Capítulo 50
1374palabras
2022-06-07 16:43
Lexi no pudo evitar sonrojarse. Rápidamente puso en orden sus pensamientos y detuvo su salvaje imaginación.
Las zapatillas que estaba usando para caminar sobre la arena le quedaban bien. No necesitaba preocuparse de que las conchas marinas le rasparan los pies.
Lexi se sentía mucho más a gusto mientras caminaba por la playa.
Jamie se mantuvo no muy lejos de ella y caminó junto a ella con naturalidad. Sus sombras lucían como una pareja encantadora paseando por la playa contra la puesta de sol.
Al observar las sombras que se extendían sobre la arena, el corazón de Lexi se saltó un latido.
Estaba un poco distraída y sin darse cuenta perdió el equilibrio.
Al mismo tiempo, las olas se levantaron y estuvo a punto de caer al agua.
"¡Cuidado!"
La expresión calmada de Jamie cambió drásticamente.
"¡Splash!"
Con una gran salpicadura, Lexi se sumergió en el agua al instante.
El agua fría del mar se filtró en sus sentidos. No sabía nadar y comenzó a luchar presa del pánico. Pero mientras más se movía, más se hundía su cuerpo.
"Ayuda..."
Estaba tan asustada que su mente se quedó en blanco y el miedo a la muerte de repente la sofocó.
Justo cuando su ansiedad estaba llegando a su límite, una mano la agarró por la muñeca.
Como si fuese una personas ahogándose encontrando una madera flotando para salvar su vida, Lexi inconscientemente agarró la mano y abrió sus ojos con dificultad.
Aún con su visión borrosa en el agua, el rostro encantador de Jamie era extremadamente impresionante.
El corazón de Lexi latía violentamente. En esa fracción de segundo, su intenso miedo fue desapareciendo.
Era como si todo estuviera bien mientras Jamie estuviera allí junto a ella.
Jamie sacó a Lexi del agua y la llevó hasta la superficie del agua.
"Ahem..."
Sintiendo el aire fresco, Lexi se apresuró a respirar profundamente.
Jamie la sostuvo en sus brazos, ayudándola en todo momento a mantenerse a flote; luego suavemente le dio unas palmaditas en su espalda.
Con su voz profunda y magnética preguntó, "¿Cómo te encuentras?"
"Ahem, estoy mucho mejor".
Lexi finalmente se recuperó del shock. Sin embargo, el miedo aún se aferraba a su corazón y se agarró con fuerza a la ropa de Jamie.
No sabía nadar. Si se alejaba de él, se hundiría de nuevo.
La sensación de estarse ahogando era aterradora.
Jamie observó a la mujer que se aferraba a él con fuerza, mientras sus ojos se oscurecían. Al parecer esa era la primera vez que lo abrazaba de buena gana.
Eso lo hacía querer quedarse en el mar un poco más.
Sin embargo, al ver el pálido rostro de Lexi, habló en voz baja,
"Te llevaré hacia la orilla".
Las olas se precipitaban en ondas. En solo unos minutos, ya estaban a una distancia de la playa.
Jamie llevó a Lexi nadando hasta la orilla. Una vez que pudieron ponerse firmemente sobre sus pies, la levantó.
En cuanto vio a Jamie caminar hacia la arena seca, Lexi finalmente se sintió un poco avergonzada.
"Bájame, por favor."
Aunque sus piernas aún se encontraban un poco inestables, al menos debería ser capaz de caminar por si misma.
Sin embargo, Jamie simplemente ignoró su petición y siguió avanzando.
Su abrazo la cubría completamente y sus brazos eran fuertes y firmes. Lexi no sintió el más mínimo temblor mientras era cargada.
Levantó levemente la mirada y vio el rostro de Jamie muy cerca y nítidamente. Su cabello estaba mojado y algunas gotas de agua colgaban de las puntas de su cabello, luciendo como perlas deslumbrantes.
Aún había rastros de agua en su rostro, pero lo hacía parecer aún más galante.
Estaba empapado de la cabeza hasta los dedos de los pies, pero no lo hacía lucir como si se encontrara en un estado embarazoso; más bien, le hacía irradiar un encanto único.
Lexi se quedó aturdida.
Al percatarse de que lo estaba mirando embobada, la comisura de los labios de Jamie se curvó en una ligera sonrisa.
Sacudió suavemente su cabeza, provocando que las gotas de agua que colgaban de su cabello cayeron.
"Plop."
Una gota de agua aterrizó directo sobre los labios de Lexi.
Era ligera y fresca, pero Lexi sentía arder sus labios, como si la gota de agua fuera una bola de fuego que de repente había caído del cielo.
Sus mejillas se sonrojaron y con nerviosismo miró a Jamie.
Al mismo tiempo, Jamie también bajó su cabeza para mirarla.
Cuando sus ojos se encontraron, fue como si chispas saltaran en el aire.
Su corazón latía violentamente.
Al ser una tienda de campaña construida para eventos temporales, solo incluía una delgada manta y otros artículos básicos; tampoco incluía nuevos conjuntos de ropa para cambiarse.
Lexi solo podía sacarse la ropa mojada y permanecer en la tienda de campaña envuelta con la manta.
"¿Ya te has cambiado?"
La alta y musculosa figura de Jamie se encontraba fuera de la tienda de campaña.
"Sí, ya lo hice."
Respondió Lexi en voz baja y abrió un pequeño espacio en la tienda de campaña para entregarle su ropa mojada.
Sus mejillas estaban completamente sonrojadas. Incluso no se atrevía a mirar a Jamie.
Nunca pensó que llegaría el día en que necesitaría la ayuda de Jamie para secar su ropa mojada.
La vergüenza y el inesperado favor la agobiaban.
Jamie colgó la ropa en un perchero provisorio y regresó a la tienda de campaña.
"Préstame tu teléfono. Le pediré a Asher que venga ahora por nosotros."
Lexi se sintió confundida. ¿Por qué Jamie no usaba su propio teléfono?
Sin embargo, aún así sacó su teléfono celular y presionó el botón de encendido, con la intención de desbloquearlo antes de entregárselo a Jamie; pero la pantalla no dio respuesta, permaneciendo en negro.
Cuando se percató de las manchas de agua sobre el teléfono, Lexi comenzó a entrar en pánico.
Su teléfono celular era de baja calidad, por lo que ni siquiera estaba impermeabilizado...
"Señor Barrett, mi teléfono está completamente mojado. No enciende", dijo.
Jamie no esperaba eso, lo que también lo sorprendió un poco.
Lanzó una mirada de reojo hacia la interminable costa y frunció el ceño ligeramente.
Después de un extenso momento, habló en voz baja, "Mi teléfono cayó al mar hace un rato. Asher no volverá aquí esta noche si no lo llamo antes".
"¿Qué?"
Lexi estaba atónita. Si Asher no volvía, ¿eso quería decir que pasarían la noche allí?
En un rápido movimiento abrió la tienda de campaña. "Hay alguna otra manera..."
Antes de que pudiera terminar la frase, se sorprendió al ver...
¡Frente a ella se encontraba un cuerpo desnudo!
Sin una camiseta puesta, el musculoso cuerpo de Jamie quedaba generosamente expuesto, mostrando su atlético pectoral, ocho abdominales y un cuerpo en forma de triángulo invertido...
Cada parte de su cuerpo había sido bien entrenada en la proporción correcta.
Como una diseñadora, Lexi había visto innumerables contornos de hombres; sin embargo, esa era la primera vez que veía uno tan perfecto como el de Jamie que hacía acelerar su corazón.
Al ver la mirada aturdida en el rostro de Lexi, Jamie frunció sus labios, un peligroso destello cruzó sus ojos.
Dando un gran paso hacia adelante, de repente ya estaba frente a la tienda de campaña.
Su mirada era profunda y calmada mientras la observaba. Su voz ronca sonaba como si estuviera encendida por el deseo.
"¿Puede ser que me estés dando una señal al mirar mi cuerpo de una manera tan descarada?"
"¿Señal? ¿Qué tipo de señal?" Pensó Lexi.
Lexi volvió a sus sentidos, pero su corazón aún se encontraba confundido. Se retiró presa del pánico, tratando de mantenerse alejada de Jamie.
Pero justo cuando estaba retrocediendo, Jamie se apoyó contra el suelo con una mano y se inclinó hacia ella con su imponente cuerpo.
Las fuertes hormonas del hombre la inundaron y llenaron la pequeña tienda de campaña en un instante.
La mente de Lexi era un desastre cuando tartamudeó, "Señor Barrett, usted... esto es... un malentendido..."
Jamie se aproximó otro poco y se inclinó hacia adelante. Tomó provecho de la situación e hizo que Lexi se presionara bajo él.
Su respiración se volvió pesada, como si se estuviera quemando.
"Ya que no podemos regresar esta noche, ¿por qué no hacemos algo...?"