Capítulo 48
1103palabras
2022-08-26 15:00
El recuerdo cae sobre mi tan fuerte, que mi cuerpo se mueve por inercia. Me separo de Mateo, que ahora en vez de excitado se ve claramente confundido; tomo el suéter del piso y me cubro con el.
“Que estupidez Ivana. Tú no le debes nada a Alex, y mucho menos fidelidad.”
“Pero si le debo algo a Mateo y no puedo seguir con esto mientras pienso en Alex.”
No sé dé funciones cerebrales, ni como carajos funciona la cabeza de un ser humano para transmitir las emociones, pero es claro que, después de un orgasmo, las ideas se vuelven más claras. Hace un momento solo podía pensar en mi pasado, en que lo correcto era dejarlo volver y retomar su curso. Pero eso no elimina el presente, y la verdad es que, mi aquí y mi ahora representa a una mujer que tiene sentimientos muy intensos por dos hombres que la vuelven completamente loca.
Por un lado, está mi historia con Mateo. Con el tengo un pasado lleno de recuerdos tanto hermosos como dolorosos, pero que, debido a los acontecimientos recientes, cabe la esperanza de que ese dolor desaparezca y podamos tener la vida que tanto imaginamos juntos, pero, ¿podría yo volver a esa vida y olvidarme de Alex?
“Si a Alex no le importa lo que pase entre ustedes, ¿Por qué te debe de importar a ti?”
“Porque esto no se trata de él, ni de Mateo. Se trata de mí, de lo que yo siento, y no puedo estar en una relación sana con nadie mientras tenga este tipo de sentimientos por alguien más. No es fidelidad a ellos, es fidelidad a mí, a mis emociones y a mi paz mental.”
—Lo siento, no puedo. —digo con la mirada baja dejando en evidencia mi vergüenza.
—Si dije algo o hice algo que te incomodara, discúlpame —Mateo se ve más avergonzado que yo y eso me invade de culpa.
—No. —quiero explicarme, pero no encuentro como—. No tiene nada que ver contigo. Solo… perdóname, pero no puedo continuar.
Me visto y Mateo hace lo mismo.
Me siento en uno de los sillones laterales y me quedo pasmada, sin saber qué hacer, que decir o a donde mirar. No puedo dejar de pensar en Alex, en el poco tiempo que ha bastado para que ponga mi vida de cabeza y que sea la causa de que algo que he soñado durante años, como lo es mi reencuentro con Mateo, se esté convirtiendo en una pesadilla por la simple idea de su recuerdo.
—Si me apresure he ice algo para lo que no estabas lista, por favor dímelo. —El hombre frente a mí se ve atormentado.
—Mateo yo… —sé qué decir. Pero por más que lo intento, las palabras se niegan a salir por mi boca.
—Te he extrañado tanto. Cada día. Incluso te extrañaba cuando aún estaba aquí. —su confesión me sorprende y al escuchar como su voz se quiebra, algo en mi cabeza hace clic y me hace reaccionar— Supuse que tú sentías lo mismo que yo. No debí hacerlo.
—Oye… —me levanto del sillón y me siento junto a él para consolarlo porque puedo sentir su dolor. La idea de haberme lastimado lo mortifica y tengo que hacerle entender que no fue así— Si te extraño. Y te juro que, a pesar de estar muy enojada contigo, seguía extrañándote. Cada día, desde que te fuiste, no he hecho otra cosa. Soñaba todo el tiempo con que me desbloquearas de tus redes sociales y me volvieras a hablar. Lo que acaba de pasar, yo también lo quería, sé que es confuso por la forma en cómo me aleje, pero te juro que no hiciste nada malo. Yo he deseado tanto estar contigo como tú conmigo.
—¿Entonces? ¿Por qué cuando te enteraste dé la verdad no fuiste a hablar conmigo? ¿Por qué viniste a esconderte? Iv… cuando Juan me confesó todo, yo no lo dude ni un segundo. Ni siquiera me quedé a discutir con él, solo volví a buscarte… —Mateo me mira y mis ojos se cristalizan. Una leve luz recorre su mirada y reacciona como si encontrara algo que había olvidado— Es por él, ¿verdad? El chico con el que estabas esa noche.
“Mateo me vio con Alex cuando salía de la casa de Sam el fin de semana. Lo había olvidado.”
—No te voy a mentir —digo resuelta a ser honesta—. No después de todo lo que hemos pasado. Y si… Aunque lo que paso contigo y Juan es algo que aún no termino de asimilar bien, la principal razón por la que me oculto en este lugar, es él —La cara de Mateo se descompone e intenta esconderla entre sus manos. Pone la mirada en el piso y la deja allí mientras yo termino de hablar—. Se llama Alex. Nuestra relación ha sido corta y confusa, pero muy intensa. Las cosas no han salido muy bien… y yo estoy mal por eso. No sé si lo sepas, pero… la verdadera razón por la que Juan nos dijo la verdad, es que, lo judío tanto que me fijara en otro hombre y lo ignorara otra vez a él, que hablo solamente para que Alex y yo no siguiéramos adelante con lo que sea que tuviéramos. Y lo consiguió.
—Ese pedazo mierda… —dice para sí mismo y se toma un momento para volver a mirarme— Iv, lo siento, no lo sabía. Nadie me dijo que había alguien en tu vida. Lo último que supe fue que salías con tal Simón. Y aún no tengo muy claro si eso fue otra mentira de Juan o…
—Cuando él te lo dijo era mentira. Pero unos meses después de que me sacaras por completo de tu vida, si comencé a salir con Simón. Estuvimos juntos durante el resto del último año escolar. Terminamos el día de la graduación. Y desde entonces he estado sola. Hasta hace unos días que conocí a Alex.
—Entiendo. Nuestra situación ha sido complicada. Yo también salí con un par de chicas en Australia. Después de que Juan me hiciera creer toda esa mierda sobre ti, Scarlett me convenció de rehacer mi vida, pero no he podido conectar con alguien como lo hice contigo. Y la verdad no creo que lo pueda hacer —Mateo toma mis manos y busca más cercanía conectando nuestras miradas—. Iv… yo sé que ahora estás confundida, pero, somos nosotros. Yo sé que si lo intentamos vamos a superarlo. Retomaremos nuestros planes y comenzaremos de nuevo. A menos que, ya no me quieras…
“Retomar nuestros planes… Eso significa, mudarme a Australia.”
“¿Quiero mudarme a Australia?”