Capítulo 77
1180palabras
2022-06-30 00:00
Era mediodía. Lexi dejó de trabajar por un momento y sacó su teléfono.
Nuevamente llamó a Ronnie.
"Ring... Ring...".

Al igual que en los dos días anteriores, el teléfono sonó sin parar pero nadie respondió.
Lexi miró su celular perdida en sus pensamientos. No pudo evitar sentirse frustrada al ver que Ronnie se había resignado y ya no iba a buscarla. '¿Le habrá pasado algo?', pensó.
Sintiéndose preocupada, se dirigió de nuevo al salón para probar los platos.
Junto al estanque, Jamie estaba sentado como de costumbre, esperándola en silencio.
Aunque esta escena ya había ocurrido en varias ocasiones, todavía la encontraba agradable.
"Señor Barrett...".

Lexi sonrió y saludó a Jamie. Colocó su libreta sobre la mesa y se dispuso a degustar los platillos.
Justo cuando estaba a punto de tomar sus palillos, se sorprendió al ver un cuchillo y un tenedor, así como un bistec y ensalada en la mesa, todo era muy occidental.
Esta vez no había comida oriental como de costumbre.
Lexi estaba confundida.

Al verla atónita, los ojos de Jamie brillaron con una sonrisa.
Le dijo solemnemente: "Pruébalo".
"De acuerdo".
Lexi tomó el cuchillo y el tenedor para cortar un trozo de carne.
Tal vez se había vuelto quisquillosa con la comida debido a tantas degustaciones. Aunque el bistec se veía delicioso, no le pareció tan bueno, además no estaba picante.
El bistec era el plato principal. Lexi miró a Jamie y comentó: "No está tan bueno".
Como se anticipó, el hombre levantó la mano y ordenó.
"Cambien el plato".
"Sí, señor".
Dos camareros retiraron respetuosamente los filetes.
Luego, llevaron los carritos de comida y colocaron nuevos cortes de carne frente a ellos.
Lexi se sorprendió. Mientras tanto, pusieron la comida oriental sobre la mesa y ella podía tomarla.
Sin embargo, la cocina occidental se servía plato por plato.
Después de reflexionarlo, entendió lo que estaba sucediendo. Este tipo de comida debía ir acompañada de guarniciones, y cada una de ellas podía terminarse en menos de dos bocados. Por el contrario, la degustación de la carne requería más tiempo, por lo que se servían menos platos.
"Entonces yo…".
Lexi miró el bistec frente a ella. Tenía miedo de no quedar satisfecha esta tarde.
En esta ocasión el sabor del filete era de su gusto. Le dio un mordida y dejó el tenedor sobre la mesa.
"Señor Barrett, esta carne esta deliciosa".
"Se ve." Jamie asintió y dijo: "Comamos".
Lexi estaba que no lo creía. ¿No estaba solo ahí para probar los platos?
Jamie arqueó las cejas y miró que la chica estaba dejando de lado un pedazo del filete.
"No desperdicies la comida", le dijo.
Lexi podía seguir servirse mas comida oriental aun después de probarla, pero no podía hacerlo con la carne.
Lexi se atragantó con sus palabras. Ella sintió que no era bueno refutarlo. ¿Acaso no tirarían el bistec que no le gustó?
En los siguientes dos días,  los platos eran totalmente diferentes.
Sirvieron platillos de todo el mundo.
Las características eran distintivas de cada país. Como resultado, los platos se sirvieron uno a la vez. Debido a eso, la guía ya no tendría sentido.
Miró su cuaderno en blanco, sintiéndose preocupada.
Las guías ya no servirían de nada después de que el compromiso terminara, ¿Entonces, cómo le explicaría la degustación de la comida?
Por la noche, ya en su habitación, el teléfono de Lexi sonó.
Lo agarró y vio que era Jamie.
'¿Por qué me busca a estas horas?'.
Lexi pensó por un momento y respondió: "Hola, señor Barrett".
"Te quiero invitar a mi casa en Noble Oak Manor".
La profunda voz del director indicaba que no aceptaría un no por respuesta.
La chica miró el cielo oscuro desde su ventana.
Dudó un momento y respondió: "Señor Barrett, ¿qué puedo hacer por ti? Ya es tarde. ¿Podemos hablar de esto mañana en el trabajo?".
"No, no podemos".
Jamie rechazó rotundamente su repuesta.
A Lexi no le quedó más remedio que vestirse de nuevo. Le avisó a sus padres adoptivos que iba a salir y se llevó su bolso.
Tan pronto como salió, vio un Lamborghini que le resultaba familiar.
Estaba muy sorprendida de que Jamie estuviera afuera de su casa. '¿Entonces por qué me llamó?'. Ella se preguntó.
En ese momento, una ventana se abrió, revelando el rostro de Asher.
"Lexi, el señor Barret me pidió que viniera a recogerte. Por favor, sube al auto".
Lexi inconscientemente miró hacia el asiento trasero y vio que no había nadie. 
No veía a Jamie por ningún lado
La chica no tuvo más remedio que subirse al auto y sentarse en el asiento de atrás.
Le preguntó: "Asher, ¿sabes por qué el señor Barrett me pidió que viniera?".
Los ojos del muchacho brillaron y respondió con solemnidad: "No estoy seguro señorita".
Sabiendo que él no iba a darle ninguna información, decidió permanecer en silencio.
Cuando llegaron, Lexi tocó el timbre durante un buen rato, pero nadie respondía.
Sin otra opción, abrió la puerta con su huella dactilar.
Justo cuando entró, un ser inesperado se arrojó sobre su tobillo, como si algo peludo la abrazara.
Lexi se asustó tanto que su cuerpo se paralizó. '¿Qué fue eso?', pensó con miedo.
Rápidamente volteó hacia abajo y vio una gata blanca de orejas caídas acostada sobre su tobillo. La gata levantó su cabecita redonda, mirándola ansiosamente.
Luego abrió la boca y dejó escapar un pequeño "Miau...".
El corazón de Lexi se derritió en un instante. Esa pequeña se veía adorable.
Se puso en cuclillas y extendió la mano para tocar la cabecita peluda. Se acercó a ella cariñosamente. Sus piernas estaban sobre los pies de Lexi, como si estuviera pidiendo un abrazo.
"Buena niña".
Lexi la sostuvo suavemente en sus manos. A juzgar por su tamaño, no parecía ser  adulta.
'¿Pero cómo puede haber una gatita en la casa de Jamie?', pensó.
"Parece que le caes bien".
La voz del hombre no vino de muy lejos.
Jamie vestía ropa de color gris claro y pantuflas cuando salió con una bolsa en la mano.
Su atuendo era informal, carecía de su habitual distinción, pero se veía más atractivo de esta manera.
Lexi se acercó con la gatita en sus brazos. "¿Es tuya?"
"Sí". Jamie tenía una expresión ligeramente incómoda. "Fue un regalo".
A Jamie muchas personas lo adulan. Sin embargo, Lexi nunca se imaginó que alguien pudiera regalarle un gatito.
'¿Le gustan los animales?'. pensó en silencio.
Jamie se sintió todavía más incómodo cuando vio la mirada de la chica. Manteniéndose muy serio, colocó la bolsa sobre la mesa frente a ella.
"Aliméntalo", ordenó Jamie.
Lexi frotó la cabeza de la gatita. Efectivamente, aún no estaba destetada.
De pronto se dio cuenta de algo, quedándose en estado de shock.
"Señor Barrett, ¿será que... me llamaste a media noche solo para alimentar a tu gatita?".
Jamie respondió cínicamente: "Sí".
La chica se quedó sin palabras por un momento.
Respiró hondo, reprimió su ira y dijo: "Ella es muy dócil. Solo necesitas alimentarla".
Jamie la miró y le dijo: "No sé cómo hacerlo".
Sin saber qué decirle, Lexi se tragó su respuesta.