Capítulo 22
1053palabras
2022-07-18 15:17
PDV. Isabel.
Esa noche para evitar que Luka dijera que estaba fuera de lugar vestida, opté un mini vestido azul eléctrico como sus ojos, el cual no supe como terminó en mi maleta y unas sandalias de tacón de aguja plateadas con trenzas que subían cruzadas por toda mi pantorrilla.
Me dejé el cabello suelto que caía en ondas y un maquillaje en ojos ahumados entre azul y negro, mientras que mis labios opté por un color nude con brillo. Cuando me apreciaba en el espejo me pregunté cómo fue que pensé en ese hombre mientras me vestía.

"Será porque quieres que nos desvista "
Habló mi consciencia porrista (CP) por primera vez en todo el día. Esta vez me sonreí ante su comentario, quizá no estaba tan alejada de la realidad.
Esperé a Pilar hasta las nueve y media y nada que llegó, ya la había escrito par de mensajes que no respondió y no quise llamarla por si estaba ocupada.
Así que me fui a D' Noir para no perder nuestra mesa, tal como me lo había pedido, decidí tomar un taxi para que ella optara por su auto cuando regresara y llegara mas rápido.
En el trayecto me sinceré conmigo misma, A quién engaño, en el fondo tenía ganas de verlo otra vez hacía mucho que no me emocionaba por un hombre de esa manera, mis hormonas parecían alocarse estando cerca de él. Aunque yo estuviera clara que él no es una opción.
Al llegar y pasar mi brazalete. El hombre de la recepción me informo.

– Señorita María, le informo que hemos cambiado su mesa – mis ojos se abrieron con asombro, Pilar me iba a matar pro este cambio, si fue porque había llegado tarde.
Sin embargo, decidí preguntar apenas había sido una hora de retraso, no podían ser tan estrictos ¿o si? Teniendo en cuenta todo lo que hay que hacer para entrar no lo dudaba.
– A qué se debe el cambio, ¿es porque estoy llegando una hora después? – quise saber.
– No, señorita, ese no ha sido el motivo.

Me aseguro el agente cosa que me alivió.
La gerencia decidió ofrecerle otra mesa mejor ubicada para usted, para que se sienta más a gusto, cerca de nuestra área VIP y con acceso más restringido – explicó el hombre de piel bronceada que parecía una pared de dos por dos.
– De acuerdo, de ser así, la acepto – le sonreí de vuelta.
– Sígame, le indico el lugar.
Llegamos al segundo piso y la mesa estaba decorada con lirios rojos y una caja negra no muy grande con un lazo rojo y una tarjeta.
– Esta es su mesa – dijo el hombre señalando con su mano abierta para que tomara asiento en el mueble en forma de U.
– ¿Está seguro, y esa caja? – pregunté asombrada.
– Todo lo que esta aquí es para usted. Espero pase un buen rato – se tocó la oreja dando una instrucción por el audífono y en menos de un minuto estaba un mesonero con una botella de vodka y su respectivo servicio.
– Muchas gracias – apenas dije sin salir de mi asombro. “A qué se debía todo esto” me pregunté.
“Oh por Dios, que romántico, yo creo que fue el sexi de ojos bellos" habló mi consciencia escogiendo un baby doll. " ¿ya le dirás que sí?"
Tomé la caja y miré la tarjeta escrita en computadora que solo decía señorita María. Al abrirla quedé maravillada con un top con cuentas color negro y cuello en V de de Elie Saab "Oh virgen santísima, ya lo amo" gritó mi consciencia.
Yo solo miraba la prenda delicada que había admirado en la boutique desde que me enamoré de ella al verla en la revista vogue pero, esos días habían sido tan ocupados que no había podido ni pararme a entrar a la tienda y luego lo olvide.
Me encanta la ropa del diseñador Elie Saab, desde las camisas hasta los vestidos de fiestas, sus diseños eran sexi, pero a la vez elegantes, no todo mundo podía permitirse comprarla.
Afortunadamente el dinero nunca había sido un problema para mí y mi bufete me dejaba muchas ganancias, pero el ahorro y mi decisión de jamás depender de un hombre me hacían cuestionarme primero ante un antojo.
Tomé mi bebida de vodka para pasar el asombro, me deleité con el sabor a yerba buena y me giré en busca del principal sospechoso de este agasajo.
Pero nada que se veía ese cuerpo tallado, fuerte, de color aceitunado con un caminar tan elegante como de quien grita soy el amo del mundo.
Le envié otro mensaje a Pilar informándole la nueva locación de nuestra mesa por fin recibí una respuesta, corta y precisa.
Pilar.
Ok, nos vemos más tarde.
Lo que me parecí extraño, pero, al fin y al cabo, sabía que nuestro trabajo en algún momento se volvía estresante y ella no era la excepción, por algo era muy buena en lo que hacía, así que no me lo tomé personal y seguí disfrutando de la vista, la música estaba muy buena, me provocaba bailar, pero me detuve.
No quería provocar con mi baile sola, la idea de que estaba coqueteando por una oportunidad. Seguí mirando este piso que no lo había visitado ayer y se veía el cambio, a pesar de que todo el bar estaba muy bien diseñado con mucha clase esta decoración se veía exquisita y algunas de las mesas estaban cubiertas para mas privacidad.
Me dispuse a guardar la prenda en la caja y miré que tenia un mensaje del que se suponía era mi novio.
Leone.
Como estas hermosa, ¿disfrutando con tus amigos? Estoy acompañando a mamá al casino, te extraño.
¿En serio? está en el casino con su mamá me pregunté, me parecía que pasaba como que mucho tiempo con la mamá para tener treinta años.
En mi mente mi porrista asomo un cartel iluminado con la palabra “Loser” lo lanzo hacia un lado hizo una pirueta y saco otro “Aburrido” y se lo lanzo a los pies a mi consciencia intelectual (CI) quien levanto tanto la ceja que casi se le pega al cabello. Me miraron y ambas siguieron en otra cosa mientras yo abría y cerraba los ojos para espantarlas.