Capítulo 56
1336palabras
2022-08-16 10:52
"¡Si tú y tu novio no hubieran tenido s*xo en el camino, no hubiéramos chocado!". El dueño del auto le dijo a Anna con desdén. Miró de arriba abajo a la chica, que traía el pelo de color amarillo, ligas y pantalones cortos.
"Cállate. ¡Ten cuidado con lo que dices!".
"Toda la gente se dio cuenta. ¿Vieron que la señorita estaba acostada sobre el hombre hace un momento, verdad?".
Alguien dijo: "Yo la vi y estoy tomando fotos".
Otra persona dijo: "¡Qué noticia tan emocionante!".
La gente comenzó a hacer eco uno tras otro.
"¡Yo no hice nada de eso!", gritó Anna.
Pero, ¿quién le iba a creer? Estaba sentada sobre Jason con una postura tan ambigua... ¿Cómo podría decir que solo estaba cambiando de asiento con el muchacho porque él no tenía licencia de conducir? Resultaría difícil de creer.
Verdaderamente tenía ganas de maldecir.
Anna le había advertido a Jason que se quedara en el auto y que no se moviera de ahí, pero él salió tan pronto como vio que la gente la estaba asediando.
En cuanto se bajó del auto, todos los presentes se sorprendieron con su aura.
Estaba sencillamente vestido con ropa de color blanco, pero se veía muy elegante, como un ángel que estaba libre del polvo mundano.
Cuando lo vieron salir del auto, todo el mundo guardó silencio, sin saber si estaban asustados por su aura o atraídos por su hermoso rostro.
Varias chicas vieron que el protagonista masculino del accidente era tan guapo como una estrella, por lo que, sin dudarlo, se apresuraron a tomarle fotos con sus celulares.
Como si fuera su esposo, Jason le dijo fríamente al dueño del automóvil: "Este asunto no lo tienes que arreglar con ella. Si quieres dinero, puedo dártelo".
Anna interrumpió: "¿Estás loco? ¡Chocó mi auto! ¿Por qué deberíamos darle dinero a este señor?", no pudo evitarse estar enojada con Jason.
El muchacho sonrió y le dijo: "Hermana, todo es mi culpa. Yo soy el hombre y tú eres la chica, mi deber es protegerte".
Sus palabras conmovieron su corazón.
A excepción de él, nadie le había dicho algo parecido antes, mucho menos un hombre tan guapo.
Aunque Anna podía ser considerada como una de las mujeres más hermosas, tenía un aire un poco masculino. Siempre había llevado el cabello corto, como el de un hombre. Además, a veces su ropa era demasiado vanguardista, por lo que los chicos no se atrevían a salir con ella.
Cuando estaban en la universidad, Eleonora, Anna e Yvonne eran consideradas las tres bellezas de la escuela. Sin embargo, muchos niños andaban detrás de los huesos de Eleonora y de Yvonne, mientras que pocos se fijaban en ella.
Jason dijo que ella era una niña y debería ser protegida. Además, se trataba de un chico muy guapo con una gran apariencia. Anna de repente sintió timidez en cada célula de su cuerpo. Finalmente, alguien la veía como una mujer.
La persona que chocó contra el automóvil pensó que Jason estaba dispuesto a pagar, por lo que rápidamente extendió la mano y dijo: "¿Vas a pagarme o no? Mi defensa está rota, se estropearon las luces y aparte, me están ocasionando daño mental". ¡Esto les saldrá al menos en diez mil dólares!".
Anna gritó furiosa: "¿Diez mil dólares, estás loco? Los daños de tu auto no llegan ni a mil. ¡La cantidad que pides, es un robo!".
El hombre señaló a Jason y dijo razonablemente: "Fue tu novio quien dijo que me iba a pagar".
"Jason, ¿traes dinero?". Anna no quería que el problema se hiciera más grande.
¿Quién era la persona que se había escapado con ella? Ni más ni menos se trataba del joven maestro de la familia Lance. Si el accidente automovilístico no se resolvía cuanto antes, causaría un problema enorme. Entonces Anna admitió que tuvo mala suerte y que sería mejor darle algo de dinero a esa persona para deshacerse del problema.
Jason se tocó la nuca y sonrió como disculpándose: "Hermana, salimos a toda prisa y no agarré nada de dinero".
Al decir eso, sonó como si fuera un rico tirano local.
"Jason, si ni siquiera traes dinero, ¿para qué le dices que le vas a pagar?".
"Hermana, no te enojes. Puedo llamar al ama de llaves. Puedo pedirle que me mande a alguien".
El dueño del otro auto interrumpió: "¿Van a pagarme o no? ¿Qué están esperando?", ya se estaba desesperando.
Anna abrió su billetera y se puso a contar, vio que sólo traía dos mil en efectivo.
Sacó los billetes, los sacudió y con seguridad dijo: "Solo tengo dos mil. Si los quieres, llévatelos. No esperes que la policía de tránsito o una compañía de seguros se encargue de esto. ¡Si insistes en que quieres diez mil, hazle como quieras!".
No muy convencido, el dueño del auto cruzó los brazo y dijo: "De ninguna manera, apenas con diez mil sería suficiente. ¡No aceptaré menos!".
Ella se burló: "Ja, ¿y crees que soy una mujer fácil de intimidar? No te daré ni un centavo más. Entonces, voy a llamar a la policía y dejaré que ellos se encarguen".
El dueño del auto vio que Anna sacó su teléfono móvil. Tenía miedo de que viniera la policía de tránsito y no obtuviera ni esos dos mil, así que dijo con resignación: "¡Qué mal, tendré que conformarme solo con dos mil!". Anna le dio el dinero de mala gana.
Para entonces, la compañía de seguros ya había llegado y estaban tomando fotografías. Finalmente la muchedumbre se dispersó.
"Qué mala suerte tengo. Acabo de comprar el auto y ahora debo enviarlo a la fábrica para que lo reparen". Muy apesadumbrada Anna miró su defensa rota, sus ojos estaban a punto de estallar en lágrimas.
Jason se sentía culpable.
Sabía que tenía que hacerse responsable de ese asunto.
De pronto, le dijo con toda seguridad: "¡Hermana, No te preocupes! ¡Yo te daré uno nuevo!".
Anna miró con ternura al inocente jovencito.
Era cierto que al venir de una familia rica podría jactarse de resolver todo con dinero.
"Olvídalo. Te escapaste de tu casa y seguramente te van a castigar por esto. Hasta crees que te dejarán ayudarme a pagar mi auto. ¡Ya quisiera!". Anna puso los ojos en blanco.
"¿Qué vamos hacer, hermana? ¿Buscaremos a Eleonora? No estamos lejos de la villa de mi hermano. ¿Vamos a echar un vistazo?". Jason todavía quería ir a buscarla.
En ese momento, la única preocupación de Anna era su auto y no pensó mucho en la propuesta de Jason. Llamó al taller mecánico y les pidió que recogieran su automóvil.
Rato después, finalmente fueron a la villa donde había vivido Eleonora.
Llegaron hasta allá y obviamente la puerta estaba cerrada.
Hace unos días, Eleonora acababa de mudarse de este lugar. Nunca podrían olvidar que ahí vivió una pesadilla por más de un año.
Anna se dejó persuadir por Jason para ir a esa casa. Miró la elegante villa de estilo europeo y dijo: "Jason, parece que Eleonora definitivamente no está aquí".
El chico frunció el ceño y se encogió de hombros con impotencia. "¿Cómo es posible? Yo solía venir aquí en secreto para ver a mi hermana y cada vez que venía, ella cocinaba algo para mí, su comida tenía un delicioso sazón, muy diferente que el de nuestra nana. ¿Sabes? Comer hace feliz a la gente".
Jason estaba inmerso en sus recuerdos y su rostro se llenó de felicidad.
Anna descubrió que sí había alguien en la familia Lance que sentía pena por Eleonora y no la rechazaba.
La chica se apoyó contra la pared a un lado de la puerta y preguntó: "¿Te gusta Eleonora?".
Jason asintió sin dudarlo. "Me encanta. Cuando tenga una novia en el futuro, quisiera que fuera como ella".
Anna no pudo evitar sentir tristeza cuando escuchó eso.
Pensó que Eleonora debía tener algún poder mágico desconocido. ¿Por qué a todos les gustaba Eleonora? Primero Quentin, luego Henric y ahora este chico guapo. Era una mujer amada por todo tipo de hombres.