Capítulo 51
1301palabras
2022-06-09 17:30
"¿Qué quizo decir?" pensó.
Lexi se tensó y se puso roja como un tomate.
"No".
Extendió el brazo para detenerlo, pero su mano quedó justo a la altura de su pecho.
Podía sentir los latidos de su corazón.
Ambos se quedaron atónitos.
La miraba apasionadamente, tanto que parecía que iba a explotar.
Lexi se sintió avergonzada. Rápidamente lo empujó, pero la cálida mano de este hombre atrapó su muñeca inmovilizándola contra el suelo.
El hermoso rostro de Jamie se iba acercando poco a poco, eso era extremadamente peligroso.
Su aliento la envolvía.
Lexi estaba entrando en pánico y suplicó: "Señor Barrett...".
Antes de terminar la frase, sus delgados labios tocaron los de ella.
Fue un prolongado beso.
Lexi se quedó en blanco. Miró ese hermoso rostro frente a ella, estaba en estado de shock. Sintió un ardor invadiendo sus labios...
Su cuerpo estaba presionándola.
Entre ellos, solo había una delgada manta. El calor del joven parecía atravesar la tela y quemaba su piel, haciendo temblar cada célula de su cuerpo.
La respiración de Jamie comenzó a ser más pesada. Ya no podía contener sus emociones.
Ya llevaba tiempo pensando en la dulzura de esta chica.
La abrazó por la cintura y comenzó a acariciarla sobre la manta.
De pronto, su palma caliente tocó su piel, el cuerpo de Lexi comenzó a temblar incontrolablemente. Aunque estaba en estado de shock, trató de incorporarse y dijo:
"Señor Barrett...".
Con pánico, se apresuró a empujarlo. Estaba sonrojada.
Jaime hizo una pausa. Volteó hacia abajo y descubrió los ojos de la chica llenos de miedo y resistencia.
De repente se puso serio, como si le hubieran echado un balde de agua fría.
Inmediatamente, la soltó y se dio la vuelta para ponerse de pie.
Lexi también se levantó del suelo y apresuradamente se envolvió con la manta. Se refugió en una esquina.
Lo miraba con inquietud. Su rostro estaba ardiendo.
El cuerpo de Jamie se veía un poco tenso. Frunció los labios y salió de la tienda.
Cuando él se fue, la tensión se alivió bastante. El cuerpo de Lexi finalmente se relajó y suavemente apoyó su cabeza sobre la almohada.
Sus mejillas todavía estaban ardiendo. La escena se repetía una y otra vez en su memoria.
Pensó en el beso y en su aliento...
¡No podía creer haber estado tan cerca de hacerlo!
A medida que oscurecía, la temperatura también iba bajando.
La diferencia entre el día y la noche en la isla era muy marcada. La temperatura descendía cada vez más.
Lexi se quedó dentro de la tienda bien envuelta con la misma manta. Pero seguía teniendo frío.
El clima en la playa era helado, iba a necesitar una colcha para pasar la noche.
Lexi se estremeció. No pudo evitar preguntarse: "¿Jaimie tendrá frío?".
Hacía rato que se había ido. ¿Dónde se iba a quedar? ¿Estaría afuera todavía?
No dejaba de pensar en eso y, aunque estaba un poco avergonzada y molesta, Lexi abrió la tienda en silencio.
Miró hacia afuera con cuidado, se dio cuenta de que la fogata ya se había apagado, vio que todo lo demás permanecía intacto.
Sin embargo, no veía a Jamie por ningún lado.
¿Adónde se había ido?
Lexi se sintió un poco  inquieta. '¿Sería capaz de abandonarme al no obtener lo que quería?', se preguntó en silencio.
Se envolvió con la manta y rápidamente salió de la tienda. , Lexi gritó: "¡Señor Barrett!".
"Señor Barrett, ¿dónde está?".
Miró a su alrededor a toda prisa, pero no había nadie en toda la playa.
El entorno estaba muy silencioso y oscuro.
Lexi se asustó un poco. "Señor Barrett, ¿dónde está? Señor Barrett...".
"¿Me andas buscando?".
Se escuchó una voz profunda.
Jamie salió de entre los árboles cargando algunas ramas secas.
Lexi suspiró aliviada al verlo, como si alguien que se había perdido hubiera aparecido. Se sintió a gusto.
Ella respondió en voz baja: "Si, lo estaba buscando".
Jamie frunció sus finos labios y no dijo nada. Caminó hacia la fogata, colocó unas ramas secas y se preparó para encender de nuevo el fuego.
Se dio cuenta que solo había salido a buscar más leña.
No habían planeado pasar la noche ahí, por ello, no tenían suficientes provisiones. Como Jamie se estaba quedando afuera, Lexi pensó que seguramente tendría más frío.
Sintió un poco de lástima, así que le sirvió un vaso de agua tibia del termo.
"Señor Barrett, tome un poco de agua".
Jamie la miró extrañado y extendió la mano para tomar el vaso.
A una distancia tan corta, Lexi podía ver su pecho desnudo y sus músculos bien definidos.
Al recordar el contacto anterior, su corazón comenzó de nuevo a latir salvajemente. Miró hacia otro lado disimulando su ansiedad.
"Mejor, me voy a meter".
Sonrojada, rápidamente regresó a la tienda.
Jamie miró la tienda sosteniendo el vaso de agua tibia en sus manos. La comisura de sus labios se levantó ligeramente.
Después de un rato, el fuego estaba listo de nuevo.
Aunque había cierta distancia entre la tienda y la fogata, la temperatura parecía haber aumentado. Se sentía más calor ahora dentro de la tienda.
Jamie se debía estar asando.
Seguramente tendría calor ya que estaba cerca del fuego.
Acostada en la cama, Lexi dejó volar su imaginación. Pronto se quedó dormida.
Rato después, el frío la despertó.
"¡Achú!"
Estornudó y se mareó un poco. Obviamente, se estaba resfriando.
Aunque estaba encendida la fogata, la temperatura a la orilla del mar era demasiado baja para ella. Era muy delicada, se resfriaba fácilmente cuando se quedaba dormida sin estar bien abrigada.
De pronto, se escuchó un sonido.
Jamie había abierto la cremallera de la tienda.
Se paró en la entrada y se inclinó, mirándola. Con un tono un poco pesado le preguntó:
"¿Todavía tienes frío?"
"¡Achú!".
La chica no pudo evitar estornudar otra vez.
Jamie frunció el ceño ligeramente y entró. El hombre era tan alto que hacía que la tienda se viera pequeña.
Lexi lo miró sorprendida.
¿Por qué estaba entrando a la tienda?
Su actitud de inmediato le disolvió las dudas.
Jamie se sentó y la abrazó.
El cuerpo del hombre se sentía muy caliente, como una flama. A pesar de que había una manta entre ellos, Lexi lo percibió de inmediato.
La chica se puso tensa e incontrolablemente se sonrojó.
Asustada, dijo: "Señor Barrett, usted, usted...".
Jamie le dijo en voz baja: "No te muevas".
Lexi se quedó quieta.
Sin embargo, con tan poca distancia, el corazón de la chica estaba como loco, como si se le fuera a salir por la garganta.
La situación se había tornado ambigua y peligrosa.
"Señor Barrett, ¿me deja ir?".
Jamie extendió la delgada manta sobre su cuerpo envolviéndola con fuerza.
La abrazó como si cargara a un bebé. Aunque sus acciones eran muy tajantes, sus ojos estaban llenos de paciencia.
"Vete a dormir".
Después de una breve pausa, agregó con voz ronca: "No te voy a hacer nada, pero si te sigues moviendo... no respondo".
Se intentaba controlar, particularmente estando frente a la mujer que le gustaba.
Lexi quitó la mano con la que pretendía empujarlo.
Sentía el calor del cuerpo de Jamie y su temperatura aumentaba gradualmente.
Aunque ella estaba tensa, no se atrevió a quitarse. Su corazón latía muy rápido...
Estaban muy cómodos. Para Jamie, el cuerpo de esta chica era tan delicado como el agua. El suave olor de Lexi se quedó en la punta de su nariz, era un aroma seductor que se extendía hasta su corazón.
El fuego de su cuerpo comenzaba a alborotarse de nuevo.
Definitivamente no era una buena idea abrazarla así.
Su respiración se volvía cada vez más y más pesada, aunque seguía intentando mantener la cordura.
Jamie inclinó la cabeza hacia abajo y miró su carita. Sus labios se curvaron y una leve sonrisa apareció en su rostro.