no tenía ganas. Sólo quería quedarme en mi habitación y descansar.
"¿Qué tal el colegio?", preguntó mamá desde la cocina cuando me vio entrar en el salón.
"Bien", respondí con brevedad, tirando mi mochila y dejando caer mi cuerpo en el sofá, recostando mi cabeza en el reposacabezas.
"Vi a la madre de Justin esta mañana. Me ha dicho que ha suspendido el examen de Química. ¿Y tú, cariño? ¿Lo has aprobado?", preguntó mamá mientras se dirigía al salón y se sentaba en el sofá frente a mí. Colocó el plato con magdalenas y zumo de naranja en la mesa del centro.

"¡Por supuesto! El examen fue muy duro, pero pude aprobarlo", dije mientras cogía una magdalena y le daba un mordisco.
"Estoy muy orgullosa de ti, Tyler. Eres un chico inteligente como tu padre", dijo mientras sonreía.  
¿Inteligente? No lo creo. Si lo supieras, mamá.
"De todos modos, también me habló de un chico de tu escuela que dejó embarazada a su novia. ¿Es eso cierto?", volvió a preguntar y yo fruncí el ceño. No me gustaba la idea de que mamá estuviera cotilleando. Sabía que ella no era así.

"Sí, es de la otra sección".
Mamá soltó un fuerte suspiro. "Ten cuidado, hijo. Sé lo mucho que quieres a Maxine, pero no practiques todavía el s*xo prematrimonial. Los dos sois jóvenes para ser padres. Primero tenéis que concentraros en vuestros estudios. Deberías aprender de mi experiencia. Yo tenía diecisiete años cuando te tuve... y no fue fácil".
"¡Mamá!" La interrumpí.
"¿Sí?" Una de sus cejas se alzó un poco.
"En realidad, hay algo que me gustaría decirte".
Se hizo el silencio. Y entonces ella preguntó. "¿Qué es?"
"Te lo diré, pero prométeme que no te vas a enfadar. Y no le digas a papá sobre esto".
"¡Oh, Dios mío!", se levantó de su asiento, comenzó a caminar por la sala de estar y yo me limité a observar cómo se calmaba. Menos mal que está sana, si no, no podría contarle mi problema. "Bueno, ¿qué es? Dime, hijo", dijo después de volver a su asiento.
"Hice algo malo, mamá. Os he decepcionado a ti y a papá", dije mientras bajaba la cabeza.
"Oh, cariño. ¿Por qué lo hiciste?" Mamá estaba a punto de llorar ahora.
"No lo sé. Es que soy un estúpido", dije tirándome del pelo por la frustración.
"Tu padre se enfadará mucho si se entera de esto". Mis ojos se abrieron de par en par. "Pero le haré entender".
"¿De verdad?", se me iluminó la cara. Ella me ayudará a decírselo a papá. "¡Gracias, mamá! Eres la mejor". Me levanté y la abracé.
"Entonces, ¿es Maxine?", preguntó y fruncí el ceño mientras me alejaba.
"No mamá, no es Maxine".
"¿Qué?" Me empujó y caí al suelo. "Entonces, ¿quién es? ¡Dime! ¡Dios mío, Tyler! ¿Cómo podría contarle esto a Jackie? ¿Cómo pudiste romper el corazón de su hija?"
"¿Mamá?"
"¿Qué?", preguntó ella, con los ojos muy abiertos.
"¿De qué estás hablando, mamá? No te entiendo".
"Dime, ¿quién es la chica?"
"¿Qué chica?"
"¿La que dejaste embarazada?"
"¿Qué? No he dejado embarazada a ninguna chica, ¡oh, Dios mío!", dije mientras me levantaba del suelo alfombrado y me sentaba de nuevo en el sofá.
"¿No lo hiciste?"
"¡Claro que no! He suspendido en mis tres asignaturas y Chris me ha sugerido que consiga un tutor. ¿Qué te parece?"
"¿Eso es todo? ¿No has dejado embarazada a nadie?" Volvió a preguntar mamá y yo negué con la cabeza.
Exhaló fuertemente y esta vez, fue ella la que caminó hacia mí y me dio un abrazo. "Oh, gracias a Dios. Pensé que habías hecho algo terrible como eso. Menos mal que solo has suspendido en tres asignaturas".
Y cuando finalmente se dio cuenta de lo que le había dicho, se apartó del abrazo y me empujó.
"¿Qué, Tyler? ¿Tres asignaturas? ¡Oh, Dios mío!"
Estaba estudiando en mi habitación cuando recibí un mensaje de Maxine. "Abre tu ventana, cariño".
Miré mi ventana, las persianas venecianas estaban cerradas. Siempre estaba cerrada por la noche. Sabía lo que iba a ver cuando subiera las persianas. Era Maxine saludándome con su bonito traje de pijama.
Me acerqué a la ventana y subí las persianas, y acerté. Llevaba un pijama rosa mientras bailaba en su cama. Me sopló besos en el momento en que nuestras miradas se cruzaron.
Marqué su número en mi teléfono y me contestó enseguida. "Hola". Ella sonrió. "¿Estás ocupado?"
"En realidad no. ¿Me has echado de menos?" Le devolví la sonrisa viéndola sentada en su cama, frente a mí.
"Sí". Ella sonrió, pero luego se desvaneció rápidamente.
"¿Algún problema?", pregunté y ella asintió.
"Tengo que decirte algo, Tyler", dijo suavemente.
"¿De qué se trata? ¿Y por qué me lo dices por teléfono? Podrías habérmelo dicho antes". Le dije mientras fruncía el ceño.
"He intentado decírtelo cuando estabas sumido en tus pensamientos como si algo te preocupara. Te invité a entrar en casa para poder contártelo, pero dijiste que estabas cansado", Hizo un mohín. Me sentí mal por ser tan insensible.
"Lo siento, es que..." Suspiré. No podía contarle mis problemas. No quiero que se preocupe por mí. "¿Qué es lo que quieres decirme?"
"Me apunté a la competición de bailes de salón en Alemania". Ella susurró, pero yo la escuché fuerte.
"¿Qué acabas de decir?" Casi grité. No podía creer lo que acababa de decir.
"Lo has oído bien, Tyler. Me voy la semana que viene".
"¡Ya hemos hablado de esto, Maxine!", grité en el teléfono mientras la miraba a través de mi ventana. "¡No vas a ir!"
"Sabes que mi sueño es participar en una gran competición como esta, Tyler. Por favor... quiero que me apoyes, esta vez". Ella dijo, sus ojos suplicaron.
"¡No!" Con eso, colgué el teléfono y bajé las persianas cerrando mi ventana.