Capítulo 26
2690palabras
2022-08-09 01:01
-¿Que estás haciendo?- Pregunto, cuando se dio cuenta de mis intenciones me arrancó el celular de la mano.
-¿Que mierda haces?- Grite. -Devuélveme mi celular- Intente quitárselo solo que él era mucho más alto que yo por lo que fracasé en el intento.
-Jaja ya lo entiendo, con que eso hacías, ibas a tomar la propuesta de ese idiota- Me miro, había ira en sus ojos.
-Si, y no es tu problema lo que haga de ahora en adelante- Lo mire desafiante. -Ahora devuélveme mi celular- Estire mi mano y abrí mi palma.
-¿Hasta cuando vas a continuar comportándote como una puta?- Espetó.
Me quedé paralizada, no sabía qué decir o cómo reaccionar, solo pude sentir como una lágrima salía de mi ojo derecho corriendo por mi mejilla llegando a mi boca, era una lágrima con sabor a decepción, a cansancio y llena de ira.
-Eres un imbécil, maldigo el día en que te choque porque ese día te conocí, hubiera preferido morirme en ese accidente, a haber quedado endeudada contigo- Apretaba mis dientes y temblaba de la rabia que sentía mientras hablaba.
Esta vez no le grité, pero las palabras que salieron de mi boca estaban cargadas de decepción pura. Kiram se quedó helado sin apartar su mirada de asombro de mi por mis duras palabras.
Busque una bata para cubrirme y luego irme de la habitación ya que recientemente me había puesto mi pijama, no tenía nada que hacer ahí, si continuaba viendo su cara de cinismo no sé qué pasaría, pero estaba segura de que no sería nada bueno.
Cuando ya estaba preparada para salir e iba a abrir la puerta, sentí que su mano me tomó de una muñeca volteandome sin delicadeza, me iba a defender por impulso golpeándolo, pero anticipándose me agarró rápidamente la otra mano dejando mi espalda pegada a la puerta sin yo poder movilizar la mayor parte de mi cuerpo, tal y como había hecho aquella noche en el callejón del club, y como también lo hizo hace apenas unos días en esta misma habitación, al parecer, se le estaba volviendo costumbre.
-SUELTAME IDIOTA- Ordené entre dientes con una mirada de querer matarlo.
-¿En serio quieres dimitir de nuestro trato?- Preguntó muy cerca de mi cara.
-Si- Dije con seguridad.
-No lo permitiré- Aseguro.
Soltó una de mis manos para luego tomar mi cintura pegándome más a él, eso me hizo temblar, pero no era de miedo.
-TE ODIO- Sentí mis ojos aún humedecidos.
-Tu cuerpo no me dice lo mismo- Dijo con cinismo, para luego juntar mis labios con los de él.
¿Qué rayos le sucedía? había acabado de insultarme de la peor forma que se le podía insultar con palabras a una mujer. Su beso era salvaje y desesperado, pero la peor parte era, que aún después de todo ¿porque no luchaba para separarlo de mí? definitivamente podía dar un poco más y quizás poder deshacerme de ese tarado.
Maldita sea, otra vez mi estúpido cuerpo me estaba traicionando en el peor momento, me estaba resistiendo mentalmente para no sentir, enserio lo estaba intentando, pero mi cuerpo quería esa cercanía, y mi boca esos besos, "traicioneros".
-Q... que estas... haciendo?- Intenté hablar mientras seguía besándome.
-Lo que debí hacer desde antes- Despegó un poco sus labios para decir eso, pero luego los volvió a juntar para seguir el frenético beso.
Esta vez no me estaba resistiendo en absoluto, él al darse cuenta de eso, no dudó en aprovecharlo, por lo que me cargo poniendo mis piernas alrededor de su cintura.
"Que mierda Isabella, se supone estabas ardiendo en ira, que querías matar a este hombre apenas hace unos segundos" Me decía sorprendida de mi comportamiento inapropiado.
Aún así, no podía dejar de besarlo toda esa ira se estaba disipando convirtiéndose más en deseo, lo que me confirmó que oficialmente "Era una tonta sin carácter o tan siquiera orgullo".
Agarraba con sus manos todo mi trasero para sostenerme, mientras me besaba de la misma forma intensa y salvaje, no era nada parecido a ese beso en la playa, ese había sido un beso suave y hasta se podría decir que tierno, este era salvaje, me decía que quería acabar conmigo, ya estaba sintiendo que mi amiga de allá abajo se estaba mojando por cada uno de sus toques.
-Ki... Kiram-
-Solo... déjate llevar- Habló para continuar devorando mis labios.
-Necesito aire- Si seguía besándome así, me quedaría en cero oxígeno.
Soltó una risita por mí pedido sofocado, aún cargándome, camino hasta estar cerca de la cama y me lanzo con delicadeza para luego ponerse arriba de mi iniciando una danza de besos por mi cuello pasando al lóbulo de la oreja, acto que me llenó por completo de escalofríos que iban desde mi cabeza pasando por mi espalda y brazos dejando a su paso erizada mí piel, comenzó a bajar por mi pecho mientras con sus manos recorrían las partes bajas de mi cuerpo. No decía nada, porque sentía que si hablaba este momento se iba a arruinar y contrario a lo que debía hacer, esto era lo que quería, solo me estaba encargando de disfrutar del deseo que me estaba causando sus solos toques, mi cuerpo comenzó a sentir unos corrientazos cuando fue bajando de mis pechos hasta la parte baja de mi abdomen casi en la entrada de mi sexo.
-Aah...- Gemí involuntariamente.
Me quedé viendo embobada, pero cuando llego a esa parte prohibida, me sentí nerviosa.
-¿Puedo?- Preguntó cuando vio que me le quedé viendo con duda.
“Vamos, se arriesgada chica” Me dije.
Asentí nerviosa ante su pregunta dándole permiso de que continuara. Comenzó a bajar el shorts de mi pijama poco a poco, una vez fuera, comenzó a dejar besos en la frente de mi intimidad por encima de la panti, eso provoco que yo temblara involuntariamente sintiendo como cada vez se mojaba más mi intimidad, luego pasó a besar mis muslos dejando pequeños mordiscos en ellos, de pronto volvió a subir dejando su cara a la altura de la mía, parando los besos se levantó un poco para quitar su camiseta dejando a la vista su marcado abdomen el cual una vez más pude observar, esta vez más minuciosamente, su perfecto y esculpido cuerpo, seguido de eso se bajó el jeans quedando solo en bóxer, fue allí cuando me di cuenta como ya estaba muy erecto, ver eso e imaginarlo me causó una vergüenza sin igual.
Me senté en la cama, con él shorts afuera, el termino de quitar la parte de arriba de mi pijama dejando mis senos al aire puesto que no llevaba sujetador debajo, por puro instinto tome una almohada que tenía a la mano para tapar mi desnudez, sentí mucha vergüenza de que me viera sin nada.
-Déjame verte- Quito la almohada con suavidad, a lo que yo no me opuse.
Quede de nuevo expuesta, me observaba el cuerpo como verías a algo comestible, algo que te apetecía mucho, su mirada estaba llena de lujuria, nuevamente se posiciono arriba de mí y comenzó a besar, a chupar y a mordisquear mis senos, metiendo sus manos en mi trasero me pegaba más a su duro miembro mientras comenzaba a frotarse de arriba abajo con mi cuerpo.
Volvió a besarme en los labios metiendo su lengua en mi boca, podía sentir que esos besos enviaban corrientazos en mi entrepiernas.
Se separó de mí otra vez y me volvió a mirar a los ojos con esa mirada profunda mientras bajaba mi panti, lo último que faltaba para quedar totalmente como Dios me había traído al mundo, yo nuevamente me puse muy nerviosa pero me estaba controlando para que no se notara demasiado, ahora si me iba a ver totalmente expuesta, y como nadie nunca me había visto antes, observo mi intimidad unos segundos con total agrado.
-Bella eres realmente muy hermosa- Dijo con voz carrasposa a lo que yo sonreí de lado avergonzada.
Él también bajó su bóxer dejando su prominente amigo en libertad, al que mire por unos segundos, pero de la impresión que sentía decidí desviar mi mirada a otro lado, mis mejillas se estaban volviendo calientes de la vergüenza que me cargaba.
Puse todo de mi para volver a mirarlo, pero esta vez a los ojos.
-Tu no estas mal- Sonreí intentando ser algo traviesa, pero realmente sentía mucho nerviosismo.
Me devolvió la sonrisa y se subió nuevamente arriba de mí.
-Ya no aguanto más, deseo estar dentro de ti ahora- Dijo tan cerca de mi cara que pude sentir el resoplido de su aliento en mi cara.
Sin esperar a una respuesta de mi parte, se estiró a la mesita que estaba al lado de la cama abrió la gaveta y tomó algo en ella, se trataba de un condón, uno que abrió y con total habilidad puso en su miembro.
-Entonces solo hazlo- Por fin respondí.
Se puso cómodo entre mis piernas, por mi parte las abrí un poco más para darle mayor acceso y que pudiera ser bienvenido a mí sin inconveniente, a pesar de mi evidente miedo por el dolor que podía sentir, también lo quería sentir dentro cuanto antes. Una parte de mí que estaba intentando minimizar, me gritaba que estaba completamente loca por haber permitido que todo esto llegara tan lejos, pero por alguna razón deseaba de verdad hacer esto con él, sentía que no había nadie mejor que él o nadie que hubiera deseado tanto como a él para cometer esta locura, todo lo que estaba sintiendo con él nunca antes lo había sentido con nadie, si así fuese sido creo que no hubiese llegado virgen hasta este punto, pero era este hombre quien por primera vez había despertado todo deseo impuro en mí.
Creo que no entenderé cómo es posible luego de todo lo que habíamos pasado, incluso hace unos minutos nos habíamos dicho cosas terribles e hirientes.
“Ya mañana habrá tiempo para arrepentirse” Pensé.
.
.
.
POV KIRAM
Cuando por primera vez comencé a besarla, ya no quería parar, al darme cuenta que ella estaba totalmente dispuesta a dejarme seguir a pesae de mis evidentes intenciones, no desaproveche la oportunidad, agradecí a lo más sagrado que existiera en esta vida por eso, porque si su respuesta fuese sido lo contrario hubiese sido muy difícil oprimir el deseo tan grande que había despertado Isabella en mí. Cuando al fin la vi totalmente sin ropa, mis ojos se llenaron de tanta dicha que sentí que jamás había visto a una mujer más hermosa que ella, luego verla así de lista para mi me estaba volviendo loco, necesitaba estar dentro de ella cuanto antes, pequeños actos como verla abrir sus piernas invitándome a entrar a ella, estaban haciendo que mi miembro palpitara de deseo a mas no poder. Me posicioné justo en su entrada para sin más espera poder embestirla, pero cuando intenté penetrarla había una pared que no me permitió entrar por completo.
-¿Que mierda?- Me levanté de golpe de encima de ella quedando de pie frente a la cama.
-¿Qué pasa?- Preguntó con aparente inocencia.
-Bella ¿esta es tu primera vez?- Pregunte sin aun poder creerlo.
Comenzó a respirar con agitación, mientras se sentaba en la cama y se volvía a tapar su cuerpo desnudo con la cobija blanca.
-S.. si- Titubeó. -¿Qué hay de malo con eso?- Intentó hablar con más seguridad.
“Esta chica, Dios mío está chica loca, me va a volver loco, es tan impredecible” Pensé con ironía.
-Normalmente algo así se dice antes de… Esto- Regañe.
-No me hubieses creído jamás si lo decía, tomando en cuenta el concepto que tienes hecho de mi- Dijo con amargura.
Al oir sus palabras inmediatamente me sentí el tipo más imbécil del planeta tierra.
-Además ¿cuándo querías que lo dijera, antes o después de nuestra discusión?- Reprochó.
-Yo… lo siento por eso- Balbuceé un poco con arrepentimiento.
Estaba avergonzado por todas las veces que la juzgue sin saber, le había puesto apelativos como, puta, regalada, fácil y pare de contar. Ella tenia razon con lo de que era un total idiota, ni siquiera tenía merecía ser el primer hombre de esa chica, y para mi sorpresa, aún así, ella estaba dispuesta a dejarme serlo.
-¿Porque?- Me volvió a ver directamente.
-Porque te juzgue mal- Dije volviendo a acercarme más a ella.
-Supongo ya… no querrás hacer esto- Dijo para levantarse de la cama, pero no se lo permití.
¿Que no quería? no sabía si se podía desear más a alguien, y justo lo acababa de confirmar.
-¿Porque no querría?- Acaricie su rostro.
-Porque no tengo experiencia, por supuesto- Respondió como si fuese evidente.
Me reí debido a su afirmación mientras la acariciaba con suavidad desde su rostro hasta su cabello con la yema de mis dedos.
-Bella eso no cambia el deseo que tengo por ti, ¿crees que me importa que tengas experiencia niña tonta? ya te deseaba antes ahora solo lograste que te desee más- La bese en sus dulces labios color rosa.
Vi como ella se sonrojó de nuevo y me devolvió el beso.
-Solo necesito saber, ¿Estas segura de que quieres esto conmigo?- Me aseguré antes de seguir.
Necesitaba que estuviera segura y que ella misma lo pidiera con sus palabras, después de todo si se arrepentía lo iba a entender perfectamente.
-Si, quiero esto contigo y ahora- Me atrajo con una mano por el cuello y esta vez fue ella quien me beso.
Cada vez que la besaba sentía una explosión de emociones, era adictiva esa chica, y eso que hasta ahora solo la había besado y bueno a este punto tocado y hasta devorado sus senos.
La fui acostando de nuevo en la cama al tiempo que le quitaba de encima la cobija con la que había estado cubriendo su hermoso y deseable cuerpo.
La besaba con lentitud para poder saborearla, quería que tuviera la mejor experiencia posible en su primera vez ahora que lo sabía, fui dejando besos castos por todo su cuerpo mientras bajaba a su sexo, allí la comencé a besar por los pliegues hasta llegar a sus labios verticales que comencé a degustar y a besar con vehemencia, mientras acariciaba su perla con mi dedo suavemente, Bella sin poder evitarlo arqueaba su espalda en muestra de excitación, en muestra de que le estaban gustando cada uno de mis toques, y eso me hacía sentir más ganas de todo lo que podía llegar a hacerle.
-Aah... Kiram, eso me gusta mucho, siento como si me fuera a Aaahh Aaahh- Comenzó a gemir sin poder terminar la frase, arqueado con más fuerza su espalda.
Escucharla venirse por mi causa, me prendía más de lo que ya estaba, metí un dedo poco a poco en su sexo y como vi que lo recibió bien luego metí dos, necesitaba prepararla para mi miembro, acaricie un poco más a este punto creo que ya estaba lista para mí. Era mi primera vez con una virgen, no tenía experiencia en esto, pero quería hacerlo lo mejor posible para ella.
Tome otro condón nuevo y me lo puse, subí para volver a quedar a su nivel, me posicioné entre sus piernas tal y como lo había hecho la primera vez.
-¿Estas lista?- Pregunte.
-Hazlo- Respondió con plena seguridad.
Fue así como poco a poco fui acercándome a su cavidad, para distraerla un poco del dolor comencé a besarle los labios mientras iba metiendo suavemente mi miembro hinchado en su abertura.
-Aah eso duele un poco- Se quejó cuando estaba a medias al tiempo que encajaba sus uñas en mi espalda.
Me moví para salir y ella me detuvo por los hombros parando mi movimiento.
-Ni se te ocurra- Abrió los ojos amenazante. -Si ya lo comenzaste termínalo- Ordenó.
Reí un poco por el tono amenazador en sus palabras, porque incluso en un momento como este no dejaba de ser ella, continúe adentrándome poco a poco hasta que ya sentía como sus paredes iban abrazando totalmente mi miembro.
-¿Estas bien?- Me cerciore sin hacer movimiento.
-Lo estoy- Asintió. -Y mucho- Sonrió con picardía, una picardía que no sabía que tenía, ya que recién la había conocido en ella y me gustaba.