Capítulo 15
1857palabras
2022-10-09 11:14
Despedida dolorosa
El día el cual quise ignorar por semanas llegó, uno de los días el cual me siento muy triste, es el día en el que me tengo que despedir de Matth, tal vez no fuimos pareja por mucho tiempo en realidad lastimosamente hoy cumplimos nueve meses, hoy el mismo día en el que él se va a ir a Madrid. Ya que él se va antes porque tiene que ir a hacer todo el papeleo he ir a instalarse, ya que el empieza un mes antes que yo porque tiene que estar un mes en adaptación, así que se va hoy lo peor de todo es que no pasará aquí las fiestas navideñas.
Estoy en la casa de Matth ayudándolo a sacar sus últimas maletas, aunque deja un poco de ropa aquí para no traer mayor cosa cuando venga lo cual será en unos seis o siete meses, de solo pensar en eso me pongo muy triste ya que lo extrañare mucho, pues aún no se ha ido y ya lo extraño. Después de bajar todo al carro de su papá, lo acompañó al aeropuerto, vamos agarrados de la mano sin decir nada, yo solo voy recostada en su hombro intentando asimilar todo esto.
Al llegar al aeropuerto sus papás se despiden de él y empiezan a bajar las maletas, la mamá de Matth obviamente está muy afectada por su partida. El vuelo es en una hora así que ellos decidieron dejarnos solos para que nos despidiéramos bien.
—Bueno, creo que esta es la despedida. —Dije casi como un susurro.
—Si lo es, pero antes tengo un regalo para usted. —Me dijo abriendo su mochila y sacó una bolsa negra.
—Muchas gracias, yo también le traje un regalo, felices nueve meses. —Le dije intentando sonreírle pero la verdad es que no pude, en cambio me salió una lágrima de los ojos y le entregué una cajita.
—Gracias, felices nueve meses, pero por favor no se ponga así sabe que la quiero mucho y me parte el corazón verla llorar, trataré de regresar lo más pronto posible. —Me dijo devolviéndome en un enorme y fuerte abrazo.
—Lo siento, es que no puedo evitar ponerme triste ya que lo voy a extrañar, aunque llevemos apenas nueve meses de relación pero fuimos amigos por más de cinco años y usted no es solo mi novio, sino que es mi mejor amigo, mi primer amor, mi consejero, usted es todo para mí y tal vez nuestra relación de pareja no fue normal pero fue única y separarme de usted luego de acostumbrarme a su presencia me está destrozando, ya que una parte de mi corazón le perteneció, le pertenece y le pertenecerá siempre. —Le dije aún en sus brazos y mojando su camisa con mis lágrimas.
—Tranquila por favor, no se ponga así sabe que para mí también es difícil alejarme de usted por que la amo mucho, ya que es una de las mejores personas que conozco y para mí también usted es mi mejor a miga, mi refugio, mi novia y usted tiene todo mi corazón en sus manos y sabe que como dice nuestra relación no es normal, la verdad es que nunca lo fue ni como amigos, pero como dijo es única es nuestra y la verdad no cambiaría nada de nuestra relación, porque es hermosa aun cuando parecemos perros y gatos peleando por cualquier cosa, o que tal vez yo no sea el chico súper detallista y romántico que aparecen en sus libros y series de televisión, o que usted tampoco sea la típica chica que le gusta que el novio la ayude con su mochila ya que nosotros somos así, a mí me encanta que usted sea así, que le encante ver la lucha libre, que también le gusten las caricaturas, que ame las películas románticas, de acción , de terror, fantasía y aun así también pueda disfrutar de leer un buen libro, ya que eso la hace diferente y eso amo de usted, así que quiero que este feliz ya que estaré siempre en contacto para que no sienta mucho la lejanía. —Me dijo y la verdad es que varias de las cosas que dijo son ciertas hasta muy pocas veces nos dijimos te amo, pero la verdad es que siempre he pensado que es mejor demostrarlo que decirlo y así fue, pues ahora sé que él me ama tanto como yo lo amo a él.
—Esta bien eso espero, porque si no es así cuando regrese le romperé un par de huesos y no necesitare de un rin, así que sabe que si llega a olvidarse de mi o llega a desaparecerse sin decirle a nadie cuando regrese lo golpeare y lo dejare noqueado me entendió. —Le dije pegándole suave en el abdomen a lo cual solo se rio viéndome con ternura.
—A sus órdenes, no se preocupe no lo hare ya que no quiero morir en manos de una princesa ruda, bipolar y adicta al chocolate. —Me dijo a lo cual le di otro golpe un poco más fuerte para que se callara.
—Deja de decir esas cosas bobo. —Y así empezamos una mini pelea, la cual resolvió rindiéndose y llevándome a una heladería para comprarme una banana Split de chocolate y caramelo las cuales yo amo con todo mí ser.
—Bueno ya que me rendí y le di esta gran ofrenda de paz no cree que me merezco un premio. —Me dijo pidiéndome un beso.
—Lo que usted se merece es que le pegue más por hacerme enojar, yo siendo tan pasiva. —Le dije molestándolo mientras me comía mi helado.
—Aja supongamos que es cierto, supongamos porque es más cierto que voldemor tiene nariz a que usted es pacífica. —Me dijo, a lo cual yo solo le saque la lengua.
—Por decir esas tonterias vaya a pedirle besos a su abuela. —Le dije fingiendo estar enojada.
—Ya se lo pedí cuando me fui a despedir de ella y no me dio solo uno. —Me dijo riéndose de mí.
—Taradoooo. —le dije dándome la vuelta y empezando a caminar alejándome de él, pero sentí que alguien me agarró de la cintura.
—No se enoje sabe que estoy bromeando, me perdona por favor. —me dijo haciendo un mini puchero.
—Está bien, lo perdono, pero deje de molestarme. —le dije sonriéndole.
—Si, se lo prometo. —Me dijo agarrándome de la mano y jalándome hacia una banca del aeropuerto, lo bueno de todo es que ahora solo trae su mochila ya que las demás maletas ya las entregaron a los de la aerolínea.
—¿Quiere helado? —Le pregunté a Matth a lo cual él movió la cabeza en forma de afirmación. Y yo aproveché para agarrar lo más que pude con la cuchara de helado con crema batida para luego embarrársela en la nariz, mejillas y demás, me empecé a reír para luego darle un poco en la boca.
—Ahora si Samanta se la gano, ya que lo que quiero ahora es un beso. —Dijo intentando besarme con la cara toda manchada así que empecé a reírme como loca y después de un forcejeo logró besarme y así mancharme a mí también con el helado luego de eso nos fuimos a los sanitarios y cada uno entró a lavarse la cara y cuando yo salí él ya estaba afuera después de eso volvimos a sentarnos.
—Pasajeros del vuelo 218 con destino a Madrid España favor de pasar a la puerta 734. —Dijo la voz por el parlante, lo cual borró la sonrisa de ambos y a mí me devolvió a la realidad.
—Bueno es hora. —Le dije dándole la mano y tomando una gran bocanada de aire.
—Sí, vamos. —Me dijo avanzando hacia la donde tenía que abordar. Cuando llegamos me abrace muy fuerte a él, simplemente no lo quería soltar.
—Lo voy a extrañar y por favor cuídese, me avisa cuando llegue. —Le dije intentando controlar las ganas abismales que tenía de llorar.
—Yo a usted también y también cuídese mucho, claro que le avisaré en cuanto pise el suelo en Madrid. —Me respondió recostando su cabeza en la mía.
—Lo amo bobo. —Le dije abrazándolo más fuerte.
—Y yo a usted más que a nada. —Me respondió besando mi frente.
—Bueno ya es hora. —Le dije separándome de él deseando que en realidad no se fuera de mí lado.
—Pero antes quiero un beso por favor, ya que estaré siete meses sin besarla, así que me harías el honor de regalarme un beso. —Dijo, a lo cual sonreí y lo bese poniéndome un poco de puntitas y él agachándose lo tomó del cuello y él a mí de la cintura fundiéndonos en un beso cargado de emociones encontradas, luego de eso nos separamos por falta de aire. Unos instantes después lo volvieron a llamar, así que me despedí de él con un último abrazo y empezó a caminar para entrar a la puerta en donde abordaría el avión, cuando ya iba a entrar se volteo y me sonrió por última vez, luego de eso cruzó la puerta perdiéndose entre los pasillos.
Y yo empecé a llorar ya que la verdad me dolía verlo partir, luego de eso empecé a caminar hacia la salida donde me esperaban los papás de Matth, luego de sonreírles, nos subimos al auto y empezamos el trayecto hacia mi casa, el cual fue de aproximadamente de media hora donde yo no dije ni una sola palabra y agradecí que no me preguntaran nada, cuando llegamos me despedí de ellos y les agradecí todo para luego entrar a mi casa en la cual salude a todos y me dirigí hacia mi habitación ya que necesitaba estar sola y gracias al cielo mis padres lo entendieron y me dieron mi espacio.
Así que llegué a mi habitación con la bolsa negra en mis manos y me senté en mi cama para abrirla y cuando la abrí era una de las camisas favoritas de Matthew, la cual a mí también me encantaba, junto a una caja de chocolates, una bolsa grande de gomitas y al final traía una nota.
*Esta camisa se la regalo, ya que sé que le encanta dormir con ropa cómoda y floja así que se la regaló para que duerma con ella y no me extrañe tanto, de igual manera sé que también tiene la sudadera que un día le regale, aun cuando éramos amigos, así que espero que le guste, a y los chocolates son para que se alegre y cuando regrese le traeré más, la quiero mucho a y perdón por entregárselo en una bolsa negra pero la verdad es que no soy nada creativo.
Att: Matth que la ama con toda el alma.*
Y así terminaba la nota, la cual era una hoja arrancada de un cuaderno pero la verdad me encanto con el simple hecho de que venía de él, palabras que salieron de su corazón y porque me regaló chocolates y una nueva camisa para dormir. Después de cambiarme y colocarme la camisa comí un par de chocolates, para después poco a poco caer en los brazos de Morfeo quedando profundamente dormida.